Mujeres que Impactan, Loreto Pozo: “El no rendirse va a ser sin duda, lo que marca la diferencia”

Mujeres que Impactan, Loreto Pozo: “El no rendirse va a ser sin duda, lo que marca la diferencia”

Loreto Pozo, presidenta de Alas para Chile, lidera una iniciativa que ha marcado la diferencia en la vida de cientos de niños y niñas de regiones que requieren intervenciones neuroquirúrgicas complejas. Su principal proyecto, un hogar diseñado específicamente para acoger a estos pequeños pacientes, refleja un compromiso profundo con la equidad en el acceso a la salud y el bienestar.

La propuesta de Alas para Chile es multidisciplinaria: integra diversas áreas para garantizar no solo la recuperación física, sino también el desarrollo integral de los niños y sus familias. Más allá de ser un espacio de atención médica, esta iniciativa busca promover la equidad de oportunidades en todos los aspectos del desarrollo humano, implementando programas sociales que abordan tanto las necesidades inmediatas como los desafíos a largo plazo.

El impacto de Alas para Chile trasciende el ámbito personal de sus beneficiarios, ya que también fortalece la salud pública en nuestro país. Su enfoque colaborativo contribuye a construir un sistema más inclusivo y solidario, demostrando que la atención sanitaria puede ir de la mano con dignidad y humanidad. “Siempre dije que si tenía la posibilidad en la vida de hacer una buena obra, iba a hacer algo por las familias o por los niños que tuvieron tumores cerebrales. Esa experiencia de dolor se convierte en una obra”.

El sufrimiento se transformó en una fuerza que la impulsó a crear una obra de amor y esperanza, un proyecto que no solo ayuda a quienes padecen de tumores cerebrales, sino que también ofrece apoyo, consuelo y nuevas oportunidades para los niños y sus familias.

Semillas de cambio

Durante más de 20 años Loreto fue profesora, una carrera que le brindaba satisfacción y estabilidad. Sin embargo, un día, decidió dar un giro radical a su vida y convertirse en emprendedora social. Este cambio no fue solo una transición profesional, sino una transformación profunda en todos los aspectos de su vida. Dejó atrás su carrera docente para embarcarse en un camino completamente nuevo, un camino que implicaba mucho más que cambiar de trabajo: implicaba reinventarse por completo.

“Al convertirte en un emprendedor, a lo mejor lo llevas escondido dentro de ti, pero es una transformación total porque se necesita de mucho coraje, valentía, esfuerzo, determinación, perseverancia”, comenta Loreto.

Esta transformación fue desafiante en muchos aspectos. A lo largo de este viaje, aprendió a valorar lo simple, a ser más resiliente y a comprender que el propósito de la vida no está en lo que se posee, sino en lo que se da. Aunque el camino no fue fácil, esta transformación personal ha sido profundamente gratificante. El emprendimiento social no solo cambió su vida, sino también su perspectiva sobre el mundo y su lugar en él.

Hoy, al mirar atrás, sabe que el costo de este cambio ha sido alto, pero también entiende que el impacto positivo que ha generado en su comunidad ha valido cada sacrificio. Esta experiencia le enseñó que, al final, no es lo que se tiene lo que define el éxito, sino lo que se da y el legado que se deja.

La fuerza de la convicción

Ella sabe que la clave está en no rendirse, porque siempre vale la pena seguir adelante. A lo largo de su camino, ha aprendido que habrá días grises, momentos difíciles, pero también días llenos de colores, como el arcoiris que aparece después de la tormenta. “Lo más importante es cuánta fe, determinación y convicción, tienes para lograrlo. Los obstáculos, las dificultades, simplemente son pruebas, pero solamente depende de ti y de la confianza en ti misma”, señala Loreto.

Loreto fue premiada junto a nueve agentes de cambios que día a día luchan para combatir carencias sociales en la comunidad y así generar nuevas oportunidades de ayuda a su entorno.

“No me lo esperaba, fui yo la impactada, pero sin duda alguna es un gran respaldo y una validación a ese trabajo anónimo y de hormiguita que haces a cambio de nada. Yo incluso lloré hasta por los premios que me dieron y porque te acostumbras a dar y no esperar nada a cambio. El premio te hace tomar conciencia de lo que fuiste capaz de lograr y para mí en todos los ámbitos personales, porque además me siguen entregando herramientas para sacar mi mejor potencial. Por fin eres parte de una red que están trabajando por la misma causa y sentido y no eras tú la única” finaliza.

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LaTercera.com

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