Lo que comenzó como un levantamiento pacífico en contra del presidente de Siria Bachar el Asad se convirtió, en marzo de 2011, en una sangrienta guerra civil —más de 300.000 muertos, según Naciones Unidas— de casi 14 años de duración en un país profundamente multicultural. El grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS) —una escisión de Al Qaeda—, la milicia rebelde que el domingo tomó Damasco, la capital del país, poniendo fin al régimen autoritario de más de 50 años de la familia El Asad, es solo uno de los múltiples actores de un conflicto geopolítico de enorme complejidad y relevancia en la región.
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