Tres iniciativas para educar a niñas y niños más allá de la sala de clases
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Tres iniciativas para educar a niñas y niños más allá de la sala de clases
¿Por qué debemos transformar la educación ahora? Esa es la pregunta que la Unesco propuso al mundo en 2022 para hacer frente a una serie de condicionantes que influyen en las nuevas generaciones de manera global, como la aceleración digital y el cambio climático. Esto implica buscar nuevas formas de proporcionar aprendizajes que impacten positivamente en las personas y en la sociedad.
Este enfoque indica que educar va más allá del aula. El desafío es buscar que el conocimiento quede impregnado en los estudiantes de una forma distinta a la tradicional que se hace ante un pizarrón y escuchando al profesor. También es clave adaptarse a las realidades locales. Así lo entiende también la Universidad San Sebastián (USS), que ha motivado a su comunidad universitaria, especialmente desde la Facultad de Educación, a desarrollar Proyectos Colaborativos de Vinculación con el Medio (VcM) junto a comunidades educativas.
Estimulación temprana en escuelas rurales
En la región Los Lagos, un equipo de la USS trabaja en fomentar el desarrollo integral de niños del nivel de educación parvularia y primer ciclo de educación básica, donde preocupa la escasez de profesionales. Según datos de Elige Educar, existe una proyección de déficit en la Educación Parvularia de siete mil profesionales.
Es así como en la Escuela Rural Lenca, localidad ubicada a 37 kilómetros de Puerto Montt, fue el lugar escogido para impulsar una idea pionera en la estimulación temprana; es decir, una serie de actividades pensadas en los más pequeños para impulsar sus habilidades cognitivas, físicas, emocionales y sociales.
Una tarea que no involucra solamente a profesionales, sino que cuenta con un estrecho trabajo con sus familias para fortalecer el vínculo educativo. Lucía Bustamante, secretaria de estudios de Educación Diferencial Advance en la sede USS De la Patagonia, relata que la Escuela Rural Lenca presenta muchos de los desafíos y oportunidades de la educación en contextos rurales en Chile.
El proyecto de VcM desarrollado por la USS se centró en la creación de kits de estimulación temprana y en el trabajo con familias y docentes. El objetivo: fortalecer el vínculo educativo y la diversificación de los aprendizajes, reconociendo que para las comunidades educativas es muy relevante la alianza entre la escuela y la familia, aún más, posterior al fenómeno de la pandemia.
Los kits incorporan elementos de la fauna y flora local y materiales sostenibles, respetando la identidad territorial y el medio ambiente. Un enfoque que, en palabras de Bustamante, “refuerza en los estudiantes una conexión con su propio entorno y un respeto por los recursos naturales y culturales de su comunidad”.
Ella también recalca la importancia de la “co-construcción” con el medio, lo que significa trabajar junto a la comunidad escolar para entender sus necesidades y responder a ellas de manera efectiva.
A través de un diagnóstico inicial y la creación de kits de estimulación temprana enfocados en áreas como psicomotricidad, lenguaje y socioemocionalidad, la iniciativa de la USS ha logrado movilizar a estudiantes de otras carreras de la casa de estudios -como Terapia Ocupacional- para colaborar y aportar desde sus disciplinas.
Acompañando y aprendiendo en comunidad
Otra de las iniciativas de Vinculación con el Medio desplegada por la USS es “Acompañando y aprendiendo en comunidad”, que busca fortalecer el proceso de enseñanza aprendizaje, desarrollo socioemocional y bienestar integral de niños de la comuna de La Reina, en la Región Metropolitana.
Ingrid Moreno, directora de la carrera de Educación Parvularia USS en la sede Santiago, relata que, luego de la experiencia de estudiantes en prácticas en diferentes centros de dicha comuna, comenzaron conversaciones con la Corporación de Desarrollo Social de La Reina para determinar cómo poder ayudar ante las necesidades que presentaban.
Fue así como empezaron a discutir las dificultades emocionales en niños, debido a que las ausencias reiteradas que presentan en jardines infantiles y salas cunas, “interrumpen el proceso adaptativo e impiden una rutina para su adaptación y avance en sus aprendizajes”.
Para abordar esta problemática, Moreno y el equipo de la carrera pensó en cómo las educadoras en formación de práctica profesional podrían contribuir a través de intervenciones pedagógicas que promuevan “interacciones seguras y consistentes”, y ayuden a reducir el impacto en sus dificultades socioemocionales.
Son las futuras profesionales las que, a través de sus prácticas, realizan una propuesta para trabajar con las familias. Después de detectar sus necesidades, implementan acciones que abarcan diversas temáticas como el cuidado de la salud en niños, hábitos y rutinas, desarrollo socioemocional, intervenciones pedagógicas diversificadas, reuniones con apoderados, entre otras.
“Para nosotros como carrera es fundamental que nuestras educadoras en formación puedan tener acercamientos con entornos educativos desde el inicio de su formación, además de poseer conocimientos pedagógicos y disciplinarios que son fundamentales para los aprendizajes de calidad. Lo anterior, sin olvidar lo importante que son los valores que hacen un complemento perfecto para enfrentar los desafíos actuales y estar preparadas a los cambios”, plantea la directora de la carrera de Educación Parvularia USS en Santiago.
Una experiencia educativa que, en ojos de Moreno, pone a los niños en el centro de la estrategia, siendo los “protagonistas de su aprendizaje”, interactuando a través de sus sentidos en ambientes y recursos estimulantes, sin dejar de lado lo primordial de lo pedagógico.
Una tarea que se vislumbra como el camino para que las próximas generaciones de estudiantes de Educación Parvularia puedan impactar en los más pequeños. “Esto es el principio de más apoyos que como carrera estamos dispuestos para afrontar. Los desafíos nos invitan a mirar lo que está ocurriendo en los territorios con la formación de los niños”, sentencia.
Desarrollo del pensamiento matemático
En la región del Biobío, en tanto, se busca transformar la forma en que los estudiantes de primeros medios abordan el aprendizaje de las matemáticas y el desarrollo de competencias digitales.
Liderado por Carolina Quiroz, académica del Programa de Formación Pedagógica en su sede penquista, la iniciativa surge como respuesta a una problemática común en el sistema educativo chileno: la falta de atención a la diversidad de habilidades dentro del aula.
Quiroz indica que el proyecto de VcM se originó a través de un diálogo constante entre la casa de estudios y escuelas de la comuna. “La tendencia de los docentes a enfocarse en la enseñanza grupal, descuidando tanto a los estudiantes con talentos destacados como a aquellos que necesitan un apoyo adicional, es un error común en la educación”, explica. Un enfoque colectivo muchas veces pasa por alto tanto a los estudiantes con altas habilidades en matemáticas como a aquellos que necesitan un mayor apoyo.
Así, con la retroalimentación en mano, fueron dando forma al proyecto para brindar una intervención personalizada que respondiera a las necesidades particulares de cada estudiante.
El primer paso fue aplicar una serie de instrumentos de diagnóstico, como el Evamat, herramienta internacional que proporciona información de las competencias matemáticas de los estudiantes, entregando datos que permiten identificar a los estudiantes con altas habilidades matemáticas y aquellos con habilidades descendidas, incluyendo a aquellos con necesidades educativas especiales.
“Queríamos reconocer estos dos grupos de estudiantes para, luego, poder atenderlos de manera diferenciada”, señala la docente. Datos valiosos para diseñar talleres específicos que buscan potenciar el desarrollo del pensamiento matemático y digital en cada grupo. “El proyecto contribuye a superar la percepción negativa que muchos estudiantes y familias tienen hacia las matemáticas, las que suelen ser vistas como una asignatura compleja. Hay muchos factores que influyen en esto, como las prácticas docentes, la forma en que se enseña, el uso o no de material didáctico y el nivel de dinamismo en las clases”, comenta Carolina Quiroz.
Además, la académica USS enfatiza el rol de la familia en esta asignatura, ya que muchos padres transmiten a sus hijos el miedo a las matemáticas: “Como docentes, tenemos la responsabilidad de romper esa barrera y motivarlos a aprender una disciplina fundamental, no solo para su desarrollo académico sino también para el desarrollo del razonamiento lógico que aplicarán en su vida diaria”.
El proyecto cuenta con la participación de estudiantes de la USS sede Concepción, incluyendo aquellos del programa de Educación Diferencial modalidad Advance, quienes aportan su conocimiento sobre el trabajo con estudiantes con necesidades educativas especiales. “Ellos nos ayudarán a hacer las modificaciones necesarias en los talleres para que todos los estudiantes, sin importar sus habilidades iniciales, se sientan incluidos y apoyados en su aprendizaje”, plantea.
Una tarea que recién comienza y que espera tener resultados durante 2025. Para Carolina Quiroz, el proyecto cultivará un ambiente inclusivo y colaborativo donde cada estudiante pueda avanzar según su propio ritmo y habilidades. Ella confía en que esta iniciativa no solo potenciará el aprendizaje, sino que también contribuirá a desmitificar las matemáticas y a crear una comunidad educativa donde tanto estudiantes como docentes y familias encuentren nuevas formas de apoyar el crecimiento académico y personal de cada niño.
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