Siria desfila por La Haya para dar carpetazo al legado de Al Asad

Siria desfila por La Haya para dar carpetazo al legado de Al Asad

Imane Rachidi

La Haya, 9 mar (EFE).- El Gobierno de transición en Siria trata de mostrarse más cercano a los organismos a los que el caído dictador Bachar al Asad miró con recelo, como evidenció la visita esta semana de sus representantes a La Haya para respaldar la lucha contra las armas químicas, la búsqueda de personas desaparecidas, y la rendición de cuentas ante la Justicia internacional.

El ministro sirio de Exteriores, Asaad al Shaibani, mantuvo varias reuniones en La Haya, sede de varias organizaciones internacionales, e hizo una demostración pública de un compromiso con los tratados y las leyes, en una ruptura con la era de Al Asad, derrocado en diciembre.

Uno de los encuentros fue con Karim Khan, el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), de la que Damasco no es país miembro.

“La reunión dio seguimiento al intercambio productivo que el fiscal tuvo con el Gobierno sirio de transición en Damasco en enero, reafirmando el compromiso de la Fiscalía de explorar cómo ofrecer su cooperación para apoyar los esfuerzos de las autoridades sirias en la búsqueda de justicia por los presuntos crímenes cometidos en el país”, dijo la Fiscalía.

Además, le tendió la mano como “socia para apoyar los esfuerzos nacionales en favor de las víctimas” y “para garantizar que rindan cuentas los principales responsables de crímenes internacionales” como los de guerra y lesa humanidad.

Al Shaibani también visitó la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) y “reafirmó el compromiso de las nuevas autoridades sirias de cooperar con la OPAQ para eliminar el programa de armas químicas del régimen sirio anterior”, confirmó la propia institución, que tildó la visita del ministro de “histórica”.

"El nuevo Gobierno sirio está presente aquí y está decidido a reconstruir el futuro de la nueva Siria sobre la base de transparencia, justicia y cooperación con la comunidad internacional", señaló Al Shaibani al Consejo Ejecutivo, a quien prometió “poner fin a este legado doloroso, hacer justicia a las víctimas y garantizar un cumplimiento sólido del derecho internacional”.

El director de la OPAQ, el diplomático español Fernando Arias, visitó Damasco por primera vez el pasado mes y se reunió con el presidente interino de Siria, Ahmed al Sharaa, “estableciendo las bases para una nueva colaboración”.

Arias destacó que “la situación política en Siria ofrece una oportunidad histórica” para eliminar las armas químicas del país árabe, y anunció que un equipo de expertos técnicos de la OPAQ será desplegado en Damasco en los próximos días para avanzar en este proceso.

La relación entre la OPAQ y Al Asad ha sido turbulenta. Damasco se convirtió en Estado parte la organización en octubre de 2013, y, durante un año, las armas declaradas fueron retiradas y destruidas, pero siempre se sospechó que Al Asad no las declaró todas.

Al Shaibani prometió permitir a la OPAQ terminar el trabajo que empezó en Siria, pero subrayó que “necesita” el apoyo de la comunidad internacional “para lograrlo”.

La caída de Al Asad fue tan inesperada que sus aliados dejaron atrás las pruebas de los crímenes, en documentos y fotos que deben ser recolectados y conservados para garantizar la rendición de cuentas, y conocer el destino de los desaparecidos.

La semana pasada estuvo en Siria Kathryne Bomberger, directora de la Comisión sobre Personas Desaparecidas (ICMP). “Visitamos un sitio de entierro masivo espantoso, donde durante una década, camiones frigoríficos han estado descargando cuerpos al menos dos veces por semana. Es uno de los peores horrores que hemos visto, y la excavación tomará años”, lamentó hoy a EFE.

“La antigua Yugoslavia fue horrible y teníamos esperanzas de no volver a ver algo similar, pero las cifras de desaparecidos son astronómicas. No sólo fue Al Asad, también están los desaparecidos del terremoto, de la migración, del crimen organizado. Será muy complicado encontrarlos”, señaló Bomberger.

En 2016, la ICMP logró fondos de la Unión Europea para un programa para “preparar el camino para un futuro proceso de justicia” y logró recolectar datos de 80.000 familias que informaron de 30.000 desaparecidos en Siria.

Al Shaibani también se reunió con Bomberger en La Haya, y se propuso “esclarecer el destino de los desaparecidos en Siria, una herida dolorosa que afecta a casi todas las familias sirias”, prometiendo “no descansar hasta que se encuentre a cada persona desaparecida o hasta que cada familia tenga el derecho de conocer la verdad y vivir su duelo en paz”.

El Gobierno de transición ha mostrado su interés en la ayuda del ICMP, pero Siria “aún no tiene la infraestructura ni la electricidad necesaria para construir un laboratorio moderno”, y “la reconstrucción de un sistema legal y forense tomará mucho tiempo”, prevé Bomberger. EFE

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Infobae.com

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