Persecución, prohibiciones y asilo en México: la lucha de una traductora en tiempos de la URSS

Persecución, prohibiciones y asilo en México: la lucha de una traductora en tiempos de la URSS

Documentos desclasificados del gobierno federal registraron la solicitud de asilo de una empleada de la embajada soviética en México que temía por su vida Una trabajadora de la embajada rusa pidió ayuda al gobierno mexicano al sentirse amenazada. (Jesús Avilés -  Infobae México)

La relación entre la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y México durante la Guerra Fría (1947-1989) se caracterizó por el intercambio cultural e ideológico. La URSS promovió ideas comunistas a través de acuerdos culturales, artísticos y académicos con el Instituto de Intercambio Cultural Mexicano-Ruso y la fundación de la Sociedad de Amistad México-URSS.

También apoyó movimientos de izquierda e institutos políticos como el Partido Comunista Mexicano en las décadas de los sesenta y setentas.

Sin embargo, a pesar de la buena relación entre ambas naciones, las tensiones internacionales que tenía el país soviético lo hacían mantener reglas y normas estrictas para todo aquel ciudadano ruso que se encontrara en el extranjero.

Prueba de estas restricciones es el caso de una traductora rusa que en esa época trabajó en la embajada de su país en México, quién acudió a la Secretaría de Gobierno (SEGOB) a solicitar ayuda al sentirse amenazada por autoridades de su sede diplomática según se menciona en una carta del Director Federal de Seguridad del Gobierno Mexicano en 1969, Miguel Domínguez Loyo.

Una carta de auxilio al gobierno mexicano

Documentos extraídos del Archivo General de la Nación evidenciaron las estrictas normas que debían seguir los trabajadores de la embajada Rusa en México. (Omar López - Infobae México).

En una carta desclasificada por la Secretaría de Gobernación en el Archivo General de la Nación (AGN) y consultada por Infobae, se menciona cómo la ciudadana rusa (con nombre testado en el documento) de 30 años que trabajaba como traductora en la embajada de la URSS asistió desesperadamente a la SEGOB para solicitar asilo en tierra azteca debido a que sentía amenazada su libertad y posiblemente su vida.

“El día de hoy a las 12:45 horas, se presentó a la Subdirección General de Población con el fin de pedir asilo político la Sra (...) originaría de Moscú, Rusia, de 30 años de edad y quién trabajaba como traductora en el Departamento Comercial de la Embajada de la URSS en nuestro país, declarando que sintiéndose perseguida por personas de la embajada de su país posteriormente pondría en peligro su libertad y quizá su vida solicita la protección del Gobierno de México”. se lee en la carta extraída del documento de versiones públicas de Kazantsev Boris Aleksandrovich (AGN).

La solicitante mencionó haber llegado a México el 4 de junio de 1968 de forma legal y con pasaporte oficial que fue retirado por su embajada como uno de las medidas para que no pudiese abandonar el país por su cuenta, además informó a la SEGOB que contaba con domicilio en Moscú y en México en la bohemia colonia Condesa de la Ciudad de México.

Cuando explicó las razones por las que era perseguida hizo referencia a su origen, pues declaró que aunque terminó sus estudios profesionales en la Universidad de Moscú y posteriormente realizó un posgrado en la Universidad de Humboldt en la entonces República Democrática Alemana, sus abuelos y sus padres fueron perseguidos y encarcelados en la URSS, por considerarlos enemigos del régimen durante el gobierno de Iósif Stalin, y aunque fueron liberados en 1959, esos antecedentes familiares le prohibieron derechos como el de casarse.

Las prohibiciones a un soviético en el extranjero

Los trabajadores de la URSS en México tenían prohibido tener amistad con ciudadanos mexicanos. (Omar López - Infobae México).

La traductora mencionó ante la SEGOB que cuando llegó a México para trabajar en la embajada de la URSS, sintió curiosidad por el país y con el interés de conocer aspectos culturales como visitar museos y otras instituciones. Tuvo acercamiento con algunas personas de nacionalidad mexicana que le sirvieron de orientadores, sin embargo, el reglamento de la sede diplomática le prohibía estrictamente ligas de amistad con personas fuera de su trabajo y de otras nacionalidades.

Ignoró esta prohibición y viajó junto a un amigo mexicano para conocer la ciudad de Cuernavaca, Morelos, cercan a la capital en la que permaneció la noche de un sábado, este hecho habría disgustado a sus superiores en la embajada la URSS quienes le exigieron identificar a su acompañante, ya que salir de la Ciudad de México significaba otra falta grave a su reglamento.

Fue entonces, que la representación diplomática le comunicó que sería deportada a Rusia poniendo fin a su estancia en México, por la que escapó y pidió asilo. Cuando la embajada rusa se enteró que la traductora se encontraba en las oficinas de SEGOB alegó secuestro por autoridades mexicanas, a lo que ella respondió que llegó a esa instancia por voluntad propia.

Fuente

Infobae.com

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