“No existieron antecedentes probatorios completos y contundentes”: Tribunal de Disciplina emite veredicto por el Superclásico jurídico
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“No existieron antecedentes probatorios completos y contundentes”: Tribunal de Disciplina emite veredicto por el Superclásico jurídico
Era el fallo más esperado en el fútbol chileno. La Primera Sala del Tribunal de Disciplina zanjó la disputa jurídica entre Colo Colo y Universidad de Chile, decisiva para el término del Campeonato Nacional, aunque sólo este miércoles dará a conocer la redacción final del documento. Sin embargo, según fuentes conocedoras de la resolución, a las que accedió La Tercera, los albos obtuvieron la razón en la corte deportiva. Allí, en un fallo dividido por 4-2, se descartó el desacato y se le mantuvieron al Cacique los tres puntos que consiguió en cancha ante Huachipato.
Durante esta mañana, los clubes fueron notificados. Así lo dice el documento al que tuvo acceso El Deportivo. Lo hicieron en un escueto comunicado, que fue informado a los clubes participantes de la denuncia.
“Santiago, 5 de noviembre de 2024 En relación a la causa Rol N° 117/24, denuncia interpuesta por el club Universidad de Chile en contra del club Colo Colo, la Primera Sala del Tribunal de Disciplina en sesión efectuada con esta fecha, resolvió, por votación dividida, de cuatro votos por la posición mayoritaria y dos por la minoritaria, absolver al club denunciado. Se deja constancia que la sentencia fundada será notificada próximamente. Sin embargo, el Tribunal estima pertinente informar, por ahora, que la mayoría de los integrantes de la Sala consideraron que no existieron en la causa antecedentes probatorios, completos y contundentes, que ameritaran imponer las sanciones contempladas en la reglamentación para un eventual desacato. Notifíquese”, dice el escrito.
Ahora, en Universidad de Chile se alistan para el contrataque. En Azul Azul esperan los fundamentos del veredicto para presentar una apelación en la Segunda Sala del Tribunal de Disciplina.
El origen de la denuncia
Huachipato y Colo Colo se enfrentaron el 13 de octubre. Ese día, los albos obtuvieron las unidades que les permitieron quedar a las puertas de superar a Universidad de Chile. Cumplían un partido pendiente por la 18ª fecha del Campeonato Nacional.
Si el compromiso ya suponía una historia en sí mismo, lo que vino después escapa, incluso, al mejor guion posible. Lo que se desató esa tarde en el estadio de los acereros es lo más parecido a una trama. En esa jornada, producto de la sanción que había recibido por sus excesos en el partido frente a la UC, cuando las emprendió contra el juez José Cabero, Jorge Almirón tuvo que conformarse con ver el encuentro desde un palco del recinto siderúrgico. No podía mantener contacto alguno con sus colaboradores en la banca. Cualquier intento en ese sentido lo exponía a severas sanciones.
El Cacique terminó celebrando, gracias a los goles de Marcos Bolados y Erick Wiemberg. Thiago Vecino anotó el descuento. Hasta ahí, los albos solo tenían motivos para celebrar. Las preocupaciones vinieron después. El informe del juez Héctor Jona consignó la presencia de un funcionario albo, el coordinador Víctor Vidal, en la denominada zona de exclusión, dotado de lo que describió como “un aparato electrónico”. Esa, de por sí, es una irregularidad, aunque que más sufría con ella era el club dueño de casa, que tendría ser multado con 100 UF.
El trasfondo, sin embargo, era mucho más complejo: que se configurara el desacato, a raíz de una posible comunicación entre Almirón y su staff. Eso fue lo que motivó la denuncia de Universidad de Chile, el viernes 18, justo en el límite para el ingreso del escrito. ¿Qué pretendían los azules? Que se investigara una infracción que, entre sus penas, contempla la pérdida de los puntos además de doble de la sanción que había recibido quien incumpla el dictamen de la corte deportiva.
Aunque inicialmente las partes se verían las caras el 22 de octubre, la denuncia azul alteró la planificación. El Tribunal de Disciplina decidió convocarlas para una semana después, atendiendo a que la materia era la misma que había acotado Jona en su informe y que, por lo tanto, había que revisarla como una totalidad. Ese martes 29 no estuvo exento de particularidades. La primera fue que, frente a la programación del partido entre los albos y Magallanes, por la Copa Chile, para ese día, a las 19 horas, la audiencia fue programada para las 16.30 horas. La segunda, que Almirón compareció desde su oficina técnica en el Monumental a través de la vía telemática, para que pudiera cumplir con el compromiso deportivo. La tercera, que el encuentro derivó en unas cuatro horas de intenso diálogo e incluso algunos encontrones. La tensión era evidentemente palpable. La definición de Superclásico aplicaba perfectamente. Al menos en cuanto a intensidad.
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