Qué debe tener un búnker para poder sobrevivir en él a una guerra o crisis nuclear: al menos 10 metros de profundidad, ventilación y medicinas
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Qué debe tener un búnker para poder sobrevivir en él a una guerra o crisis nuclear: al menos 10 metros de profundidad, ventilación y medicinas

La demanda de búnkeres se ha disparado en España desde la invasión de Rusia a Ucrania y con motivo de las alertas de Bruselas
Ante la creciente preocupación por conflictos nucleares o porque la guerra llegue a España como alertó esta semana Bruselas, la construcción de búnkeres se ha convertido en una medida de seguridad para muchos. Un refugio efectivo debe cumplir con ciertos criterios esenciales para garantizar la supervivencia durante y después de una crisis nuclear.
Existen compañías especializadas exclusivamente en estos espacios, muy populares en Estados Unidos desde la Guerra Fría. En España, varias empresas ofrecen distintos servicios en este ámbito, desde la construcción desde cero hasta la readaptación de ubicaciones. La clave radica en el terreno y en los materiales utilizados para garantizar protección, suministro eléctrico, ventilación, y servicios básicos como agua.
Según Euronews, tras la invasión rusa de Ucrania y las crecientes tensiones geopolíticas, se ha disparado en un 200% la construcción de búnkeres privados, una tendencia que se extiende por el resto de Europa, siendo Alemania, Francia y los países bálticos los mejor preparados.
- Ubicación y estructura
La ubicación del búnker es fundamental. Debe situarse en áreas alejadas de objetivos estratégicos y zonas militares para minimizar el riesgo de impacto directo. La estructura debe ser subterránea, con paredes y techos de hormigón reforzado capaces de soportar explosiones y proteger contra la radiación. Un ejemplo destacado es el búnker de La Moncloa en España, diseñado para albergar a 100 personas y resistir ataques nucleares, químico y biológicos.
- Sistemas de filtración y ventilación
Es esencial contar con sistemas avanzados de filtración de aire para bloquear agentes nucleares, biológicos y químicos. Estos sistemas aseguran un suministro constante de aire limpio, manteniendo un ambiente respirable y seguro dentro del refugio.
- Suministro de agua y almacenamiento de alimentos
La autosuficiencia es clave. El búnker debe disponer de un sistema de almacenamiento de agua potable y reservas de alimentos no perecederos que permitan la supervivencia durante al menos dos semanas, periodo en el que la radioactividad exterior disminuye significativamente.
En España, empresas especializadas ofrecen refugios equipados para estancias prolongadas, con precios que oscilan entre 18.000 y 67.000 euros, dependiendo del tamaño y las características.

4. Equipamiento médico y kits de emergencia
Contar con un área médica equipada es vital para atender posibles emergencias de salud. Además, es recomendable disponer de kits de emergencia que incluyan artículos de higiene, medicamentos esenciales, herramientas básicas y documentos de identificación. La Comisión Europea sugiere que cada hogar tenga un kit de emergencia para sobrevivir sin ayuda externa durante al menos 72 horas, incluyendo elementos como papel higiénico, pastillas de yodo, agua potable y alimentos no perecederos.
- Comunicaciones y energía
Mantenerse informado es crucial en situaciones de crisis. El búnker debe estar equipado con sistemas de comunicación, como radios de onda corta, para recibir actualizaciones del exterior. Asimismo, contar con fuentes de energía alternativas, como generadores o paneles solares, garantiza el funcionamiento de los sistemas internos durante el aislamiento.
- Habitabilidad y confort
Aunque la función principal del búnker es la protección, la comodidad no debe ser ignorada. Espacios bien diseñados, con áreas de descanso, entretenimiento y saneamiento, contribuyen al bienestar psicológico de los ocupantes durante el confinamiento. A nivel mundial, empresas como Vivos Terra desarrollan refugios de lujo para clientes VIP, garantizando comodidad por largos periodos.
7. Planificación y preparación
Más allá de la infraestructura, la preparación es esencial. Participar en simulacros y estar informado sobre protocolos de emergencia aumenta las probabilidades de supervivencia. Países como Japón realizan simulacros anuales y forman a sus ciudadanos en medidas de autoprotección, prácticas que podrían ser adoptadas en otras regiones para mejorar la resiliencia ante crisis.
En España: 4 refugios públicos
El Gobierno de España está elaborando un Plan Nacional de Protección Civil para hacer frente a posibles riesgos bélicos. Sin embargo, en toda España solo existen cuatro refugios públicos antinucleares, la mayoría ubicados en Madrid: en el complejo presidencial de La Moncloa, la base aérea de Torrejón, el parque de El Capricho y, fuera de la capital, el Hotel Ébora en Toledo. Aunque los túneles del Metro podrían servir como refugio, su exposición a la radiación nuclear limitaría su efectividad.

En cuanto a búnkeres privados, se estima que hay alrededor de 400 en todo el país, una cifra muy inferior a la de naciones como Francia o Alemania. El alto coste es un factor determinante: un búnker estándar tiene un precio medio de 150.000 euros, mientras que modelos de lujo, ofrecidos por empresas como Búnker VIP, pueden superar los 350.000 euros. No obstante, también existen opciones más asequibles adaptadas a las necesidades del propietario.
Para ser verdaderamente efectivo, un búnker debe construirse a una profundidad de al menos 10 metros, con paredes reforzadas, un sistema de filtrado de aire y agua, y puertas capaces de resistir impactos. En el caso de los refugios antinucleares, es fundamental contar con un revestimiento de acero para garantizar una mayor protección contra la radiación.
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