Si Europa quiere volver a ser dueña de su propia Defensa ya sabe qué debe hacer: mirar más allá del 2% del PIB

Si Europa quiere volver a ser dueña de su propia Defensa ya sabe qué debe hacer: mirar más allá del 2% del PIB

En un tiempo récord la Unión Europea ha visto cómo el gasto en defensa pasaba de ser un tema secundario en el debate político, casi un asunto molesto, a toda una patata caliente. Y es lógico. En apenas tres años a Bruselas le ha tocado lidiar con dos grandes desafíos. Primero, en febrero 2022, el avance de las tropas rusas hacia Ucrania y el inicio de una guerra a las puertas de casa. Segundo, el regreso a la Casa Blanca de un Trump que ya ha advertido a la UE que no podrá contar siempre con el respaldo militar de EEUU.

Ante semejante escenario, la pregunta es obvia: ¿Es Europa dueña de su propia defensa? ¿Qué debe hacer para serlo?

"Los viejos tiempos". Hace unos días, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, Volodymyr Zelensky lanzó un aviso sobre el giro que ha imprimido el regreso de Trump a la Casa Blanca en las relaciones entre Washington y Bruselas: "Se acabaron los viejos tiempos en los que EEUU apoyaba a Europa solo porque siempre lo hacía […]. De ahora en adelante, las cosas serán diferentes y Europa tiene que adaptarse".

Las palabras del dirigente ucraniano sonaron particularmente graves porque no se refieren a política económica ni diplomacia internacional (o no solo). En Múnich, Zelensky hablaba de algo que afecta directamente a su país: la defensa. De ahí que la advertencia fuese acompañada de un guante lanzado a la mesa de Bruselas: "Creo que ha llegado el momento, se deben crear las fuerzas armadas de Europa".

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"Garantizar su propia defensa". Importan las palabras, pero importa sobre todo el contexto. En el mes escaso que lleva en la Casa Blanca Trump ha dejado ya claras algunas de las líneas maestras de su segundo mandato. Y una de ellas pasa, efectivamente, por un cambio sustancial en las relaciones con Europa. En materia económica… y defensa. El republicano ha exigido a los países de la OTAN que eleven su gasto militar al 5% de su PIB, un mensaje claro a los países de la UE, que suman 23 de los 32 miembros de la Alianza.

A lo largo de las últimas semanas Washington ha insistió en la necesidad de un "reequilibrio" en las relaciones transatlánticas y ha dejado claro que la presencia militar de EEUU en Europa "no durará para siempre". El vicepresidente JD Vance incluso ha ido más allá y aprovechó el foro de Múnich para lanzar un aviso a navegantes: el viejo continente debe "dar un gran paso para garantizar su propia defensa". En resumen, la UE se arriesga a quedarse sin el apoyo de un EEUU que hoy parece más interesado en el Indo-Pacífico.

Una mesa sin silla para la UE. Si ha habido una prueba clara (y sobre todo gráfica) del cambio de escenario en materia de defensa es que Europa se quedó sin silla en la mesa de negociación montada hace unos días en Riad para hablar sobre la guerra de Ucrania y su posible resolución. Allí se sentaron representantes de Rusia, EEUU e incluso Arabia Saudí, anfitriona; pero no Europa para cabreo de sus dirigentes. Tampoco Kiev, protagonista de la negociación.

No fue una sorpresa. Aunque más tarde moduló su tono, el representante de Washington para la guerra de Ucrania, Keith Kellogg, ya había dejado claro días antes que la UE no tendría cabida en la mesa. Con ese telón de fondo y en pleno acercamiento directo entre Donald Trump y Vladimir Putin, el vicepresidente del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia, Medvedev, envió un mensaje claro a Bruselas: "La Europa solterona y fría está loca de celos y rabia […]. No es de extrañar. Su tiempo ha terminado. Es débil, fea e inútil".

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¿La hora del ejército europeo? La pregunta que queda botando es la que deslizaba hace unos días Zelensky: ¿Ha llegado la hora de impulsar las fuerzas armadas de Europa? La idea no es ni mucho menos nueva. El presidente francés, Enmanuel Macron, ha apuntado en el pasado en esa dirección, que tampoco es reciente ni ajena a los orígenes de la UE. En 1954 la CECA ya planteó crear la Comunidad Europea de Defensa y el propio Parlamento presume de que desde 2016, tras la invasión de Crimea, se han dado pasos a nivel comunitario para “reforzar la capacidad de Europa para defenderse”.

Un movimiento complejo. Europa ha impulsado foros, el Fondo Europeo de Defensa, la Brújula Estratégica o la Estrategia Industrial de Defensa y ha reforzado su gasto en defensa, como destaca la propia Comisión Europea, aumentando sus partidas de los Estados miembros más de un 30% en cuestión de unos años, coincidiendo con la invasión de Ucrania.

Sin embargo pese a esos movimientos o incluso el respaldo social que tiene la política común de defensa (la apoya el 77% de los europeos, según el Eurobarómetro de 2024), los analistas suelen coincidir en lo complicado que sería impulsar un ejército de la UE, al menos a corto plazo, o incluso blindar la política de seguridad y defensa común.

La UE es un club de Estados con intereses que no siempre coinciden, igual que no lo hacen la percepción de las amenazas. Eso sin contar con lo complejas que son las tomas de decisiones a nivel comunitario o que, como recuerdan desde Investigate Europe, crear un ejército bajo el mando de la UE implicaría que los gobiernos nacionales tendrían que renunciar a soberanía. Aunque se ideó para todo lo contrario, la cumbre celebrada estos días en París ha evidenciado esas dificultades y hay quien, como el ministro de Exteriores polaco, ya cierra la puerta a un ejército unificado.

Captura De Pantalla 2025 02 20 134433e Gasto en defensa de los Estados miembros de la UE.

Cuestión de política, y gasto. La otra gran pregunta en torno a la defensa europea, sobre todo tras los movimientos de Washington y la exigencia de Trump de que los países de la OTAN aumenten su gasto es… ¿Cuánto invierten los países de la UE en defensa? ¿Es suficiente? Y si no es así, ¿Cuánto más tendrían que gastar? Por lo pronto Von der Leyen ya ha planteado congelar las reglas fiscales para que la UE se vea con las manos libres para invertir "cientos de miles de millones" de euros precisamente con ese fin: defensa.

"Para tiempos extraordinarios es posible tener medidas extraordinarias en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento", asumía hace días la dirigente europea. La idea sobre la mesa pasa por dar "flexibilidad" a los Estados miembros para que tengan más margen en sus presupuestos al decidir el gasto militar y que al menos los países integrados en la OTAN lleguen al objetivo del gasto equivalente del 2% del PIB.

Ahora, en conjunto, los países comunitarios rondan el 1,9%, aunque esa cifra oculta realidades nacionales muy distintas: mientras Polonia y las repúblicas bálticas tienen gastos que pasan del 3% de su PIB, España se mueve en el 1,32% con la meta de llegar al 2% comprometido a finales de la década. Son datos bajos, sobre todo si se tiene en cuenta que no es descabellado que a lo largo de este año la Alianza Atlántica plantee ya ir más allá de ese 2% al juzgarlo "insuficiente".

Porcentajes y perspectiva. Esos porcentajes dan una idea de las profundas diferencias en esfuerzo inversor en el seno del club comunitario. Los datos de la OTAN, que aglutina a 23 países de la UE, son significativos. Su balance muestra que aunque buena parte de la UE supera el objetivo del 2%, Bélgica, Croacia, Italia, Luxemburgo, Portugal, Eslovenia y España se mantienen sensiblemente por debajo de esa meta.

¿Es mucho o poco? EEUU dedica a defensa casi el 3,4% de su PIB y ya reclama a los miembros de la OTAN que lleguen al 5%. En cuanto a Rusia, los datos del World Bank Group muestran que el peso del gasto militar sobre su PIB se ha disparado desde 2021 hasta alcanzar el 5,9% en 2023, lejos del 1,7% que el mismo organismo atribuía ese año a la UE.

El análisis de World Bank Group sobre Europa muestra además que la UE no empezó a incrementar el porcentaje de gasto en defensa hasta 2015, después de la invasión rusa de Crimea, y volvió a repuntar en 2022, coincidiendo con el conflicto ucranio. Hasta entonces, con algunos altibajos, estaba en descenso, alejándose de los datos de la Guerra Fría.

¿Llega con el 2%? Esa es la pregunta del millón: ¿Qué esfuerzo inversor debe hacer Europa en defensa si quiere ser autónoma? ¿Llega con alcanzar el 2% del PIB marcado por la OTAN? ¿Debe mirar al 5% que exige Trump? Esas preguntas se las hacía hace poco Florian Dorn, director de EconPol, en un amplio ensayo publicado en Intereconomics, y su conclusión es clara: durante la Guerra Fría los europeos ya gastaban en defensa "mucho más del 2%" del PIB cada año, y eso a pesar de que por entonces contaban con el respaldo de EEUU.

"No bastará con aumentar el gasto en defensa para lograr una mejor preparación militar, como pretende el objetivo del 2% de la OTAN. Muchos países europeos han recortado sus presupuestos de defensa durante muchos años y apenas han invertido en depósitos de municiones y equipos modernos. Para compensar estos déficits de inversión habrá que gastar bastante más que el 2% si Europa quiere mejorar rápidamente sus propias capacidades de defensa y de disuasión".

Con un ojo puesto en Rusia. Y por si ese mensaje no quedase claro, Dorn advertía: "Los costes militares son mucho más elevados para los europeos que para Rusia. Por eso Rusia sola (sin sus aliados) tiene unos costes para un gran ejército inferiores a los de todos los países europeos de la OTAN juntos". En septiembre Putin dio instrucciones para que el ejército ruso se convierta en el segundo mayor del mundo, solo superado por el de China.

Las cifras de la UE. La Comisión Europea presume en cualquier caso de que entre 2021 y 2024 los Estados miembros de la UE han aumentado el gasto total en defensa en más de un 30%, alcanzando los 326.000 millones de euros en 2024, "aproximadamente el 1,9% del PIB de la UE", calcula. El organismo espera además que esa suma aumente en más de 100.000 millones de euros en términos reales hasta 2027. Al menos en 2023 más del 80% de las inversiones en defensa, unos 61.000 millones, se dedicaron a "nuevos productos".

Si hablamos de ejércitos, los datos de Statista muestran que Italia, Francia y España son los tres estados del club comunitario con mayores ejércitos, atendiendo al número de personal militar en activo. En 2019 España sumaba cerca de 199.000, con Italia a la cabeza con 342.000 efectivos.

Con todo, las cifras de los estados miembros de la UE son hoy bastante inferiores a las que manejaba durante la Guerra Fría: de 3,4 millones en 1989 ha pasado a menos de dos en 2019, según Statista. En ese contexto durante los últimos años han recuperado fuerza los servicios obligatorios.

Imágenes | U.S. Army Europe (Flickr), 7th Army Training Command (Flickr), OTAN y Comisión Europea

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La noticia Si Europa quiere volver a ser dueña de su propia Defensa ya sabe qué debe hacer: mirar más allá del 2% del PIB fue publicada originalmente en Xataka por Carlos Prego .

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