Marcel 2024: más desgastado, pero mantiene su influencia
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Marcel 2024: más desgastado, pero mantiene su influencia
Dos hechos han marcado las últimas dos semanas del ministro de Hacienda Mario Marcel. El primero fue el nulo crecimiento que registró la economía en septiembre, propinándole su primera derrota en el terreno de las proyecciones económicas frente al mercado. El mismo día en que el Banco Central daba la mala noticia de que el Imacec era de 0%, el secretario de Estado tuvo que admitir que el Producto Interno Bruto (PIB) de 2024 no crecerá el 2,6% proyectado por el gobierno. Si bien en esa oportunidad no quiso adelantar cifras, todo indica que este año la expansión será más del orden de 2,2%. “Con esta cifra lo que uno puede decir es que el 2,6% que esperábamos para este año ya no se va a poder cumplir. Vamos a hacer una actualización de nuestras proyecciones una vez que tengamos las cifras trimestrales. Obviamente, las diferencias no van a ser gigantescas, pero queremos una actualización que sea mejor informada”, afirmó Marcel ese lunes 4 de noviembre.
Este hecho no pasó desapercibido entre los expertos que siguen el tema económico, pues debió reconocer que esta vez no lograría imponerse en materia de estimación del resultado de la actividad en el país, como sí lo hizo en 2023 por estrecho margen.
La estrategia adoptada por el gobierno y por Marcel, de salir a enfrentar a los analistas que tienen menores expectativas de PIB no ha sido bien vista por el mercado, donde varios economistas en privado la critican. Consideran que la autoridad, y sobre el ministro de Hacienda, debe tener una mirada “por arriba” de la pelea chica “de unas décimas más, o unas décimas menos”, y no transformarse en un “comentarista” del mercado. Un ex alto personero de Hacienda de gobiernos anteriores dice que es normal que las proyecciones del Ejecutivo sean más optimistas que las del conjunto de los analistas, pero que no es necesario que habitualmente se compare con el mercado.
Una postura similar tiene Natalia Aránguiz, economista del Grupo Aurea, quien plantea que “todos los ministros de Hacienda presentan posturas que están por sobre el mercado. Al final del día el optimismo, al parecer, viene con el cargo”, y añade que “el insistir con una proyección que está por sobre lo que pensaba el mercado no deja en mal pie al ministro”.
Para el economista de Gemines, Alejandro Fernández, Marcel “tiene que dejar de competir con los analistas de mercado por quién hace mejores proyecciones de actividad, porque ese es un cuchillo de dos filos y, además, debería preocuparse de mejorar sus estimaciones de ingresos fiscales para evitar los bochornos del último tiempo, en que ha debido aplicar ajustes extraordinarios de gasto para intentar cumplir la meta comprometida de déficit. Esto incluso en el Presupuesto que se está discutiendo actualmente”.
Para Sergio Lehmann, economista jefe de Bci, “las cifras que estaba planteando Hacienda en materia de crecimiento eran un tanto optimistas. Él reconoce que a la luz de los últimos datos justamente lo que estaban viendo no se va a cumplir. Por lo tanto, yo diría que más bien se alinea con el mercado”.
Pero ese no ha sido el único tema que ha complicado durante las últimas semanas al jefe de las finanzas públicas. Uno de sus principales “pilares”, que es el manejo de las cuentas fiscales, comenzó a tambalear.
Las proyecciones de ingresos fiscales para este año no se están cumpliendo y por lo mismo el gobierno comprometió un ajuste fiscal que superará en total los US$1.000 millones. Ese hecho generó varias dudas entre los legisladores de oposición y del Consejo Fiscal Autónomo (CFA), quienes desde que Hacienda reveló que esperan un alza de 8,2% de tales ingresos para 2025, lo cuestionaron.
Dado ese escenario, el jueves de la semana pasada se dio un hecho inédito: el gobierno reconoció que podría haber menos ingresos y, por ello, acordó con la oposición un recorte del gasto fiscal por poco más de US$600 millones en el erario del próximo año. De acuerdo a varios analistas, lo usual es que durante el debate legislativo del proyecto de ley del Presupuesto se realicen reasignaciones, pero que los recortes propiamente tales ya sean durante el año en curso. Con los menores recursos comprometidos, el crecimiento del gasto público para 2025 bajó de 2,7% a 2%, en comparación con la ley de 2024.
Además, se estableció que si la evolución de los ingresos en 2025 no sigue la proyección entregada por Hacienda, el gobierno irá contrayendo adicionalmente el gasto durante el ejercicio.
Para algunos economistas y parlamentarios este hecho es un reconocimiento implícito de que los ingresos fiscales no fueron bien estimados ni para el 2024 ni para 2025, lo que abre la interrogante de si el gobierno será capaz de cumplir con las metas fiscales propuestas.
Para el CFA es poco probable que se logren y por ello, su presidente, Jorge Rodríguez, afirmó en Pulso que “el gobierno está a mitad de camino para ser considerado responsable fiscalmente”.
Un influyente senador dice que Marcel sigue siendo el más “adulto” del gobierno, pero reconoce que lo ve “más débil” y “cansado” que hace un año y más aún si se compara con el Marcel del 2022. Sin embargo, afirma que el problema mayor es que es “el único referente en lo económico y el que representa el gobierno”. Por ello, acota que, aunque esté más desgastado, es el principal interlocutor.
Matías Acevedo, exdirector de Presupuestos, subraya que “el principal problema que ha tenido Marcel son errores no forzados, por lo tanto, evitables”. A lo que se refiere Acevedo es precisamente “a las malas proyecciones de ingresos para este año y el próximo. Si bien esto ha ocurrido otros años, el orden de magnitud solo se compara con años de crisis. Todo ese proceso ha sido un desgaste innecesario”.
Otro punto de vista entrega Macarena García, economista senior de Libertad y Desarrollo (LyD), quien sostiene que “al ministro hay que evaluarlo por su capacidad de llevar adelante una política fiscal responsable. Por tanto, más que su capacidad predictiva, hay que evaluar la capacidad de la política fiscal de reaccionar frente a escenarios distintos a los proyectados para alcanzar las metas autoimpuestas”.
En este contexto, García acota que “esto último es lo que preocupa, ya que desde el Informe de Finanzas Públicas (IFP) de junio que la autoridad reconoció que el escenario planteado no se iba a cumplir. Esto daba tiempo suficiente para reaccionar y diseñar un plan alternativo de ajuste. Sin embargo, ha pasado el tiempo y los ajustes anunciados no son suficientes. A la autoridad se la debe evaluar por esto último”.
El juicio político
Pese a todo, estas complicaciones y el mayor desgaste que ha tenido el ministro Marcel, a nivel político los legisladores de oposición y gobierno lo ven como el principal interlocutor del Ejecutivo. Ahora, si bien valoran su capacidad de dialogar y buscar acuerdos, señalan que su influencia también se debe a la debilidad política que hay en el gobierno. Un senador lo describe así: “Está más débil y desgastado, pero no en el suelo. Además, no hay nadie más en el gobierno que tenga ese peso político y técnico”. Esa opinión es refrendada por el presidente del Senado, José García Ruminot (RN), quien apunta que “es un Mario Marcel más apagado, pero sigue siendo la autoridad económica del gobierno”.
“El ministro sigue teniendo una influencia relevante dentro del gobierno y es un actor importante en nuestras negociaciones. Pero también, cuando uno sostiene conversaciones con la industria, es evidente que la credibilidad del ministro está afectada”, asegura el diputado Frank Sauerbaum (RN), pero agrega que “pese a ello, es un contrapeso importante contra las miradas más extremas de la izquierda”.
Otra mirada entrega el diputado del partido Republicano, Agustín Romero, quien señala que “ha demostrado a lo largo de su trayectoria que es una persona competente desde el punto de vista profesional. En estos últimos años ha tenido una visión, a mi juicio, mucho más ideológica que lo que se veía cuando estaba trabajando en el Banco Central”. Y añade que “este es un gobierno tan joven, con tan poca experiencia, que entonces se nota mucho su autoridad, lo mismo que la ministra del Interior, el subsecretario Cordero. Son personas que trascienden un poco más al gobierno por autoridad, por trayectoria”.
Miguel Mellado (RN) tiene una opinión positiva: “Vemos al ministro Marcel más realista y tratando de levantar el vuelo nuevamente de la economía nacional, dando certezas en algunos lugares”. Más crítica es la diputada Sofía Cid (Independiente-Republicana), quien considera que “Marcel terminó hipotecando su capital político por defender a este gobierno”. En ese sentido, la parlamentaria asegura que “su credibilidad ha ido quedando en entredicho con las noticias económicas y claro, después de esta conjunción de factores que conocimos hace un par de semanas, no le quedó otra que reconocer que sus proyecciones no eran correctas”.
En el oficialismo públicamente los legisladores muestran su apoyo a Marcel, pero algunos en privado también admiten que está más debilitado y desgastado. De todos modos, no le critican el hecho de que tenga que negociar con la oposición y a veces entregar “más de lo deseado”, puesto que para ellos es “realismo político”, ya que no cuentan con mayorías en el Congreso.
Uno de ellos es el diputado PS, Jaime Naranjo, quien menciona que “tenemos la mejor opinión. Es la persona mejor preparada técnicamente para enfrentar la situación económica de Chile. Además, es una persona de una calidad humana y sencillez admirable”.
En tanto, el jefe de bancada del PS, Daniel Melo, lo resume así: “No me llama la atención que el ministro Marcel deba hacer un esfuerzo mayor con aquellos sectores, como la oposición, que han sido obstruccionistas y han votado en contra de las reformas tributaria y de pensiones. Es entendible que se busque construir consensos para avanzar”.
Desde el Frente Amplio también se cuadran con Marcel y lo siguen apoyando pese a las concesiones que ha hecho: “Me parece una persona muy calificada técnicamente y lo ha demostrado en este periodo. Mi apoyo lo tiene el gobierno y su programa”, asegura la diputada Gael Yeomans. Y su par Jaime Sáez apunta que “el ministro Marcel cuenta con el respaldo de todos los partidos de gobierno, incluido el FA. Particularmente tengo una alta valoración por su capacidad de conducción de la economía del país en un contexto de alta dificultad mundial”.
Desde el PC, el diputado Boris Barrera dice que el apoyo “es al gobierno y a su programa”.
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