Mikey Madison: el enérgico ascenso de la estrella de Anora
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Mikey Madison: el enérgico ascenso de la estrella de Anora
El plan de cuatro seguidores de Charles Manson es invadir el hogar de la actriz Sharon Tate (Margot Robbie) y acabar con su vida. En su ruta no consideraron que aparecería actor Rick Dalton (Leonardo DiCaprio), quien los ahuyenta de su barrio.
La pandilla se desvía de su objetivo original, pero persuadidos por Sadie (Mikey Madison), una de las tres mujeres del grupo, irrumpen intempestivamente en la morada de Dalton. Es el preámbulo de una secuencia violenta y cargada de humor negro donde los invasores se enfrentan al dueño de casa, a su esposa italiana (Lorenza Izzo) y a Cliff Booth (Brad Pitt), su doble de acción y amigo.
El director Sean Baker sintió que Madison se robaba los últimos 15 minutos de Había una vez en... Hollywood (2019), de Quentin Tarantino, un final donde todo alcanza su máximo punto de tensión e hilaridad. El realizador de cintas como Tangerine (2015) y Proyecto Florida (2017) almacenó esa actuación en su recuerdo.
Luego, cuando en 2022 asistió al cine a ver la quinta parte de Scream, sus sensaciones se reafirmaron. Baker quedó deslumbrado con el despliegue de Mikey Madison –como Amber, una de las protagonistas de la historia– y decidió que era la persona ideal para encabezar un proyecto que estaba desarrollando junto a Samantha Quan, su esposa y productora habitual.
Con el objetivo de tantear terreno, contactaron a los representantes de la actriz de la serie Better things. Se mostró encantada con la idea y, tras su respuesta positiva, Baker comenzó a escribir el guión con ella en mente. Sería la primera vez en que estaría involucrada tan estrechamente en el proceso creativo de una película.
Así, debido a la admiración que le generó su trabajo en filmes previos, nació la colaboración entre director y actriz. Fue el inicio de una unión de talentos al centro de uno de los títulos más elogiados de 2024: Anora, la historia de una stripper de Nueva York que se casa con el hijo de una familia rica de Rusia. Ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes y el desempeño de su estrella principal monopolizó gran parte de la conversación.
Madison sostiene la película sobre sus hombros, desde el primer hasta el último plano, desde que conocemos a Ani en el club en el que trabaja hasta una seguidilla de experiencias que la ponen a prueba. Es un personaje que apela a todos sus encantos cuando la situación lo exige, que se defiende con uñas y dientes cuando se siente amenazada, y que evita a toda costa mostrar sus fisuras.
Fuera del papel, Mikey Madison no posee esa personalidad exuberante. Tiene una voz suave y parece discreta y dulce. Es casi la antítesis de su personaje. Así lo advirtió Sean Baker cuando se conocieron para hablar sobre el proyecto. “En cuanto la vi pensé: ‘oh, ella puede ir a esos lugares, aunque no sea esa persona’”, indicó.
Aunque confiaba plenamente en ella, el cineasta se sorprendió con el nivel de compromiso con el que asumió su labor. La intérprete, quien en su adolescencia eligió seguir una carrera en la actuación en desmedro de la equitación, contó con cerca de un año para prepararse y aprovechó el tiempo para empaparse del mundo de Ani.
Asistió a clubes de striptease en Los Angeles y Nueva York, leyó libros sobre trabajadoras sexuales (por ejemplo, Modern whore, de Andrea Werhun, una de las consultoras de la cinta), y vio documentales y videos que encontró en YouTube. También colaboró mano a mano con Kennady Schneider en las diferentes coreografías del largometraje.
Aunque el filme contiene varias escenas de desnudos y sexo, no se sintió a disgusto con esa parte del rodaje. “Siempre me sentí cómoda, y creo que debido a que Ani también lo estaba. Nunca se me pasó por la cabeza estar nerviosa ni nada por el estilo”, explicó a The New York Times.
Con la misma seguridad y determinación se acercó a la secuencia en que tres hombres invaden la mansión en que la protagonista está viviendo su propio cuento de hadas. En vez de recurrir a un doble, pidió realizar ella misma sus escenas de riesgo.
De hecho, a juzgar por sus palabras, probablemente le generó más nervios aprender ruso, idioma que su personaje habla con ciertas dificultades cuando está junto a Ivan (Mark Eydelshteyn), su joven y inmaduro esposo. “Pensé que nunca iba a poder dominarlo, así que dije: voy a dedicar cada momento de vigilia a escuchar ruso”, detalló.
Su protagónico en Anora se ha consolidado como una de las actuaciones más alabadas de la temporada. Todas las predicciones de los Oscar apuntan a que será nominada a la próxima edición del evento, uniéndose a una reñida competencia en que también asoman figuras como Angelina Jolie (Maria), Nicole Kidman (Babygirl), Tilda Swinton (La habitación de al lado), Karla Sofía Gascón (Emilia Pérez), Saoirse Ronan (The outrun) y Demi Moore (La Sustancia).
El triunfo no está garantizado, pero sí su ascenso en la industria: Mikey Madison ha alcanzado el estrellato y se le puede augurar un futuro brillante.
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