Ripamonti retiene Viña dominando en los sectores damnificados por los incendios

Ripamonti retiene Viña dominando en los sectores damnificados por los incendios

“Hoy día en la zona ustedes se han manifestado, y ganamos en el sector del incendio”. Con esa frase, la reelecta alcaldesa Macarena Ripamonti (FA), además de motivar un aplauso de casi un minuto en la celebración del triunfo que encabezaba, también decía algo más: era un mensaje a su contendor, Iván Poduje, el arquitecto independiente pro Chile Vamos que desafió a la licenciada en Ciencias Jurídicas.

La afirmación de Ripamonti no fue azarosa: Ripamonti venció en los cinco locales de votación más cercanos a los sectores afectados por los incendios de febrero. Según cifras del Servel, con todas las mesas escrutadas al 100%, la abanderada del FA ganó en la Escuela Básica John Kennedy, en el sector de Villa Dulce (57,64% versus un 36,89% de Poduje); en la escuela Villa Independencia (52,51% versus 34,22%); en el colegio San Nicolás en El Olivar (54,11% versus 35,08%) y en la Escuela Canal Beagle (48,48% versus 45,73%).

Esta alegría contrastó con lo que pasó en el comando de Iván Poduje en el centro de Viña del Mar. Allí, junto a algunos candidatos a concejal de Viña del Mar, supieron los resultados. A las 9:39 de la noche, el arquitecto tuiteó asumiendo su derrota.

“Con un 50,3% de las mesas escrutadas, la ventaja de Ripamonti parece irremontable. Lamentamos no haber podido comunicar mejor nuestro mensaje para recuperar Viña del Mar. Agradecemos a los miles de vecinos que confiaron en nosotros”, dijo.

Horas después, se pudo saber el resultado final. Con el 98,75% de las mesas escrutadas, Macarena Ripamonti consiguió 112.504 votos (51,56%) contra 89.854 de Poduje (41,18%) y los 15.829 (7,25%) de Alejandro Plaza, el candidato independiente por el pacto Izquierda Ecologista Popular.

Lo que más llamó la atención en el comando de Poduje también fue eso: la derrota en sectores como El Olivar, uno de los barrios donde habían hecho el despliegue más duro.

Ripamonti, según quienes pasaron los dos días de elecciones con ella, mantuvo un ánimo sereno. El día sábado votó en la Escuela 15, su colegio de la infancia. “Hay tantas cosas en juego: el destino de Viña del Mar. Su horizonte de posibilidades. Nuestro bienestar, la prosperidad, la transparencia, la probidad”. La mañana del domingo, acompañó a su abuela a votar.

En tanto, el arquitecto de la PUCV comenzó el día con un ánimo triufalista. “Estamos muy tranquilos. Tenemos sondeos que indican que ganamos, y la percepción de nuestros apoderados y vecinos respalda eso. Así que confiamos en un buen resultado esta tarde”, dijo en CNN.

Pero el escenario nunca estuvo claro para ninguno de los dos.

En los días previos a la elección, si bien existía optimismo, no se manejaba certeza de los resultados. Eso sí, para diputados, concejales e intendentes de la zona a quienes consultó La Tercera, había algo claro: la elección se iba a disputar en Forestal, Achupallas, Villa Independencia y El Olivar. Es decir, todos los sectores abatidos por el incendio.

Esa, para los equipos de ambos candidatos, iba a ser la batalla que iba a decidir el destino de Viña del Mar.

La batalla por los cerros

Iván Poduje intentó arrebatarle Viña del Mar en uno de los puntos más cuestionados de Ripamonti: la gestión de la emergencia de los incendios del 2 y 3 de febrero del 2024, que fueron los más voraces en 14 años, dejando un saldo de 135 fallecidos, 11.349 hectáreas arrasadas y 7.500 viviendas destruidas.

Esta inclinación por atacar la gestión de Ripamonti desde el punto de vista de la gestión de los espacios urbanos se condice con algo: Poduje es un arquitecto con 20 años de experiencia, 17 de ellos como docente de la PUC. Además, era uno de los colaboradores del expresidente Sebastián Piñera cuando él armó un equipo de trabajo para proponerle ideas al Ejecutivo.

Una vez ungido como candidato, Poduje decidió atacar a Ripamonti por su manejo durante la emergencia.

En un debate del 18 de octubre, sostuvo: “Tenemos el tercer incendio más destructivo de la historia urbana y hay 5.200 familias a las que se han entregado solo 246 subsidios. Están abandonadas por el municipio, el Gobierno y la Delegación Presidencial”.

Pero Ripamonti no solo se defendió: la emergencia de los incendios la obligó a hacer un giro.

Si bien al principio no se distanció de la gestión del gobierno, Ripamonti adoptó una postura más crítica hacia el Ejecutivo después de las lluvias que afectaron la zona en mayo de este año.

“La tarea que hay que enfrentar solamente en Viña del Mar es prácticamente levantar una comuna completa. Ese esfuerzo supone medidas que sean excepcionales ante una emergencia excepcional, y yo no he visto ninguna variabilidad en ninguna gestión a propósito de llegar temprano y cumplir el mandato del Presidente”, dijo Ripamonti a La Tercera en mayo pasado, en una de sus primeras críticas directas a la gestión Boric sobre los incendios. A lo que añadió en esa ocasión: “Nosotros creemos que él tiene una genuina preocupación, creemos en él, pero sus instrucciones hoy día no se están llevando a cabo por quienes tienen la capacidad ejecutiva de hacer cumplir lo que el Presidente de la República ha exigido”.

En septiembre, en tanto, se conoció un balance rojo: hubo 37 homicidios el fin de semana patrio. Siete de ellos, en la Región de Valparaíso.

La edil también atacó la gestión del gobierno en materia de seguridad por esa coyuntura. “Los resultados de las medidas que han implementado las autoridades a cargo de la seguridad no funcionaron”, disparó. Y sumó: “No podemos continuar así: llegó la hora de pasar a la acción”.

Esta seguidilla de reveses hacia el gobierno se juntaron con otro gesto: Ripamonti se juntó con el concejal Carlos Williams -un independiente pro Renovación Nacional- a un café. Allí, luego de conversar durante unos minutos, Williams anunció su respaldo a Ripamonti. Eso, para fuentes de ambos lados, fue clave para mostrar la flexibilidad de su gestión, pero también un golpe duro para la derecha, a tal punto, que figuras de RN salieron a respaldar a Poduje, y a pedir públicamente que Williams no confundiera al potencial votante de Chile Vamos. También lo criticaron los concejales de derecha de Viña del Mar.

Esto fue para algunos un signo de lo que podía lograr Ripamonti: un movimiento hacia el centro. Una apuesta firme, cuyo resultado iba a verse reflejado en los resultados del domingo.

Las otras razones

Ripamonti en su discurso de victoria recalcó más ideas que reafirmaron su gestión.

Lo primero, es que subrayó la idea de tener una “casa ordenada”. Algo que durante su campaña le reprochó duramente a Chile Vamos a raíz de los años de administración Reginato.

“Hoy día tenemos la casa ordenada. Ya no tenemos problemas de corrupción. Tenemos participación ciudadana en cada una de nuestras decisiones. Por lo tanto, nuestros logros tienen que triplicarse”, dijo.

Lo otro que sacó a relucir fue la construcción de obras públicas en su mandato. “Remodelamos 42 escuelas públicas. El noventa por ciento de ellas no habían tenido un peso de inversión. Construimos en 36 meses cuatro centros de salud nuevos. Cuatro. Y eso lo hicimos porque no solamente tuvimos un trabajo ejemplar, sino que también porque lo hicimos en equipo”, celebró la edil.

Pero hay quienes ven otras razones en el triunfo de Ripamonti: son las cualidades de ella: es una figura muy identificada con Viña del Mar. Estudió en la ciudad, también vive en ella, así como buena parte de su familia.

Lo otro que terminó por validar a Ripamonti: la cantidad de votantes de esta elección. Uno de los puntos que criticó la derecha -y por la que explicaban por qué perdieron la alcaldía después de 16 años- era que ese 2021 solo votó el 42,7% del padrón. De 301 mil inscritos, votaron 128 mil. Macarena Ripamonti fue electa con 49.574 votos, el 38,5% de las preferencias. Le siguió Andrea Molina, independiente pro Chile Vamos, quien consiguió el 21,5% de los votos.

Pero esta vez, los números de Ripamonti dicen algo más: con 108.949 votos, más que duplicó su votación anterior y además se transformó en la candidata más votada de Viña del Mar desde el regreso de la democracia. Superó los 107.355 votos de Virginia Reginato el 2008, en unos comicios que también fueron obligatorios. Eso sí, hay un matiz: Reginato en esa ocasión consiguió el 78,6%, de un universo de 136 mil votantes. Este 2024, el universo fue de 238 mil votantes.

El candidato a concejal Francisco Muñoz, quien hizo campaña junto a Poduje, dice que la derrota se explica por algo que Ripamonti tiene, que al arquitecto le falta: “Faltó conexión emocional con el electorado. Iván tiene una expertise técnica. Es más duro y menos emotivo que su contendora. Técnicamente estaba más capacitado. Pero el voto es emocional, y lo que ella capta, y es su principal cualidad, es la emocionalidad y contención psicológica”.

La jefa de campaña de Iván Poduje, Caroline Iribarne, ofrece otra mirada.

-Hicimos una buena campaña en poco tiempo. Logramos una gran votación pese a enfrentar una máquina municipal enorme. También creo que nos faltó tiempo para que la gente conociera nuestro programa como un todo. Fueron cinco meses para una ciudad de 300 mil personas.

Pero Muñoz dice algo más.

-Una cosa es ofrecer un proyecto de reconstrucción, una carta Gantt. Eso es menos seductor para el electorado, que buscaba una contención emocional.

Fuente

LaTercera.com

LaTercera.com

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