Nito Mestre: “En el reggaetón no hay armonía, la letra es apenas soportable y las melodías son bastante pobres”
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Nito Mestre: “En el reggaetón no hay armonía, la letra es apenas soportable y las melodías son bastante pobres”

Nito Mestre, una de las voces más icónicas del rock en español y cofundador de Sui Generis, regresa a Chile para un concierto sinfónico en el Teatro Caupolicán. En esta presentación especial, el músico celebrará más de 50 años de trayectoria interpretando en su totalidad Vida, el emblemático álbum debut del dúo junto a Charly García que marcó a generaciones.
Acompañado por una orquesta y su banda, Mestre ofrecerá una experiencia sonora renovada, donde las canciones de aquel disco cobrarán una nueva dimensión con arreglos sinfónicos. En conversación con Culto, el artista reflexiona sobre la evolución del rock en Sudamérica, la importancia de mezclar lo análogo con lo digital y el placer de seguir tocando en vivo.
El artista comenta que, a lo largo del tiempo, la música ha evolucionado de muchas formas, pero siempre mantiene una conexión con lo que vino antes. “Cambian algunas veces los ritmos, pero tienen una similitud con lo que hayas escuchado antes”. Además, reconoce que, aunque al principio puede costar adaptarse a los nuevos sonidos, con el tiempo terminan resultando familiares.
Uno de los cambios más notorios ha sido la llegada de la tecnología, con loops y herramientas digitales que transformaron la manera de componer y producir. Sin embargo, considera que las propuestas más interesantes son aquellas que logran un equilibrio entre lo analógico y lo digital. “Son las que yo considero más inteligentes, donde uno siempre está respetando la música en sí, que es melodía, armonía y ritmo”, enfatiza, dejando en claro que estos tres elementos son esenciales para que algo pueda ser llamado música.
Desde su perspectiva, ciertos géneros modernos han comenzado a perder estos principios básicos. “Cuando vos escuchás un reggaetón, escuchás, por ejemplo, un ritmo, no hay armonía, la letra es apenas soportable y las melodías son bastante pobres”, opina con firmeza, sugiriendo que este tipo de música está al límite de dejar de serlo.
A pesar de sus críticas, también encuentra propuestas actuales que le resultan innovadoras y bien construidas. “Lo último que más me llama la atención es Paco Amoroso y Ca7riel”, menciona, destacando su trabajo y la calidad artística que percibió en el corto Papota. “Me pareció excelente, me pareció una cosa que es casi de avanzada, donde tiene todo un concepto”, concluye, dejando claro que cuando la música mantiene una coherencia entre letra, melodía y ritmo, logra trascender más allá de las modas.
Nito Mestre no oculta su satisfacción por reinterpretar las canciones del disco Vida después de más de 50 años. Para él es un privilegio y una experiencia profundamente gratificante. “Primero es un honor y un placer, porque han pasado más de 50 años de carrera y poder volver a tocar esos temas es realmente maravilloso”. Aunque ha interpretado muchas de estas canciones a lo largo de los años, esta vez el enfoque es diferente: las toca en orden, con su banda y con un sonido actualizado.
Para su preparación se dio el trabajo de escuchar y analizar el disco nuevamente. Así, no puede evitar que a su mente la invada la nostalgia, y comenta que su principal pensamiento es: “¡qué chiquitos que éramos!”, en cada reproducción de Vida.
Además, menciona que ha descubierto nuevas dimensiones de las canciones: “Cuando las estoy interpretando es cuando digo: ‘ah, ahora cobran sentido las letras, ahora cobra sentido lo que buscábamos en la vida’”, reflexiona.
Más que un simple concierto sinfónico, describe la experiencia como una película. “El hecho de tocarlo con orquesta y con banda es como entrar a ver una película y la ves completa”, explica. Su amor por la música clásica ha hecho que cantar con orquesta sea un sueño de toda la vida. “Para mí era un sueño desde que tenía 8 o 9 años”, confiesa, y ahora, al estar rodeado de tantos músicos, siente que literalmente está “adentro de un disco”.

El show, además de incluir Vida en su totalidad, también tendrá una selección de canciones de su carrera solista y algunas sorpresas. “No te la quiero spoilear ahora, pero es un show imperdible”, adelanta.
Por otro lado, enfatiza el impacto emocional de la presentación. Para el público más maduro el concierto será un viaje en el tiempo, mientras que para los más jóvenes representará un descubrimiento. “Los más jóvenes en una de esas pueden escucharlo al día de hoy como se escucharía ese disco”, destaca, viendo en esto una oportunidad para conectar generaciones a través de la música.
La presentación en Chile será especial por varias razones: es la primera y única vez que tocará Vida completo en el país, y también la primera vez que podrá hacerlo en el Teatro Caupolicán con su banda y orquesta al completo. “Hace muchos años que nosotros estamos tratando de hacer esto, es como un placer redondo”, concluye, dejando en claro que este concierto es un momento único e irrepetible en su carrera.
La idea de un concierto sinfónico no surgió por imitación de otros artistas, sino como una propuesta que llegó en el momento justo. “Fui uno de los primeros en hacerlo en Argentina, porque después empezaron a hacerlo muchos, incluso Soda Stereo”, recuerda Mestre, destacando que su primera incursión en este formato fue a principios de los 2000.

Todo comenzó en la provincia de San Juan, cuando un director de orquesta y coros le planteó la posibilidad de reversionar su música con arreglos sinfónicos. “Me dijo ‘qué lindo sería’ y me propuso hacer los arreglos”, cuenta. La idea tomó forma con una primera experiencia modesta: una selección de su carrera interpretada con un cuarteto de cuerdas y algunos músicos adicionales. Al año siguiente, en 2005, el proyecto creció hasta convertirse en un concierto con orquesta sinfónica y coro.
El proceso no se detuvo ahí. Poco a poco, el enfoque se amplió, incluyendo arreglos de discos icónicos como Vida y Confesiones de invierno.
Más allá de su propia trayectoria, también encontró inspiración en bandas internacionales. “Vimos que había grupos muy conocidos que yo seguía, como Steely Dan, que todos los años en octubre cantan un disco distinto cada día”, explica. Esta práctica lo llevó a pensar en la posibilidad de presentar un álbum completo en vivo, respetando su esencia pero con una propuesta renovada.
El concierto no se limitará a Vida, sino que incluirá una selección más amplia de su carrera. “Tocamos con banda acústica, presento algo de mi etapa solista, cosas desconocidas que no han visto y dos o tres sorpresitas de otros discos de Sui Generis”, adelanta, dejando entrever que el espectáculo tendrá momentos inesperados para los asistentes.

Para Nito Mestre, el panorama del rock en Sudamérica ha evolucionado, pero mantiene un vínculo profundo con sus raíces. “El rock ahora se ha ampliado a nuevas generaciones”, comenta, destacando a artistas emergentes como Milo J, con quien tuvo la oportunidad de compartir escenario. Su encuentro fue fortuito y espontáneo, lo que refuerza su visión de que la música sigue fluyendo de manera natural entre distintas generaciones. “Fue pura casualidad, no fue por marketing”, asegura, recordando cómo el rapero le expresó su admiración y deseo de cantar juntos.
Más allá de estos encuentros personales, ha notado que muchos artistas jóvenes, a pesar de hacer otro tipo de música, han crecido escuchando el rock nacional y lo consideran una base fundamental. “Me encontré con Bizarrap, con varios de ellos, y todos se han basado en el rock nacional”, cuenta, resaltando que figuras como Paco Amoroso y Catriel han demostrado su admiración por la música de Luis Alberto Spinetta, interpretándola con gran respeto y calidad.
En su opinión, hay una tendencia clara hacia la experimentación, donde los músicos buscan mezclar lo análogo con lo digital. “Es el sueño que yo tenía de alguna manera”, confiesa. Si bien le gusta lo digital, cree que la mejor música surge cuando ambas formas se combinan armónicamente y con sentido.

También reflexiona que el término “rock” podría no ser suficiente para definir lo que está ocurriendo hoy. “No sé si llamarlo rock, porque es todo música”, mencionando que en Argentina hay muchas bandas que exploran distintos sonidos, desde el rock pop hasta fusiones con folclore y rap. Destaca a artistas como Wos, Zoe Gotusso, y la versatilidad de Catriel y Paco Amoroso, quienes pueden cantar con una banda de rock o con un cuarteto de cuerdas sin perder su esencia.
Uno de los aspectos que más le impresionan de esta nueva camada de músicos es su profesionalismo. “Me encanta verlos juntos como una tribu, donde todos se ayudan unos a otros”, comenta, subrayando la seriedad con la que trabajan.
Finalmente, se siente afortunado de poder seguir activo y compartir escenario con esta nueva generación. “Nosotros somos como los clásicos de la familia”, dice, consciente de que su trayectoria le permite ser testigo y partícipe de este cambio. Por eso, cada show lo vive con intensidad. “No tengo tanto tiempo por delante como el que tengo por detrás, así que a cada show le meto toda la potencia y toda la energía”, concluye, esperando que su presentación en Chile sea un evento que el público recuerde con la misma emoción que él lo vive.
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