Viña Terranoble: “La sustentabilidad de la industria viene más por los vinos premium”

No es un secreto que la industria vitivinícola no está en su apogeo, pese a que Chile cerrará el 2024 con números positivos versus el 2023 en cuanto a la exportación. Es que las tendencias de consumo han cambiado en todo el mundo afectando a los productores de vinos a nivel global.

Alejandro Abarca, el gerente general de la Viña Terranoble de la familia Von Appen relata que “en el 2024 en la industria en general se ha visto una baja de consumo en general en el mundo que ha afectado a todos los países productores y Chile no está ajeno a esa realidad. El 2023 fue un año desafiante, el 2024 en exportación fue mejor y esperamos que el 2025 siga ese mismo camino de recuperación”, evaluó.

La viña tuvo una baja en los ingresos en el 2024, pero también una reducción de gastos, ajustando la operación conforme se comporta la industria en general, y equilibrando las tres áreas del negocio: la venta de vinos, los tours en una de sus viñas, y la venta de uvas.

Abarca espera que el ajuste del consumo ya haya pasado su etapa final y que ya el mercado esté en una curva de recuperación. Pero es innegable que la forma de consumir vino ya no es la misma. En ese sentido, apunta a que “como industria tenemos el desafío de incorporar las nuevas generaciones en el vino. Es un trabajo que estamos haciendo como Vinos de Chile -el gremio-, como viñas, como industria. Recuperando esos consumidores que se alejaron del vino”, aseguró.

Marcelo García, el enólogo jefe de Terranoble recientemente reconocido como uno de los 100 mejores winewarkers del mundo por la revista Drink Business, enumera cómo las viñas se enfrentan a los cambios de consumo, por ejemplo, generando vinos más dulces, con más madera, o desalcoholizados. “El vino existe hace más de 2.000 años. Se va acomodando el consumo, las generaciones cambian. No es que el vino vaya a desaparecer, pero sí tenemos que adaptarnos (...) Tenemos un vino distinto, yo creo que es parte de una transición”.

Terranoble particularmente no ha incursionado en la tendencia de vinos sin alcohol. El gerente general apunta a que el foco de la viña ha estado más en la calidad. “Los vinos sin alcohol no encajan dentro de nuestro esquema productivo. Nosotros tenemos un foco y un nicho al que apuntamos, empujamos las marcas de valor. Creemos que la sustentabilidad de la industria viene más por los vinos premium”, dijo Abarca.

Pese a ello, García relata que en los últimos 7 años la viña ha buscado reducir el alcohol en los vinos, pero más por un tema de estilo: “Creemos que es a donde va también el destino de los vinos. Vinos con menos madera, vinos con menos alcohol, vinos con mejor acidez, vinos que se disfruten, vinos que te puedas tomar la botella, y no tener un vino cansador o pesado”.

Particularmente, en línea con el impulso a marcas premium, Terranoble se especializó en la cepa carmenere. Fue en esa categoría por la cual Drink Business, reconoció a Marcelo García como enólogo. Esto, se suma a la reciente distinción de su vino CA2 Costa Carménere 2021 como Global Master Carménere 2024.

La vendimia

Los cambios en la industria, más otros factores como el cambio climático ha ido mutando la forma en la que las viñas enfrentan el periodo de vendimia. En 2024, por ejemplo, la cosecha fue dos semanas más tardía de lo normal, lo que generará vinos distintos, afectados por el momento de recolección, el trabajo en el viñedo y también la antigüedad de las plantas.

Terranoble, con 300 hectáreas plantadas, tiene viñas en el Valle del Maule, en la zona de San Clemente; en el Valle de Colchagua en la Región de O’Higgins cuentan con dos, una en la zona de Los Dingues y otra en Marchigüe; y otro en Casablanca en la Región de Valparaíso. En la primera de estas, hay parras que son de 1994, en el año de fundación de la viña.

Para la vendimia del 2025, ya en curso, había altas expectativas. Se pensaba que sería más grande que en años previos, pero “hemos visto cosechas que han caído los rendimientos a un año normal. Algunas zonas han caído un 30-35%. Pero hay un sobrestock de vino, que por ese lado no es malo, pero ha afectado a los productos y el precio de la uva ha ido subiendo en las últimas semanas”, aseguró García.

El gerente general explica que hay variedades que han duplicado su precio, otras han subido en menor rango, entre un 15% y un 20%. Lo anterior, determinado por un alza de la demanda pero también debido a que se estima que la vendimia será más corta. Pese a ello no estiman que se vea un efecto en las góndolas de venta al público.

Con lo corta que será la vendimia, Abarca estima que el stock de vinos estará más en equilibrio al cierre del periodo. “Chile exporta 800 millones de litros y hay en stock 1.000 millones. La vendimia, que es como un año antes de venta, se estima que sea 900 millones”, aproximó. En Terranoble en particular no están experimentando un sobrestock.

Los mercados de Terranoble

El gerente general de Terranoble explica que del volumen total que produce la viña, cerca de un 90% se exporta, y un 10% se queda en Chile. “Pero sí tenemos un foco en los últimos años de crecer y desarrollar más Chile. Y en eso estamos trabajando fuertemente, tenemos un plan de expansión en Chile en ventas. Creemos que todavía hay una oportunidad de crecimiento”, anunció Abarca.

Lo que más se vende en Chile actualmente en el vino Azahara Carmenere, que es un vino que tiene un precio de $14.990, lo que es un poco más alto que el grueso de las compras en el país por rango de precios. El segmento de valor más popular en el país es entre los 4 mil y 8 mil.

“Nos gustaría que Chile fuera más importante, estamos trabajando en eso. El mercado nacional es relevante para construir marca”, expresó el ejecutivo. Para ello han estado impulsado turismo dentro de la viña del Maule, tratando de los visitantes se lleven una buena experiencia y se conviertan en una especie de embajador. Terranoble está evaluando abrir Casablanca también con este objetivo.

Por el lado de la exportación, Terranoble hace envíos a 36 países, donde los más fuertes son Brasil, Estados Unidos, China, Japón. Abarca señala que “siempre buscando apertura a nuevos mercados y también nuevos canales de distribución. Creemos que hay oportunidades en México, un mercado de alta población donde el consumo del vino está creciendo”.

“El principal desafío de Chile como país productor es construir una mejor imagen de nuestros vinos en el mundo. Ha dado resultado en algunos mercados y en otros nos sigue todavía faltando (...) ahí está un poco la oportunidad en el largo plazo. Construir marca, construir imagen, te da una seguridad en el tiempo, que es lo que nosotros buscamos”, concluyó Abarca.