Bienalsur celebra sus 10 años con 20 mil KM de arte

Bienalsur celebra sus 10 años con 20 mil KM de arte

La bienal internacional -que comienza en Bogotá-, se desarrollará en más de 140 sedes, distribuidas en 34 países, abordando temas como inteligencia artificial, medio ambiente y derechos humanos, y contará con la participación de destacados artistas

La edición 2025 de Bienalsur contará con la participación de más de 140 sedes distribuidas en 70 ciudades de 34 países, abarcando los cinco continentes, y propondrá un diálogo crítico y sensible sobre temas urgentes como inteligencia artificial, medio ambiente, derechos humanos, migraciones, memoria y futuros posibles.

La bienal se desarrollará entre junio y diciembre, con un itinerario que inicia el 26 de junio en Bogotá, Colombia, y continuará en ciudades como Buenos Aires, Madrid, París, Berlín, Roma, Dakar, Tokio, Estambul, Beirut y Shanghái, entre otras.

La presentación oficial de la programación tuvo lugar el 2 de junio en la sede de la UNESCO en París, en un acto encabezado por Lazare Eloundou Assomo, director del Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO, y el artista italiano Michelangelo Pistoletto, quien apadrina esta edición especial y ha sido nominado al Premio Nobel de la Paz 2025.

Este año el camino empieza el 26 de junio en Bogotá, Colombia, mientras que en julio se inaugurarán muestras en Argentina (Muntref - Museo de los Inmigrantes; Centro Cultural MATTA - Embajada de Chile; Palacio Pereda - Embajada del Brasil; Parque de la Memoria; MAR, Mar del Plata; Museo de Arte Contemporáneo y Museo Provincial de Bellas Artes Lola Mora, ambos de Salta), España, Chile, Bolivia y Hungría, para continuar su recorrido por otros países de todos los continentes.

La organización de la bienal está a cargo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) y la Fundación Foro del Sur, que han consolidado en una década un modelo transnacional único en el circuito internacional del arte, conectando artistas, instituciones y públicos de todo el mundo.

El recorrido de la bienal se extiende desde el kilómetro 0, ubicado en el MUNTREF Centro de Arte Contemporáneo en el Hotel de Inmigrantes de Buenos Aires —símbolo del encuentro de culturas— hasta el kilómetro 19.640 en Shanghái, China.

En julio se inaugurarán exposiciones en Argentina, España, Chile, Bolivia y Hungría, y el evento continuará su expansión por otros países de todos los continentes. Entre las sedes destacadas figuran el Museo de Arte Moderno de Bogotá (MAMBO), los museos de la UNTREF, el Museo Reina Sofía y el Museo Centro de Arte Dos de Mayo en Madrid, el Centre Pompidou de París y de Málaga, el Museo de Roma, la Fondazione Pistoletto Cittadellarte, la Fundação Oriente en Timor Oriental, el Instituto Cervantes en Shanghái y en Dakar, Senegal.

La lista de artistas invitados incluye a figuras como Marta Minujín (Argentina), Erwin Wurm (Austria), Cristina Lucas (España), Carlos Amorales (México), Pierre Ardouvin (Francia), Colectivo El Puente (Colombia), Inci Eviner (Turquía), Elva Bairon (Argentina), Hicham Benhoud (Marruecos), Janueario Jano (Angola), Paz Errazuriz (Chile), Sebastián Díaz Morales (Argentina), Clemente Padín (Uruguay), Adriana Lestido (Argentina), Alberto Tadiello (Italia), Tansy Xiao (China), Sarah Brahim (Arabia Saudita), Aurelia Mihai (Rumania/Alemania), Ivanna Vollaro (Argentina), Tina Willgren (Suecia), Francys Alyss (México/Bélgica), Nuria Güel (España), Hana Yoo (Corea del Sur), Shuai Liu (China), Belén Rodríguez (Paraguay), Diego Masera (Argentina/México), Igshaan Adams (Sudáfrica), Tony Amaral (Timor Oriental), Etson Caminha (Timor Oriental), Juventino Madeira (Timor Oriental), Voluspa Jarpa (Chile), Francisca Jiménez Otegate (Colombia), Claudia Andújar (Brasil), Pamela Diamante (Italia), Ettore Favini (Italia), Paulo Nazareth (Brasil), Juan Sorrentino (Argentina), Alaa Tarabzouni (Arabia Saudita), Jorge Martín Vásquez (Colombia), Sergio Vega (Argentina), Siru Wen (China), Jasmina Cibic (Eslovenia), Alla Rumyantseva (Tayikistán), Yasmeen Sabri (Jordania), Donna Conlon (Panamá), María Adela Díaz (Guatemala), Laura Fong Prosper (Panamá), Alexia Miranda (El Salvador), Max De Esteban (España), Colectivo Las Tesis (Chile), Colectivo Mujeres Por La Vida (Chile), Colectivo Sub-Cooperativa de Fotógrafos (Argentina), Dagoberto Rodríguez (Cuba), Cildo Meireles (Brasil), Astrid González (Colombia), Jiangshengyu Nova Pan (China), Duen Neka’hen Sacchi (Argentina), Roberto Huarcaya (Perú), Stefanie Wuschitz (Austria), Santiago Roose (Perú), Chaong-Wen Ting (Taiwán), Santiago Contreras Soux (Bolivia), Shuai Liu (China) y Carla Spinoza (Bolivia), entre otros.

El evento promueve una red de colaboración entre museos, centros culturales y universidades de todo el mundo, desarrollando proyectos conjuntos que reúnen a artistas e instituciones en intercambios desafiantes. En este contexto, se organizarán residencias para artistas en espacios como Cittadellarte (Biella, Italia), FRAC (Córcega, Francia), Fundación Marso (Ciudad de México, México), Universidad de las Artes de Tokio (Japón), Centro Cultural Alfonso Lagos (Chillán, Chile), Connecting Communities (Mozambique), Instituto Cervantes (Dakar, Senegal), Bitamine Faktoria (Irún, España) y MUNTREF (Ciudad de Buenos Aires, Argentina).

La convocatoria abierta (OpenCall) de Bienalsur recibió más de 5.000 propuestas de artistas y curadores, lo que permitió definir cinco grandes ejes curatoriales para la edición 2025: “Un mundo más justo”, que aborda desigualdades sociales, económicas, de género, raciales y territoriales; “Disidencias y disonancias”, que incorpora voces disidentes, saberes subalternos y expresiones que desafían las normas dominantes; “Devenir territorio”, que explora las relaciones entre cuerpo, territorio y comunidad, con especial atención a la crisis ambiental y los conflictos por la tierra; “Modos de habitar”, que reflexiona sobre las formas contemporáneas de vivir, migrar y construir hogar; y “Memoria y reescrituras”, que revisa críticamente los relatos históricos oficiales a partir de archivos, testimonios y ficciones.

“La voz de los creadores, en un contexto global marcado por las desigualdades, los discursos de odio, la crisis medioambiental y los desplazamientos forzados, afirma el compromiso de BIENALSUR en proponer un acto político y poético desde el arte, imaginando otras formas de justicia, de pertenencia y de comunidad”, expresó Aníbal Jozami, director general de la bienal.

Por su parte, Diana Wechsler, directora artística, explicó que “la búsqueda de un mundo más justo condensa el espíritu de las propuestas recibidas. Las perspectivas de futuros posibles también están presentes, exhibiendo la tensión entre lo distópico y lo utópico”. Wechsler remarcó que el objetivo es que el arte contemporáneo dialogue con los territorios, interpele las condiciones de vida y proponga otros modos de habitar el mundo, contribuyendo a la construcción de futuros más inclusivos, equitativos y diversos.

La bienal nació con la intención de redefinir los parámetros habituales de circulación y legitimación del arte contemporáneo. En estos diez años, Bienalsur tejió una red global de colaboración con museos, universidades, colectivos artísticos y organismos públicos y privados, adoptando una lógica de coproducción y curaduría compartida. A diferencia de los formatos clásicos, su recorrido no se limita a un único lugar ni momento, sino que se despliega de manera simultánea en distintas ciudades, desde grandes capitales hasta localidades periféricas.

“Nos propusimos descentralizar la producción cultural y construir una plataforma que conectara artistas, curadores e instituciones más allá de los centros tradicionales. Desde su primera edición, BIENALSUR propone una forma alternativa de concebir los grandes eventos artísticos. Lejos del espectáculo y el mercado, su apuesta reside en el trabajo sostenido con artistas y comunidades, la circulación libre de obras, la coproducción institucional y una ética de la colaboración”, detalló Jozami.

La edición 2025 se desplegará en museos, centros culturales, universidades, embajadas, zonas rurales y sitios patrimoniales, siguiendo una lógica de territorialización que privilegia el vínculo local y el trabajo en comunidad. Esta multiplicidad de presencia caracteriza el enfoque de la bienal desde sus inicios y responde a su impronta expansiva.

“Lo que distingue a Bienalsur no es solo su escala, sino su política cultural de fondo. Nos interesa que el arte dialogue con los territorios, que interpele las condiciones de vida y que proponga otros modos de habitar el mundo. Queremos que el arte contemporáneo esté al servicio de una sensibilidad crítica frente al presente, y que ayude a construir futuros más inclusivos, más equitativos, más diversos”, remarcó Wechsler.