Tesla quiso hacer del Cybertruck un coche eléctrico superventas. De momento está siendo todo un fracaso
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Tesla quiso hacer del Cybertruck un coche eléctrico superventas. De momento está siendo todo un fracaso

Tesla necesita sacarse stock de encima. Es algo que parece estar gritando a los cuatro vientos con las últimas ofertas que está haciendo en Estados Unidos. Quizás porque no pueden apretar más con los precios, la compañía ha puesto en marcha una serie de incentivos para animar a la demanda de sus coches eléctricos.
Más allá de descuentos puntuales para eliminar las últimas unidades del Tesla Model Y antes de su renovación completa (algo habitual entre los fabricantes), la compañía está operando con financiaciones al 0% para los compradores del Tesla Model 3, señalan desde Bloomberg.
Pero los descuentos no quedan aquí y se están centrando en otro vehículo que, por su concepto, no debería haber tenido ningún problema para venderse. Es el Tesla Cybertruck a cuyos compradores Tesla está ofreciendo recargas gratuitas en sus supercargadores de por vida si se decantan por su versión Foundation.
Es el mejor ejemplo de cómo el modelo está pinchando.
Demasiado caro y difícil de vender
La oferta de la que hablamos se puede encontrar en el canal de ventas de Tesla en Estados Unidos para sus vehículos en stock. Coches ya fabricados con entrega inmediata y que en algunos casos han sido utilizados como automóviles de exposición o tienes algunos pocos miles de kilómetros ya recorridos.
Pero lo que más llama la atención es que con la compra de este paquete Foundation se obtienen recargas de por vida en sus supercargadores. Un alicente para sacarse de encima las unidades más caras del Tesla Cybertruck. De hecho, ninguna de ellas baja de 90.000 dólares y en el caso del Cyberbeast Foundation, el modelo de mayor potencia con tres motores eléctricos, ninguna unidad se encuentra por encima de los 110.000 dólares.
No es la primera vez que Tesla tiene problemas para sacar adelante la producción de su versión Foundation. A finales de año supimos que los de Elon Musk estaban reconvirtiendo algunas unidades de esta versión para venderla a un precio muy inferior. El cambio era tan sencillo como eliminar algunas insignias del vehículo y, mediante software capar el Full Self Driving (FSD), el sistema de ayuda a la conducción más avanzado de la compañía.
El paquete Foundation Series se estaba vendiendo a 20.000 euros y dejó claro desde el principio el enorme sobrecoste sobre la versión original. Realmente, suponía desembolsar 12.000 euros adicionales por unos pocos detalles estéticos menores en comparación a quienes elegían el modelo base con el paquete FSD de ayuda a la conducción.
A juzgar por el inventario, todo indica que la compañía sobrestimó la demanda del coche y, en concreto, de esta versión. El problema está en el enfoque que la compañía le ha dado al vehículo. Lo tenía todo para convertirse en un modelo bandera de la compañía, hacer de él un producto aspiracional que demostrara de lo que eran capaces de hacer. Y, en lugar de ello, optaron por la peor de las estrategias.
Un modelo que no estaba destinado a ser un superventas
El Tesla Cybertruck fue el décimo coche eléctrico más vendido en Estados Unidos, según cifras estimadas por Car and Driver en 2024. La cifra hace referencia al primer año completo en el que se ha vendido el pick-up eléctrico de Tesla, estimando sus ventas en algo menos de 25.000 unidades. Hay que tener en cuenta que la compañía no refleja las cifras de vehículos vendidos modelo a modelo.
Desde luego, la compañía ha querido hacer del modelo un superventas en Estados Unidos. Su enfoque desde que se anunció ha sido ese. De hecho, la compañía adelantó que el modelo se vendería por 40.000 dólares, lo que no pudo cumplir, anunciando una versión de 60.000 dólares para más adelante. Ahora mismo, el modelo más barato que se puede comprar implica un desembolso de 72.490 dólares.
Hasta el día de la presentación, las cifras sobre reservas del vehículo fueron creciendo, aumentando las expectativas hasta llegar a afirmar que había 1,9 millones de reservas del vehículo. Meses después del lanzamiento estamos viendo cómo Tesla tiene problemas para colocar parte de su producción.
Y lo tiene porque el enfoque es totalmente contrario a lo que debería haber sido el coche. El Tesla Cybertruck debería haber sido un modelo aspiracional, un coche que se construye como imagen de marca, del que se venden pocas unidades a un precio muy caro pero que atraen miradas y potenciales compradores. Es una jugada de marketing básica que se lleva aplicando toda la vida en el mercado del automóvil.
Cuando una compañía participa en una competición lo hace porque obtiene un rédito en conocimiento pero también construye imagen de marca. No es casual que Renault cambiara el nombre de su equipo de Fórmula 1 a Alpine. Tampoco que BMW tenga en su gama un BMW XM o iX que apenas venden. O que Ford haya separado su oferta comercial entre líneas muy claras: una pasional, cara y que está dispuesta a traer a cuenta gotas a Europa (como el Ford Bronco) y otra para todo tipo de público más barata y accesible.
Las compañías que quieren poner en la calle este tipo de vehículos aspiran a crear un relato, posicionar un modelo en lo más alto de su gama. El reto es mayor para las compañías jóvenes pero hasta Xiaomi ha hecho esfuerzos por construir una historia alrededor de sus eléctricos y por eso no ha dudado en batir un récord en diversos circuitos, incluido alguno tan icónico como el Infierno verde.
La cara negativa es que las cuentas de resultados no reflejan en el corto plazo los beneficios de esta estrategia. Las inversiones para estos automóviles dejan ver sus resultados a años vista. Y obligan a tener mucho mimo en la producción del coche.
La demanda del Tesla Cybertruck parecía descontrolada antes de salir a la calle así que la compañía tenía dos caminos. Una era la obvia: tratar de satisfacerla. La segunda era generar cierta escasez y vender el coche en sus versiones topes de gama, controlando la producción y creando ese aura de vehículo único.
En su lugar, la compañía optó por fabricar rápido... y mal. Porque el pick-up eléctrico de Tesla que debía ser su bandera tecnológica ha sido llamado a revisión casi una decena de veces por fallos que dejan entrever hasta qué punto la compañía ha querido abaratar la producción. Que se desprendan piezas en marcha por un mal adhesivo de las mismas es el mejor ejemplo.
A todo esto se añade que la compañía anunció un precio bajísimo para el coche. Esos 40.000 euros destruyeron automáticamente la posibilidad de construir una imagen de vehículo aspiracional alrededor del coche. A cambio, generó unas enormes expectativas sobre su número de reservas pero ahora se demuestra que la demanda flojea.
Tesla ha conseguido pequeños éxitos. Sí, el Tesla Cybertruck llegó a ser el coche de lujo más comprado de Estados Unidos. Pero intentar cumplir con un precio demasiado bajo y poner decenas de miles de unidades del coche en muy poco tiempo abaratando costes al máximo ha derribado el relato que se podía haber construido alrededor del coche.
El Cybertruck podía haber si el unicornio de Tesla. El modelo inalcanzable que atrae miradas y clientes. El típico coche que ayuda a crear una narrativa. Un año después nos preguntamos si la compañía ha descubierto el techo de ventas demasiado pronto.
Foto | Tesla
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Alberto de la Torre
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