Real Plaza Trujillo: Arquitecto prófugo y condenado por coimas aprobó modificar techo sin evaluación aparente, revela H13

Real Plaza Trujillo: Arquitecto prófugo y condenado por coimas aprobó modificar techo sin evaluación aparente, revela H13

El semanario reveló que el diseño original de la estructura fue alterado sin aparente evaluación técnica. El arquitecto Ernesto Villanueva, responsable de aprobar la modificación, fue sentenciado en 2022 y actualmente se encuentra prófugo

El techo del Real Plaza de Trujillo sufrió una modificación sustancial en su estructura, sin aparentemente contar con una evaluación técnica adecuada, lo que habría provocado el colapso fatal ocurrido a fines del mes pasado, según un informe difundido este viernes por Hildebrandt en sus trece.

El semanario tuvo acceso a los planos de la obra, incautados por el Ministerio Público a la municipalidad después de la tragedia que dejó seis muertos, y verificó que el diseño original fue alterado por “motivos comerciales”, específicamente para ganar espacio en la zona destinada a los locales de comida rápida.

En la etapa de anteproyecto, el patio de comidas contaba con 16 columnas de apoyo dispuestas en una circunferencia. Sin embargo, en la siguiente etapa, la del proyecto final, cinco columnas fueron reubicadas. El cambio habría sido dispuesto para ampliar el área destinada a los restaurantes.

“En esta zona se encontraban Papa John’s, Norky’s, Chinawok, Popeyes y Bembos”, indicó al semanario una persona cercana a la investigación.

Según Roy Reyna, ingeniero civil y jefe del Laboratorio de Estructuras de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), la modificación debió ir acompañada de una revisión exhaustiva de la estructura, especialmente de las conexiones entre las vigas de acero y el concreto. Sin embargo, el colapso catastrófico sugiere que esa evaluación nunca se realizó.

El responsable de aprobar esta modificación fue el arquitecto Ernesto Villanueva Valeriano, quien firmó la verificación de las estructuras del patio de comidas en abril de 2015. Villanueva, también presidente de la comisión técnica encargada de evaluar la licencia de obra, se encuentra prófugo de la justicia.

Siempre según el semanario, fue condenado en 2022 por el delito de colusión agravada en un caso relacionado con sobornos entregados a un consorcio para obtener un contrato en Cajamarca. La sentencia es firme.

Deficiencias conocidas

Durante la revisión de los documentos, el equipo de la Fiscalía descubrió que el legajo de la Municipalidad de Trujillo carecía de los folios del capítulo sobre la estructura de las vigas. De acuerdo con el semanario, los responsables del Real Plaza y la propia comuna estaban al tanto de la oxidación de los pernos y las estructuras.

Fotografías tomadas en julio de 2024, durante la fiscalización para el certificado de Inspección Técnica de Seguridad (ITSE), muestran la oxidación identificable a simple vista, incluida una bandeja de soporte con instalaciones eléctricas corroídas.

El ingeniero civil Ángel Porras, especialista municipal que aprobó las condiciones de las estructuras del centro comercial en noviembre pasado, está inubicable. Moisés Hurtado, actual gerente de riesgos de desastres y defensa civil de Trujillo, señaló que ha intentado contactar con él, pero no ha obtenido respuesta.

Por su parte, el ingeniero civil Julio Rivera, responsable del diseño del patio de comidas del centro comercial, indicó a la revista que su empresa envió al lugar del siniestro a “dos personas” que solo tomaron fotos desde fuera de las zonas restringidas.

Según fuentes oficiales, representantes del Grupo Intercorp han intentado gestionar una reunión con la fiscal Carmen Varas, de la Tercera Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Trujillo. Primero lo intentaron desde Lima, sin éxito. Luego buscaron una comunicación directa, pero la magistrada no accedió.

El 29 de diciembre de 2023, la Municipalidad de Trujillo ordenó el cierre del centro comercial por deficiencias estructurales, aunque el establecimiento replicó que esas observaciones no representaban “un peligro inminente” ni justificaban el cierre. Una semana después, anunció su reapertura al asegurar que sus instalaciones estaban en “perfecto estado”.

En el momento del cierre inicial, el entonces alcalde de la ciudad, Arturo Fernández, actualmente prófugo, advirtió que el Real Plaza era una ”bomba de tiempo”, de modo que debía ser demolido.