Los 5 puentes colgantes más impresionantes de España: desde la colaboración de Eiffel hasta quedar suspendido en mitad de un desfiladero
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Los 5 puentes colgantes más impresionantes de España: desde la colaboración de Eiffel hasta quedar suspendido en mitad de un desfiladero

Estas construcciones se enclavan en lugares sorprendentes desafiando a la gravedad
España es un país que ofrece una gran diversidad de paisajes naturales, y entre sus maravillas más sobresalientes se encuentran los puentes colgantes. Estas estructuras no solo cumplen una función práctica al conectar diferentes orillas, valles o barrancos, sino que también permiten disfrutar de vistas espectaculares, a menudo ubicadas en escenarios naturales de gran belleza.
En las zonas más apartadas del país, los puentes colgantes se alzan como símbolos de la ingeniería moderna, mientras que al mismo tiempo invitan a los viajeros a explorar parajes casi vírgenes. A continuación, te presentamos una selección de cinco de los puentes colgantes más impresionantes de España.
Puente de Portugalete, en Vizcaya
El Puente de Vizcaya, también conocido como Puente Colgante de la Ría de Bilbao o Puente de la Salve, es uno de los más emblemáticos y antiguos de España, y un claro referente de la ingeniería del siglo XIX. Inaugurado en 1893, se trata de un puente transbordador que conecta las orillas de la ría de Bilbao, permitiendo el paso de personas y vehículos entre los municipios de Getxo y Portugalete. Su diseño, obra del ingeniero Alberto de Palacio con la colaboración de Gustave Eiffel, marca una diferencia con los puentes colgantes tradicionales.
El Puente de Vizcaya fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2006, y no es solo una estructura funcional, sino también un icono de la ciudad. Su imponente estructura metálica, de 61 metros de altura, ofrece vistas únicas tanto de la ría de Bilbao como del Museo Guggenheim y el casco antiguo de la ciudad. El puente es uno de los pocos transbordadores de este tipo que quedan en funcionamiento en el mundo, y cada día miles de turistas cruzan sus plataformas para admirar las vistas desde lo alto.
Los puentes colgantes del Congost de Montrebei, en Lleida

Los puentes colgantes del Congost de Montrebei, en Lleida, son una de las maravillas naturales más espectaculares de Cataluña. Situados en el desfiladero de Montrebei, estos puentes permiten atravesar el imponente cañón del río Noguera Ribagorçana, ofreciendo vistas panorámicas de la pared vertical de roca caliza que rodea el valle. El sendero que lleva a estos puentes es una de las rutas más populares de la región, atrayendo tanto a excursionistas como a amantes de la naturaleza y la fotografía.
Con su estructura metálica, los puentes se suspenden sobre el río, proporcionando una sensación única de altura y profundidad. La zona es también un paraíso para los deportes de aventura, como la escalada y el barranquismo. La belleza del paisaje y la singularidad de estos puentes hacen del Congost de Montrebei un destino imprescindible para quienes buscan una experiencia de ecoturismo en el corazón de los Pirineos.
El Puente Colgante de El Saltillo, en Málaga
Se trata de una impresionante estructura ubicada en el corazón de los montes de Málaga, que conecta dos extremos de un profundo barranco. Este puente, con una longitud de 45 metros, ofrece una experiencia única al estar suspendido a gran altura sobre el río. Su ubicación, en un entorno natural de belleza indescriptible, convierte al puente en una parada obligatoria para los amantes del senderismo y la naturaleza. A lo largo de la ruta, los excursionistas pueden disfrutar de un paisaje lleno de vegetación mediterránea y vistas panorámicas de la serranía malagueña.
El puente, inaugurado en 2001, fue construido como parte de una red de senderos en la zona, y ha sido restaurado para garantizar la seguridad de los visitantes. Es ideal tanto para los aventureros como para quienes buscan disfrutar de una experiencia tranquila en un entorno natural inigualable.
Los puentes colgantes de Chulilla, en Valencia

Los puentes colgantes de Chulilla, situados en la Ruta de los Pantaneros o Ruta de los Calderones, son una de las principales atracciones turísticas de esta localidad valenciana, conocida por su impresionante entorno natural. Estos puentes fueron originalmente construidos para facilitar el cruce del cañón del río Turia a los operarios del pantano de Loriguilla, que necesitaban atravesar el cañón de manera más rápida y segura durante la construcción y mantenimiento de la infraestructura hidráulica. Su propósito era agilizar el trabajo de los operarios, permitiéndoles sortear el cañón sin tener que realizar largos desvíos.
Sin embargo, los puentes originales fueron destruidos por una riada en 1957, y no fue hasta 2013 que se reconstruyeron los actuales, preservando la esencia de los originales, pero con las mejoras necesarias para garantizar la seguridad de los visitantes. El primer puente, el más alto de los dos, se eleva a unos 15 metros sobre el río y tiene 21 metros de largo, lo que lo convierte en una estructura impresionante, aunque no apta para personas con vértigo. El segundo puente, considerablemente más bajo, alcanza solo unos 5 metros de altura, lo que lo hace más accesible para la mayoría de los excursionistas.
El antiguo puente de San Pablo, en Cuenca
El Antiguo Puente de San Pablo en Cuenca es una de las estructuras más emblemáticas de la ciudad. Construido en el siglo XVI, este puente de piedra conecta el casco antiguo con el Convento de San Pablo, cruzando el profundo desfiladero del río Huécar. Originalmente diseñado para facilitar el acceso al convento, el puente ha sido testigo de la historia de la ciudad, resistiendo el paso del tiempo y diversas reformas. Hoy, el Puente de San Pablo es un atractivo turístico que ofrece impresionantes vistas de las Casas Colgadas y del entorno natural de Cuenca.
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