Susana Jiménez asume en la CPC con foco en el crecimiento y dice que en el tema tributario “hay una alternativa de acuerdo”

Era un resultado esperado. Y así fue. La economista y directora de empresas, Susana Jiménez, fue elegida y asumió este martes la presidencia de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) por un período de dos años, siendo la primera mujer que estará al mando de la multigremial del gran empresariado. La acompañarán como vicepresidente, Daniel Mas, y como gerenta general, Macarena Letelier.

En la sede del gran empresariado, en Monseñor Sótero Sanz, Providencia, estuvieron presentes varios expresidentes de la CPC para participar en el proceso de votación, entre ellos, José Antonio Guzmán, Rafael Guilisasti, Lorenzo Constans, Andrés Santa Cruz y Alberto Salas. Pero también hubo ausentes: Alfredo Moreno y Juan Sutil.

Además, asistió el resto de los votantes: los seis presidentes de las ramas que conforman la CPC y 10 consejeros por cada una de ellas.

“Presidir la Confederación de la Producción y del Comercio es el honor y la responsabilidad más grande con nuestra sociedad que un empresario puede recibir de sus pares. Por ello, sean mis primeras palabras para agradecer la confianza que han depositado en mí, a la que responderé con el máximo compromiso”, dijo Jiménez en su discurso inicial.

Agregó en su presentación que asume este desafío “con optimismo”, porque hace 40 años les recayó a los empresarios la tarea de contribuir con el crecimiento económico, “pilar fundamental para el desarrollo del país. En una economía abierta, asumimos el reto de competir con el mundo”.

En ese contexto dijo que “nuestro norte estará en recuperar el crecimiento, el empleo formal y la valoración de nuestra actividad empresarial”.

Y le envío un recado a los políticos: “Quiero decirles que, aunque no somos políticos, sí nos interesa la política, porque el desarrollo de Chile es mucho más que crecimiento económico y sin un sistema político sólido es muy difícil, si es que no imposible, tener instituciones fuertes, legislación capaz de generar un orden social justo y eficaz, así como una convivencia armónica y constructiva”.

También se definió como feminista, “que cree y defiende el mérito, la igualdad de oportunidades y los incentivos correctos. En ninguna época y lugar las mujeres han tenido más oportunidades que allí donde ha existido una sociedad libre, en que la empresa privada ha sido el motor del progreso”.

Reformas

Al término de su discurso fue consultada por las principales reformas en que el gobierno busca avanzar: tributaria y de pensiones. Sobre la primera, sostuvo que “en el tema tributario yo creo que sí hay una alternativa de acuerdo”, pero agregó que “obviamente hay ciertas condiciones que necesitan flexibilizarse por parte del gobierno”.

Al respecto, precisó que una de ellas es la desintegración del sistema impositivo. “Eso a nosotros nos preocupa, porque la idea es reducir la carga tributaria y no aumentarla. Con la desintegración se sube la carga a las empresas medianas”, indicó Jiménez. Por ello, lo ideal para el empresariado es que se vuelva a integrar el sistema tributario.

En cuanto a la reducción de la tasa de impuesto que pagan las empresas, Jiménez dijo que el bajar al 25% “es muy poco para nosotros. Se necesita un impulso mayor para una economía”. Por esta razón insistió en que una buena tasa sería una de 23%.

Puntualizó que al desarrollo económico solo se llega de la mano de la libertad, del emprendimiento, de la inversión, de la innovación y del trabajo duro. “El progreso no se alcanza a través de los impuestos excesivos, la burocracia y los subsidios. No hay nada más solidario que ser eficientes y no hay nada que les dé más dignidad a las personas que un trabajo estable y remunerado. Ambas cosas constituyen la esencia de la vocación empresarial. Nuestra contribución fue esencial para llevar a nuestro país, de ser uno de los más pobres de América Latina, a ser líder en desarrollo humano”, manifestó.

Anticipó que una primera reunión formal con el Ministerio de Hacienda, como nueva mesa directiva, tendrá lugar en enero.

Sobre la reforma de pensiones, Jiménez afirmó que “lo más importante es que se aumenten las pensiones de las personas, y todas las alternativas que se están barajando van en esa línea. Hemos logrado transversalmente hacer un buen diagnóstico de que se necesita más ahorro, compensar la situación de las mujeres y tenemos que buscar los mejores elementos para lograrlo”.

Agregó que “la prosperidad y desarrollo del país exigen buena política y buena empresa. Nosotros nos comprometemos a dedicar toda nuestra energía para estar a la altura de los desafíos que Chile nos impone y confiamos que la política también lo estará”.

Al finalizar su discurso se refirió al hecho histórico que se produjo con su llegada a la presidencia de la CPC. “No puedo dejar de referirme a mi condición de mujer. Soy la primera mujer en presidir esta institución y siento el peso de esa responsabilidad. Sin embargo, no llegué acá por ser mujer, sino por la llamada de una vocación que me llevó a estudiar y trabajar con ahínco, así como a servir a nuestro país como empresaria, dirigente gremial, funcionaria de gobierno, docente y también como madre”.

La despedida de Mewes

Por su parte, el discurso de despedida de Ricardo Mewes, timonel saliente de la CPC, comenzó con un homenaje al fallecido expresidente de la CPC Alfonso Swett, fallecido recientemente, quien estuvo al mando de la multigremial entre 2018 y 2020. “Alfonso fue un dirigente gremial con una profunda vocación de servicio público, un empresario innovador, economista riguroso y profesor apasionado. Pero por, sobre todo, fue un hombre de una calidad humana extraordinaria”, expresó.

En su alocución reforzó lo que fue su gestión: destacó la agenda procrecimiento y de convergencia tributaria que fue presentada a Hacienda en enero de 2024. “Lo hemos dicho tantas veces: el crecimiento económico es la principal fuente de recaudación fiscal y, por lo mismo, la mejor manera para financiar las demandas sociales”, indicó.

En ese sentido, añadió que “tenemos la convicción de que un alza tributaria no es necesaria ni deseable y propusimos, en cambio, reducir el impuesto corporativo en línea con la Ocde, junto con avanzar hacia una convergencia tributaria que elimine la actual discriminación entre inversionistas extranjeros y nacionales, de manera de aumentar la competitividad de nuestro país”.