🚨IMotores.CL | 🎉IOfertas.CL | ✨Tips.CL | 🛒IGrupo.CL | 🌹IMascotas.CL | 📊Valdebenito.CL |

Caso Monsalve: “Perdí la noción con el segundo pisco sour”

Caso Monsalve: “Perdí la noción con el segundo pisco sour”

El diario La Tercera dio a conocer la declaración completa del exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve, imputado por violación con prevalimiento contra una exfuncionaria de la Subsecretaría del Interior.

El testimonio, de 63 páginas y 307 preguntas, fue entregado ante los fiscales Xavier Armendáriz y Francisco Jacir, y da cuenta, con detalles, de las salidas, conversaciones privadas y episodios que derivaron en la formalización de a exautoridad en noviembre pasado. Monsalve estuvo seis meses en prisión preventiva, y desde abril cumple arresto domiciliario total.

El exsubsecretario relató que el vínculo con la denunciante se remontaba a su paso por la provincia de Arauco, donde conoció a su padre, dirigente comunal. Retomaron contacto en 2017, y aunque no establecieron relación personal en ese entonces, en 2023 ella fue contratada por la Subsecretaría, iniciando una cercanía que, según él, se transformó en algo afectivo.

“Empezamos a conversar por WhatsApp, y después por Signal. Ella me contó que vivía sola y que le gustaba sentarse en su balcón a fumar y tomar café. Surgió la idea de tomarnos un café juntos”, señaló.

La primera salida: Costanera Center, restaurante Milá

Monsalve detalló que el primer encuentro personal fuera del trabajo ocurrió en el restaurante Milá, ubicado en el Costanera Center. Eligió ese lugar por ser concurrido y permitirle pasar más desapercibido.

“Andaba con jockey, gafas, buzo. Subí al piso de los restaurantes, me senté en una mesa del Milá y le escribí a ella. Le ofrecí mandarle un Uber como gesto de gentileza”, declaró.

Durante el almuerzo, según su versión, ambos conversaron animadamente. Comieron lomo vetado y ensalada, y compartieron dos piscos sour.

“Le pregunté si era su trago favorito. Me dijo que no, que era el vodka. Me dijo que la próxima vez deberíamos juntarnos a tomar vodka”, agregó.

También abordaron temas personales. Según Monsalve, la denunciante le habló de una relación pasada con un psiquiatra, de tener varios pretendientes y le preguntó directamente: “¿Qué es lo que buscas? ¿Una relación afectiva o sexoafectiva?”. Según el imputado, en ese momento ambos se acercaron, compartieron un beso, y no hubo gesto de rechazo. Más tarde, la relación continuó por mensajería.

Restaurante Ají Seco y noche en hotel

Según el testimonio, el segundo encuentro ocurrió semanas después. Esta vez, comieron en el restaurante Ají Seco, ubicado en Santiago centro. Fue allí donde, según Monsalve, perdió la noción de los hechos tras beber el segundo pisco sour.

“Nos tomamos dos pisco sour junto a la comida. De ahí en adelante recuerdo haber ingerido el segundo, pero no estoy seguro si lo terminé. Perdí la noción con el segundo pisco sour hasta que desperté al día siguiente en el hotel”, afirmó.

Aseguró no recordar cómo salieron del restaurante ni cómo llegaron al hotel. Relató haber despertado en la habitación junto a la denunciante, quien ya estaba despierta, y que ambos conversaron con normalidad.

“Le pregunté si recordaba cómo habíamos salido del restaurante o bajado la escalera. Me respondió que caminando, no sé si en tono de ironía o en serio”, añadió.

Asegura que no hubo reacción de molestia ni de confusión por parte de la denunciante al despertar, y que ella se vistió y salió del hotel por su cuenta. Se despidieron de un beso en la mejilla, según su versión.

Declaración textual (Fuente La Tercera)

Al comienzo de su declaración, Manuel Zacarías Monsalve Benavides (59) repasa ante los fiscales Xavier Armendáriz y Francisco Jacir sus estudios de medicina, su trayectoria profesional y cómo arribó a la política, confidenciando que fue Giorgio Jackson quien le ofreció incorporarse al gobierno de Gabriel Boric como subsecretario del Interior.

“En el ámbito laboral mis relaciones siempre fueron respetuosas y cordiales; en 16 años de gestión parlamentaria fui reelecto cuatro periodos y los dos últimos me dediqué a la Comisión de Hacienda de la Cámara, en la que fui presidente y jefe de bancada de diputados del Partido Socialista (…). Asumir la Subsecretaría del Interior fue un hecho no previsto, fue un contacto que se hizo a finales de enero o principios de febrero de 2022. Giorgio Jackson se me acercó y me planteó que en la dinámica de estructurar el gobierno había un cargo muy complejo de resolver y se le había encargado ofrecerme el cargo, esto lo entendí por mi rol de jefe de bancada que había realizado al interior del Congreso, por la interlocución con el gobierno y oposición y mi presidencia de la Comisión de Hacienda. Acepté el ofrecimiento del Presidente y asumí desde marzo de 2022; estuve dos años siete meses dedicado exclusivamente al cargo, con jornadas laborales extensas de alrededor de 12 horas diarias presenciales; era el primero en empezar a trabajar y el último en irme de La Moneda, esto acompañado de mi jefe de gabinete, el señor Gabriel de la Fuente. Digo 12 horas presenciales, porque dedicaba horas de la noche a otras funciones, como leer y preparar el trabajo de contenidos que me entregaba mi equipo. Constituí un equipo de trabajo que estaba enfocado en elaborar y construir una estrategia de seguridad para el gobierno y el Estado; en este contexto, al interior de la subsecretaría las relaciones laborales eran muy cordiales y respetuosas, se comentaba que en la Subsecretaría del Interior era donde existía el mejor clima laboral de La Moneda”.

Pregunta: ¿Nos puede señalar algo de su vida familiar?

Llevo 32 años casado, dos hijas, tenemos una relación que era sólida en materia afectiva y en el periodo del ejercicio de la subsecretaría mi señora se quedó en Concepción, específicamente en Chiguayante.

P: ¿Cómo eran sus relaciones con el Presidente?

Mi relación con él siempre fue respetuosa y cordial, no eran relaciones continuas, estaban más bien relacionadas al trabajo en específico.

P: ¿Qué significa que no fueran continuas?

Que no nos reuníamos todas las semanas. Eventualmente me relacionaba cuando ocurría una tarea que tenía que ver con la estrategia de seguridad o situaciones de emergencia, eran los temas más frecuentes, era una relación estrictamente laboral.

P: ¿Podía pasar una semana sin que se vieran?

Sí.

P: ¿Dos?

También.

P: ¿Un mes?

Sí, también podía ser.

P: Respecto de la ministra del Interior, le formulamos la misma pregunta.

La relación era cotidiana, de mucha colaboración, todos los días nos veíamos, salvo que por otras tareas no estuviéramos en La Moneda, pero si no nos veíamos nos llamábamos por teléfono y teníamos una reunión formal todas las semanas al menos.

P: En sus desplazamientos como subsecretario ¿era acompañado por los escoltas?

Desde el 11 de marzo de 2022 que asumí como subsecretario hasta el 17 de octubre, cuando dejé de ejercer el cargo, los escoltas me acompañaban solo a las actividades oficiales que ejercía en el rol de subsecretario, si hablamos de sábados y domingos, nunca me acompañaban en esas fechas, salvo que desempeñara una función oficial ese día (…). La práctica era no acompañarme y nunca recibí ningún reparo por parte de los escoltas, su jefe o un alto mando de la PDI de que me salté un protocolo. Voy a señalar algo que me llamó la atención y que leí por la prensa, que se dio a entender que de manera excepcional el día de los hechos que se me imputan yo había liberado a la escolta, eso no es así, como dije, las escoltas no estaban conmigo los fines de semana.

P: ¿Cómo se comunicaba con el equipo?

Nos llamábamos por celular, por mensaje de WhatsApp o nos llamábamos por WhatsApp.

P: ¿Y la aplicación Signal?

Cuando asumí como subsecretario la empecé a usar. Para cuestiones más personales.

P ¿Con quiénes la usaba, con el Presidente?

A veces.

P: ¿Con la señora Tohá?

No.

P: ¿Más personal? ¿Con sus hijas o señora?

No, con ellas no.

P: ¿Entonces con quién usaba Signal?

Con el Presidente, que solo usaba Signal, por temas personales, amigos como Jorge Leal, amigas, la mayoría de las conversaciones con otras personas eran por WhatsApp. Lo usaba porque era más privada y más segura (…). En un momento empiezo a hablar con (nombre de la denunciante) por Signal, esto está fechado el 16 de agosto, le envié el link para descargar la aplicación. Era de conocimiento de ambos que esta aplicación se utilizaba para fines personales y no laborales, toda vez que así lo conversé con ella y queda ratificado en su declaración.

P: ¿De la familia de la denunciante a quién conoce?

Quiero enmarcar esta respuesta de cómo conocí a (denunciante). Como dije, me desempeñé mucho tiempo en la provincia de Arauco, conocí ahí a su padre, que era dirigente comunal.

P: ¿Él lo ayudó en sus campañas?

Yo creo que en la primera pudo haber tenido un rol más activo, pero él después se fue alejando del partido. Pero un rol, no era un jefe de comando o algo más (…). Cuando asumí como diputado ya pasó a ser muy ocasional las veces que lo veía, un par de veces al año, por el rol que yo tenía en Arauco; él se alejó del PS, posteriormente por el año 2017 o 2018, puede que no sea exacto en la fecha, él tomó contacto conmigo para que pudiera colaborar en conseguirle una práctica o trabajo a su hija; este tipo de consultas era habitual para mí como parlamentario.

P: A ella, ¿cuándo la conoció?

Ella tomó contacto conmigo para decirme que estaba en Valparaíso en 2017, esto a raíz de la primera llamada de su papá, nos encontramos en tres oportunidades distintas. Nos juntamos a comer en Valparaíso, la pasé a buscar a una casa de un familiar, creo que era una tía, esta casa estaba muy cercana al Congreso, comimos, conversamos y nos agradamos, no establecimos ninguna relación personal aparte de esos tres encuentros, luego de eso perdí contacto con ella hasta que retomé contacto cuando fue contratada.

P: En 2017 fue la primera vez que la vio personalmente. ¿Cómo llegaron a juntarse?

Ella me llama, por el contacto que había hecho el papá. Recuerdo que fuimos a comer en Valparaíso, en un restaurante de un cerro. En la noche.

P: ¿Salieron solos esas tres veces?

Sí, solos.

P: ¿Era habitual que usted comiera con mujeres jóvenes en Valparaíso?

No, no era habitual, pero a veces comía con personas y con mujeres.

P: ¿Por qué no se juntó más veces con ella?

El papá y ella estaban interesados en que consiguiera insertarla laboralmente y no tenía oportunidades de hacerlo. No la podía insertar en mi equipo parlamentario.

P: ¿Cuándo volvió a comunicarse con ella?

No volví a tener conocimiento de ella hasta que ingresa a trabajar a la subsecretaría; ella ingresó a trabajar en junio de 2023. Su padre había tenido un llamado por teléfono, un acercamiento con una persona de mi equipo. Ella fue incorporada en un proceso de la división de modernización de las policías. No hablé con ella, no la entrevisté, no participé en el proceso de selección, me enteré cuando ella ya estaba desempeñando sus funciones.

Monsalve explica a los fiscales que, a propósito de la emergencia de los incendios en Viña del Mar, del verano de 2024, comenzaron a verse más en las actividades en la zona.

“Empezamos a tener nuestras conversaciones vía WhatsApp, y desde febrero ella contesta mis mensajes con emoticones, con corazones rojos. Puede ser que una semana después de que se empezara a comunicar conmigo de manera más frecuente empezó a usar estos emoticones rojos, esto no era común. Esto al principio no me llamó la atención, después se mantuvo como una práctica por unos cuatro o cinco meses, hasta junio aproximadamente. En junio se producen conversaciones después de las 18 horas, mis posibilidades de hablar estaban dadas después de esa hora por mis ocupaciones. En mayo me empieza a compartir prácticas de carácter más personal, ya no de carácter laboral; en una de estas conversaciones ella me cuenta que vive en departamento, que vive sola, y que lo que más le gustaba hacer era sentarse en el balcón, fumar un cigarro y tomar café. En este proceso de conversación surge la idea de tomarnos un café juntos y ella me dice que lo podemos hacer juntos en su balcón. A fines de junio por WhatsApp le escribo ”el café y el tabaco”, y ella me responde con un corazón. Posteriormente, el 15 de julio, le escribo “pendiente el café”, ella me responde ‘totalmente de acuerdo’”.

P: ¿Por qué le interesa a usted aceptar esta invitación?

Porque no le veía nada de malo.

P: Pero usted nos señala que con el personal de La Moneda no entabló relaciones más allá de lo laboral. ¿Por qué aceptó acá, cuál era su interés?

Consideré que había un interés personal mutuo de carácter personal. Tenía jornadas laborales muy largas, era raro que me juntara a tener conversaciones personales con los funcionarios, por lo que estando afuera de la subsecretaría estaba solo, por lo que si alguien me planteaba juntarme afuera de manera más personal lo aceptaba. Acá había un interés mutuo de juntarnos.

P: Volvamos al café y el cigarrillo.

Esto no se materializó nunca, hay una fecha en agosto, en el marco de un mensaje escribo que hay dos tareas pendientes, una reunión pendiente con Nicolás Torrealba y un café, y ella responde que sí, especialmente al punto dos.

P: ¿Por qué no se juntaron?

Porque no tenía tiempo.

P: ¿Cuándo supo dónde ella vivía?

De manera exacta el 1 de septiembre, cuando nos juntamos a comer, cuando le mando un Uber. Lo del café que se venía conversando previamente muta a un almuerzo. En agosto hablamos dos veces del café. El 15 de agosto quedamos de juntarnos a tomar un café cuando yo llegara de Valparaíso, quedé de avisarle, finalmente me atrasé y estaba muy cansado y por otras cosas no pudimos. Posteriormente, me dice ‘me quedé esperando con mi mejor outfit‘. Yo entendí con esto que ella se había arreglado, vestido para ir a tomar ese café. Al día siguiente, le pido disculpas por WhatsApp, y que lo lamentaba ‘por el outfit‘. A esta altura estamos en el mes de agosto y finalmente esto muta a un acuerdo para almorzar, lo que se ejecuta el 1 de septiembre, esto no tenía un tenor o motivos laborales, era un interés personal de encontrarnos a comer.

P: ¿Usted se acordaba que había comido tres veces con ella en 2017?

Sí, claro, no era algo que recordara todos los días, pero era algo que recordaba, sabía que era la misma persona. Ese día llegué al Costanera Center a las 13.30 horas.

La denunciante en su primera declaración da cuenta del episodio del 1 de septiembre en el Costanera Center. Sostiene que ella iba a una reunión laboral y que concluyó con un sorpresivo beso de parte de su jefe que la dejó en shock, lo que describe como el primer episodio en que el subsecretario transgredió su intimidad. La versión de Monsalve es absolutamente distinta.

P: ¿Quién eligió el lugar y por qué?

Yo. Era muy poco frecuente que yo un sábado o un domingo estuviera en Santiago, normalmente o estaba en Viña o en Concepción, conozco pocos lugares donde comer acá en Santiago; desde mi perspectiva el Costanera Center era buena opción, porque lo conocía, sabía llegar, andaba mucha gente y eso era bueno, porque yo era una persona muy conocida y me costaba ir a comer a algún lugar, porque la gente me reconocía inmediatamente, y como en el Costanera Center andaba tanta gente, menos atención se me ponía.

P: ¿Le molesta llamar la atención afuera del trabajo?

Trato de evitarlo.

P: ¿Por qué?

Porque estaba todos los días ocupado, por lo que necesitaba espacios de tranquilidad y no estar con todos mirándome.

P: Retomemos el tema del Costanera.

Llego a eso de las 14 horas, ingresé por una puerta lateral que está en Andrés Bello, habitualmente andaba con jockey, gafas, buzo, entré al Costanera, subí al piso de los restaurantes, me senté en una mesa del restaurante Milá y le escribí a (denunciante), le pregunté si quería que le mandara un Uber, como gesto de gentileza; ahí le pedí la dirección para mandarle el auto, creo que esto fue una conversación por Signal, le mandé un pantallazo por WhatsApp, con la información del Uber, el vehículo y la patente. Ella me dice ‘súper’ con signos de exclamación y luego me avisa que llega en cinco minutos. En ese momento yo estaba tomándome una cerveza, le pregunté qué quería comer, ella pidió una ensalada, yo un lomo vetado si no me equivoco, y le pregunté si quería beber algo y me dijo que ‘sí a un pisco sour’, por lo que pedimos dos piscos sour. Le pregunté si era su trago favorito y ella me dijo que no, que era el vodka, y me dice que la próxima vez deberíamos juntarnos a beber vodka. Ella me cuenta cosas personales, que tiene un hermano que va con cierta frecuencia y se queda en el departamento, que tiene un hermano con una empresa, que ella trabajó con él, y que respecto a su mamá, que una vez estuve muy cerca, físicamente, con su mamá por unas inundaciones en Curanilahue en una reunión con más gente.

P: ¿Usted ubicaba a la mamá?

No, no la ubicaba. Posteriormente le cuento que estaba leyendo un libro, Un verdor terrible, y que en mi escritorio había un libro Maniac y se generó una idea de que el libro me lo había regalado ella, eso no se quién lo dijo, ni de dónde surgió esa idea. Ella tenía mucho interés en saber qué iba a hacer yo con mi futuro político, en La Moneda se conversaba mucho de qué iba a hacer, si iba a salir de La Moneda para el Parlamento, me lo preguntó varias veces, yo entiendo que eso afectaría su estabilidad laboral. Le comenté que no tenía intención de dejar el cargo y que lo más probable es que me quedara en el cargo de subsecretario hasta el final del gobierno. Estamos dos horas y ella vuelve a pedir pisco sour y tomamos uno cada uno, en total dos cada uno. Terminamos a eso de las 17 horas, bajamos por las escaleras, le pregunté si quería pedir un taxi o caminar, ella prefirió caminar, cruzamos Andrés Bello y caminamos hacia el poniente, por el lado del río (Mapocho), nos sentamos en el césped, ella fumó, nos mantenemos mucho rato y nos paramos solo cuando oscurece.

En esa conversación le empiezo a preguntar si se ha adaptado a Santiago, considerando que se trasladó de Curanilahue y que vivía sola; ella me comenta que tiene una relación no sé si estrecha, pero intensa con su familia, y que no le ha sido fácil adaptarse a Santiago. Me cuenta que tuvo una relación en Santiago, una pareja, con quien terminó, no me dice quién, supongo que se refería a una relación conocida al interior de la subsecretaría con Ricardo Lillo, yo asumo que se refería a Ricardo. Le pregunté si ha tenido otras relaciones, me cuenta de una segunda relación que tuvo con un médico psiquiatra de Curanilahue que atendía a su mamá o su abuela, no me especificó cuánto tiempo ni le pregunté; le consulté en qué estaba en ese momento, me dijo que tiene siete pretendientes y se produce un giro en la conversación, estábamos sentados en el césped, ella se me acerca un poco a mí y me dice: “¿Qué es lo que buscas?”, “¿una relación afectiva o sexoafectiva?”, y le agrega a la pregunta, si “¿ahora tienes una relación?“. En ese momento la conversación gira, porque ella se me acerca, se sonríe, y yo me acerqué a ella, le hice una caricia, y me dice que hace tiempo que no la acarician, y nos damos un beso mutuo, no hay gesto de rechazo o resistencia, termina el beso y sigue la conversación, le digo en broma que si cree que soy el octavo pretendiente, luego le digo que frente a su pregunta hay que entender lo que hago, para mí es muy difícil de mantener una relación, no tengo tiempo, no puedo salir en el ámbito público, estoy casado, es cierto que mi señora está en Concepción y puedo ir de manera poco frecuente a Concepción, y si tú me preguntas, es más afectivo que otra cosa, quiero salir a tomar un café a comer que otra cosa, son las posibilidades que tengo.

P: ¿Qué le responde ella?

No es algo que yo recuerde, que me parezca importante. Me llamó la atención de lo directo del lenguaje, de eso ”¿qué es lo que buscas, una relación afectiva o sexoafectiva?. Ella no me responde algo que yo recuerde, algo muy relevante, si hubiese sido algo relevante lo tendría en mente, sí recuerdo que me dijo que la tarde había sido muy agradable, le dije que para mí también y ella me dice que se repita. Como empezó a oscurecer nos levantamos y empezamos a caminar, deben haber sido las 20.30 horas, y empiezo a hacer parar un taxi, no se detenía ninguno y ella me dice que va a pedirse un Uber.

P: Después del beso, ¿qué le pasa a usted?

Nos dimos un beso mutuo que debe haber durado cinco segundos, lo que entendí es que había un interés en mi persona, de ella hacía mí.

P: ¿Y de usted hacia ella?

Había construido un interés de juntarme con ella, y con ello entendí su interés. Ella es una persona joven, medianamente atractiva.

P: ¿Había un interés suyo?

Sí, de hecho, ella me dice que había sido agradable y yo le dije que para mí también, y ella me dice ojalá se repita, a lo que le dije que sí, yo quedo con el interés de volvernos a encontrar. El encuentro en su conjunto duró como seis horas y media, no tuvo nada de contenido laboral, no se planteó nada por parte mía de compromisos o de agenda, ni ella planteó ningún tema de carácter laboral que tuviera que ver con la agenda o compromisos, nada. En segundo lugar, el beso se produce habiendo luz de día, de modo que hay conversación previa al beso, posterior al beso y cuando oscurece le digo que nos vamos, ahí es donde se camina, tratamos de parar los taxis y luego ella pide Uber; en el registro de su Uber debe estar el registro de dónde lo pidió, a qué hora. Lo concreto es que llega el Uber, se sube ella y me subo yo, nos vamos a su dirección, nos bajamos en la esquina de Amunátegui con General Mackenna, nos despedimos con un beso en la mejilla.

P: ¿Recuerda qué conversaron en el Uber?

No recuerdo qué conversamos en el viaje.

P: ¿Se preocupó de verla entrar al edificio?

No, no lo hice, porque entendí que habíamos parado al lado de su edificio. Como dije, le di un beso en la mejilla, se fue, y yo me fui caminando al hotel. No recuerdo con precisión, pero ese domingo debo haber estado en Santiago porque me habían pedido ir a una entrevista televisiva.

Después de lo que ocurrió el 1 de septiembre, según la versión de Monsalve, mantuvo una comunicación “normal y cordial” con su subalterna.

“Esta idea de volvemos a juntar se retoma, aunque no se concreta por diversas razones. Una parte de estas conversaciones son vía WhatsApp. Un fin de semana conversamos de ir a comer el sábado, ella no podía porque le dolía la cabeza; al día siguiente me escribe ella y ahí yo no pude contestar, por lo que la idea se mantiene y en la semana la conversación se mantiene normal”.

P: ¿Empezó a darse una mayor informalidad entre ustedes?

No, en el ambiente de trabajo se mantuvo todo como antes. Podría interpretar presencia de ella en algunas reuniones y gestos o sonrisas. Podría interpretar como un cambio que en las reuniones me miraba más y me sonreía más.

P: ¿Provocó esto que usted le sonriera más? ¿O la mirara más?

No. Yo creo que no cambié mi conducta.

Dicho esto llegaron las Fiestas Patrias y tuvimos una conversación vía Signal el 17-18-19 (de septiembre). Ella me contó que estaba en Curanilahue, me comentó que volvía el viernes 20 y dijo ‘espero que el vodka me esté esperando a mi regreso. Le propuse entonces que nos encontráramos el fin de semana a almorzar y se genera el compromiso de encontrarnos a almorzar el domingo (…). La escolta me pasó a dejar al hotel, me preguntó a qué hora me pasarían a buscar el lunes en la mañana y acordamos a las 7 am. Cuando desperté tipo 12 horas, creo que pude haber llamado por WhatsApp o si le escribí no sé si lo hice por WhatsApp o por Signal, ella me dice que no puede en el horario de almuerzo, pero que sí a las 18 horas. Le dije que ok y me pide que busque un lugar más cercano que el Costanera Center. No salí a almorzar, por lo que pedí un sándwich a través de Uber Eats y empecé a buscar restaurantes en el centro de Santiago, lo que hice a través de Google; la mayoría estaba cerrado por ser domingo y encontré el Ají seco Místico, que está en Mac-Iver, y me comuniqué con ella antes de las 18 horas.

P: ¿Había ido antes a ese restaurante?

Sí, quizás unos siete u ocho años, creo que fue solo una vez, pero fue hace varios años. Le ofrecí entonces de nuevo el Costanera o el Ají Seco y ella decidió por el Ají Seco, posterior a esta conversación le ofrecí pasarla a buscar, pedí a través de la aplicación Uber un taxi, salí con ropa habitual, una chaqueta tipo impermeable, porque caía algo de agua, jockey, lentes, le pedí al taxista cambiar la ruta para ir a buscarla a su edificio (…). Ingresamos al local, subimos unas escaleras, dimos una vuelta por un lugar que parece la caja, vimos un salón grande y nos instalamos en una mesa frente al ingreso, al lado de una ventana. Era una mesa redonda, vino un garzón nos preguntó qué queríamos, revisamos el menú QR, yo pedí un arroz con mariscos, unas machas a la parmesana, ella creo que pidió salmón. El garzón nos preguntó qué íbamos a tomar, y ella dijo pisco sour, y preguntó después si normal o catedral, y ella respondió que catedral. Me contó que estuvo con la mamá en Curanilahue, no sé si recuerdo todas las cosas que hablamos, pero ella me dijo que quería estudiar, que pensaba en hacerlo fuera de Chile y que estaba ahorrando para eso, que solo tenía tres millones de pesos, a lo que ella dijo que no le alcanzaba. Me contó que trabajó en la Municipalidad de Curanilahue, me habló de su remuneración, que entró trabajando por un salario muy bajo, como 250 mil pesos, y que ese trabajo se lo había conseguido su padre, y que había logrado cambiar sus funciones y con ello que le subieran el sueldo sobre 1.600.000 en un periodo muy corto de tiempo, lo contaba como un logro o algo importante. En ese contexto ella me plantea que “nos están observando mucho de enfrente”, ella miraba hacia atrás mío, yo asumí que era otra mesa y que era probable que me hubiesen reconocido, pero no di el espacio a mirar para atrás para que afirmaran que era yo. Sigue la conversación y le conté que tenía un viaje planificado a Estados Unidos con la embajada, el FBI y un conjunto de otras autoridades y que estaba en un esfuerzo por aprender inglés, y ella me dice que ella habla inglés (…). Le cuento que también tengo como práctica salir a caminar o trotar, y ella me contó que iba a un gimnasio que está a unas cuadras de La Moneda, entretanto llegaron los platos y empezamos a comer y pedimos un segundo pisco sour.

P: ¿Qué pasó con los dos primeros sour?

Nos los tomamos junto a la comida. De ahí en adelante recuerdo haber ingerido el segundo pisco sour, no recuerdo si completo, perdí la noción con el segundo pisco sour hasta que despierto al día siguiente en el hotel. Desde ese momento hasta el otro día en la mañana, el único recuerdo era haber estado ingiriendo un segundo pisco sour, pero no estoy seguro si lo terminé. Tengo como recuerdo un flashback. Lo único que recuerdo desde que ingerí el segundo pisco sour hasta el otro día es un periodo muy breve, que es a lo que llamo como flashback. Estas imágenes se las relato a ella en la habitación del hotel. Desperté el día lunes, porque tenía la alarma a las 6.30, tenía dolor de cabeza, me dolía el cuerpo, no me sentía bien, recuerdo que tenía actividades importantes, el comité de inteligencia, un punto de prensa, asumo que había ingerido alcohol y decido informarle a mi escolta que no iba a salir y le envío un mensaje diciendo que no iba a salir porque estaba con jaqueca y que les avisaría durante la mañana cuándo saldría y paralelamente le envío un WhatsApp a mi jefa de prensa que estaba con jaqueca y que solicitaba que suspendiera mi presencia en las actividades.

P: ¿Qué es lo primero que recuerda?

Haberme despertado, estaba oscuro, las habitaciones están oscuras normalmente a esa hora, mandé los WhatsApp 10 para las 7 am, inmediatamente enviados los WhatsApp miro para la cama (la denunciante) estaba acostada en la cama, en el lado que da hacia la ventana de la habitación, ella estaba despierta, creo que la primera frase que le menciono es ‘parece que se nos pasó la mano’.

P: Cuando usted se despertó, ¿ella estaba despierta?

Cuando me desperté no, pero cuando mandé los WhatsApp ella ya estaba despierta. Ella me dice que tiene que levantarse porque tiene una reunión, y le pregunté ¿qué reunión?, si era conmigo esa reunión no se iba a realizar, ella me contesta ok. Inmediatamente le digo creo que se nos pasó la mano, y ella me contesta, muy normal, ‘la próxima vez no pueden ser más de dos piscos sour’. Le digo ‘parece que la cagamos’. Ella me dice ‘¿o sea eso es esto para ti?’, le dije que no, que me refería a tener que haber suspendido las actividades importantes a las que tenía que ir. Me levanté, busqué mi mochila para sacar un paracetamol de un gramo, esto no es raro, porque sufro de jaquecas; saqué el paracetamol y ella me pregunta qué iba a tomar, le dije que paracetamol, y me dice que le dé uno, ella se sienta y se toma el comprimido con una botella de agua mineral que estaba en el velador, yo abrí el frigobar y saqué una botella y me la tomé. Me parece relevante señalar que ella toma en una botella distinta, que estaba en el velador, lo que significa que eso lo sacó alguien del frigobar antes, y yo no me acuerdo de haberla sacado. Me llama mucho la atención esto de la botella y también que había olor a tabaco, siendo que yo nunca fumo en la habitación y yo no porto cigarrillos, y si bien fumaba tabaco me tenían que armar los cigarros. Si alguien fumó ahí, no fui yo. Después del paracetamol me volví a la cama y me acosté y empecé a tomar conciencia de que no me acordaba, le comenté que no me acordaba de anoche, empecé de manera estructurada a decirle no me acuerdo cuando salí del restaurante, no sé cómo nos trasladamos al hotel, cómo ingresé al hotel y qué pasó anoche. Le pregunté si ella se acordaba y ella me responde lo mismo, no se acordaba cómo habíamos salido del restaurante, cómo habíamos llegado al hotel. Le pregunté cómo habíamos bajado la escalera del restaurante, porque había una escalera, ella me dijo caminando, no sé si me lo respondió como ironía o lo recordaba realmente.

P: ¿No le pareció raro pasearse desnudo frente a ella?

No, dada las circunstancias y la conversación que habíamos tenido previamente. Ninguno despertó schockeado. Los primeros minutos de conversación daban cuenta de una situación inesperada para ambos, pero ninguno shockeado, la frase fue ‘se nos pasó la mano’. Le pregunté si se acordaba qué había pasado la noche anterior, ella me dijo que no recordaba. Ahí le conté del flashback, lo único que recuerdo, le dije, es que iba sentado en el asiento trasero de un vehículo, que ella iba arrodillada en el asiento del copiloto tocando al conductor con ambas manos, y tengo la impresión que el auto se detiene y tú abres la puerta del copiloto para bajar y que tengo la impresión que bajé a buscarte, porque no tengo imágenes de haber bajado, solo recordaba lo que le dije.

P: ¿Cuántas personas iban (en el auto)?

Solo los tres, el chofer y nosotros dos. Le dije que me daba la impresión que ella le iba coqueteando al chofer, porque lo iba tocando con ambas manos. Ella me dijo, “uy, qué vergüenza”, porque era una situación poco feliz. Después de esta conversación me paré y me fui al baño, ocupé el baño, me duché un buen rato, me sequé el pelo y me puse un pantalón de buzo y volví a ingresar a la cama.

En ese momento, Monsalve alude a que la mujer, según su versión, lo habría buscado para intimar, pero que él le dijo que “mejor en estas circunstancias no hagamos nada y me recosté al lado, ella extendió su brazo derecho hacía mi tocándome, no recuerdo qué me dijo, pero asumí que el gesto era como ‘no te molestes’, por lo que me quedé recostado al lado de ella. En todo esto ha pasado toda la mañana y en algún momento, creo que cerca del mediodía, dijo ‘sabes qué, me tengo que ir”.

P: ¿Alguno se volvió a dormir?

Desde que nos despertamos ninguno volvió a dormir. Ella no fue al baño en ningún momento, yo ingresé solo al baño, estuve unos 15 o 20 minutos. Cuando salí del baño ella me preguntó si me sentía mejor. Ella se para, se sienta en el borde de la cama y se comienza a vestir, yo me paré y me puse una polera con la intención de irla a dejar abajo (…). Ella me dice que no es necesario que la vaya a dejar, la orienté respecto de los ascensores, le dije que saliera y tomara a mano izquierda y se subiera a los ascensores. Lo último que le dije es ‘no pierdas contacto, escríbeme, mándame un mensaje’. Nos despedimos de un beso en la mejilla.

P: ¿Usted recibió alguna llamada durante esa mañana?

Sí, debo haber recibido una llamada entre las 7 o 7.30 de la mañana de mi señora, yo tenía el hábito, que era todos los días, entre las 20 o 21 horas de hacer una videollamada, porque tenía una hija fuera de Chile. El domingo trataron de conectarse conmigo y no pudieron contactarse conmigo, por eso a las 7 o 7.30 me llamó mi señora, me paré y hablé por teléfono con ella desde el baño, le contesté, me dijo ‘hola’ y me dijo ‘solo quería saber si estabas vivo y me colgó’.

En un momento, según se desprende del interrogatorio, los fiscales dudan de la versión de Monsalve y lo encaran por lo inverosímil de que haya señalado que él sintió que esa mañana del 23 de septiembre la denunciante desplegó una conducta en la que se sintió “forzado” a intimar y que fue él quien la detuvo.

P: ¿Eso no le suena a la defensiva?

Habíamos despertado de manera no planificada, yo me sentía mal, estaba con jaqueca, había partido como algo agradable, pero se había transformado en algo desagradable, y se lo traté de decir de manera no agresiva, por eso le dije ‘en estas condiciones no’.

P: Volvamos a la mañana…

Pedí retirarme a las 13.30 horas, a la hora que llegó mi escolta tenía que irme a Viña del Mar, porque el martes cumpliría funciones en Valparaíso en el Congreso. Previo a salir del hotel me llegó un mensaje de WhatsApp de (la denunciante) a las 12.44 horas, y me decía que le avisara si necesitaba que me acompañara en la reunión con el Gore de Valparaíso; le contesté el mensaje a las 12.48 indicándole que lo vería y que me diera tiempo para ordenarme, me refería a ordenar mi agenda. Ella me contestó a las 12.51 indicándome ‘súper, estaré atenta”. Aproximadamente una hora después, a las 13.51 le indico que el día siguiente estaré la mayor parte del tiempo en el Congreso y le indico que se quede en La Moneda para coordinarnos. Ella me responde ´súper, nos coordinamos’.

En esa parte de la declaración, Monsalve trata de explicar el último mensaje que le mandó a la víctima por Signal -y de lo cual ella dejó pantallazo e incorporó a la investigación-, chat que le envía cuando ella deja de ir a trabajar y de contestar los llamados del subsecretario.

“Quiero aclarar la frase del libro Maniac, hay una parte, una cita, que dice ‘el silencio y la indiferencia es una forma de menosprecio, de ofensa’. Le envié este mensaje por WhatsApp, pero ella dice que lo envié el miércoles, pero no es así, lo envié el martes, esto lo digo porque el miércoles tuve una entrevista, salgo a las 8.05, por lo que estuve muy ocupado con mi jefa de prensa, mi escolta, no tuve tiempo de mandar ese mensaje o llamarla, por eso digo que el mensaje lo envié el martes en la tarde”.

P: ¿Por qué le escribió eso?

Esta frase me pareció interesante y mi único afán era compartirlo con ella, no tenía ninguna otra intención, fue enviada en un contexto de normal comunicación con ella.

P: ¿Usted pensaba que ella iba a entenderlo?

El miércoles 25 en la tarde le envié un WhatsApp diciéndole ven, ella va a mi oficina, le volví a preguntar si se había acordado de algo, le consulté de manera metódica, como lo hice en el hotel, respecto de cómo habíamos salido de lugar, cómo nos trasladamos, qué hicimos y no se acordaba. Ella me volvió a decir que esto no le había ocurrido antes, y a mí tampoco, de que después de consumir alcohol tuviera pérdidas de memoria de ocho o 10 horas. Ella me dice que sale a tomar alcohol con amigas y nunca le había pasado esto. Ella me dijo que se había acordado de haber bebido dos piscos sour y medio, yo le dije que me acordaba hasta el segundo. Ella me dijo tengo un golpe en la frente, le dije que no se lo veía, pero le dije que yo tenía unas contusiones en la cadera y muslo izquierdo, lo que atribuyo a una caída. Ella me dice que pudiera habernos pasado lo que le pasó a Gonzalo Valenzuela, actor al que drogaron en un taxi, lo llevaron a un cajero automático, le sacaron dinero, y había despertado en su casa y no se acordaba de nada de lo que hizo. Ante esto le dije que estaba preocupado, porque no me acordaba, y le dije que tenía la impresión de que nos habíamos caído, le dije que habíamos tomado una cantidad excesiva de alcohol, y que eso explicaría que me hubiese caído y el golpe del muslo y cadera, le dije si es que me reconocieron puede haber fotos o videos. Descarté una hipótesis de robo, porque no me faltaba nada, ni tarjeta, llaves, revisé mi cuenta del banco, le pregunté a ella y me dijo que no le faltaba nada. Yo tenía como hábito andar con 200 mil pesos en efectivo y harto billete de 1.000. Al terminar la conversación ella me dijo que fue al médico y que ni siquiera le había pedido un examen.

Tras esto relata que en ese periodo estaban pasando cosas complejas en el ministerio por la renuncia del general director Ricardo Yáñez, que iba a ser formalizado, la discusión de presupuesto se había tensado por esa situación.

“Hasta ese miércoles 25 no tenía señal o evidencia de alguna situación complicada con ella, salvo que ambos estábamos preocupados por no recordar los hechos, yo temía porque hubiera imágenes del día del hecho, pero jamás temí una posibilidad de que ella se sintiese objeto de algún delito de mi parte. Mi preocupación era ir a un punto de prensa y que algún periodista mostrara imágenes mías ebrio o caído en el restaurante”.

P: ¿Le comentó a alguien lo del 1 de septiembre?

A nadie.

P: ¿Y los hechos del domingo 22 de septiembre?

A nadie.

“Era una situación compleja, pero nada me indicaba que ella sintiera que había sido víctima de una agresión, por lo que me interesaba fundamentalmente recordar los hechos ocurridos, y que eso no afectara al gobierno, por lo que lo manejo de manera privada. En ese momento la relación con otras instituciones era compleja, y evité cualquier riesgo de que la información se pudiera filtrar, por lo que no recurrí a alguna institución policial (…). Después del 25 mantenemos una comunicación laboral normal, diaria y cordial. No hay ni reproches ni agresividad, ni nada, no hay señal que indique que hay cambio de conducta, distanciamiento etc. El fin de semana del 28 y 29 la vuelvo a llamar, el 28 ella no me contesta, el 29 me devuelve el llamado, me dice que está con su mamá y uno de sus hermanos”.

Luego de eso, según la versión de Monsalve, él le advierte que como ambos siguen sin recordar nada, no había más alternativa que hablar con la policía. Fue la antesala de lo que se descubrió días después por la Fiscalía: el subsecretario activó una operación de Inteligencia de la PDI para revisar las cámaras de su trayecto con su subalterna.

“Le dije: ‘Te quiero advertir que una vez que hable con la policía es seguro que se va a filtrar, tengo asumido lo que esto implica para mí, que es dejar el cargo y tú vas a estar involucrada en un hecho público, por lo cual te quiero pedir tu opinión y acuerdo’. Ella se quedó como un poco golpeada, no había evaluado la situación, no había dicho ni sí ni no. Le dije ‘si lo quieres pensar, tienes dos días para hacerlo’. La reacción inmediata de ella fue decir ‘sí, pero lo que yo hice, no lo hice consciente’. Le contesté que sí, sí sé que no te acuerdas, justamente por eso quiero que lo averigüe la policía”.

“Me dice que quiere reubicarse laboralmente, le dije que tendría que volver a Digempol, y me dijo que su familia no lo permitiría. Le pregunté ¿entonces, qué propones? ‘No, yo quiero algo superior’, le contesté que eso era algo difícil. Me preguntó ¿por qué ese día no llamaste a mi papá, por qué no me fuiste a dejar al departamento? Le contesté que no me acordaba, que ya lo habíamos conversado, que ninguno de los dos se acordaba qué era lo que había pasado, y me dice ‘tengo que ver las cámaras’. Le dije que me parecía razonable, y que para eso íbamos a hablar con las policías. La última frase que me dice: ‘Yo separo lo personal de lo laboral y esto lo quiero dejar atrás’. Entendí que era como olvidémonos de esto y quedémonos tranquilos”.

“Tengo la impresión de que cuando le dije que hablaría con la policía ella se asustó (…). El miércoles 9 se me empieza a comentar que ella no le contestaba a nadie del gabinete, le escribí por WhatsApp para preguntarle si la podía llamar, porque iba a tener que hablar con la policía, sin recibir respuesta”.

Durante una de las jornadas, Monsalve y su defensa quisieron precisar datos. La instancia fue aprovechada por los fiscales para contrainterrogarlo y que se hiciera cargo de algunas de sus respuestas.

P: ¿Por qué se demoraron tanto para coordinar para tomar un café, cuatro meses para tomar un café?

Esto ya lo dije, mis jornadas laborales eran de 12 horas, es probable que me quisiera juntar con gente, pero la pregunta es ¿a qué hora lo iba a hacer?

P: ¿O sea usted me dice que tenía interés, pero no tenía tiempo?

Eso es. Esto demuestra que uno de los efectos del cargo que yo ejercía era perder contacto con personas que uno veía con más frecuencia.

P: ¿En todo este tiempo usted nunca se juntó con un amigo a tomar café, alguna amiga?

No recuerdo con precisión.

P: ¿Y alguna interacción de este tipo con alguna mujer?

Probablemente.

P: ¿Probablemente o con certeza?

Con certeza.

P: ¿Tuvo alguna interacción con alguna mujer?

Sí, es probable que me haya reunido a comer o tomar café con alguna amiga.

P: Entonces con esta otra mujer sí, pero ¿no con (la denunciante)?

Esto no es tan complejo de responder, era muy ocasional que me quedara en Santiago los fines de semana, de lunes a viernes trabajaba en los horarios que he señalado, como dije me desocupaba muy tarde, si tenía alguna posibilidad de tomar un café o comer con alguien, era un fin de semana y tendría que ser en Viña del Mar y ella no era de Viña, por lo que coordinar con ella era prácticamente imposible.

P: Usted señala que ella reacciona con un emoticón de corazón, ¿qué entiende con eso?

Era la única persona que con bastante frecuencia me contestaba con un corazón, quizás es un tema generacional, pero yo entiendo que es un ‘qué bueno, me agrada, me encanta’.

P: A la situación en particular, usted le agradece respecto del trabajo y ella le responde con un corazón, ¿Cómo lo entiende?

Lo entiendo como dije, y que es un hecho aislado con ella. Muchas personas de mi equipo eran de sexo femenino y no era habitual que otra funcionaria me contestara con un corazón.

P: Usted le envía un mensaje en que ella le dice gracias, lo reviso y un abrazo, ella le responde con un corazón. ¿Cómo entiende usted eso?

El corazón desde mi punto de vista es expresar un agrado y un mayor agrado de lo habitual.

P: ¿Puede especificar un mayor agrado de lo habitual?

Que me gusta mucho.

P: ¿O sea usted dice que si una persona le responde con un emoticón de corazón tiene un interés en usted?

Los corazones no son habituales en relación laboral, los corazones rojos son menos habituales aún, y esto expresa un mayor agrado de lo habitual, una mayor cercanía con la otra persona, para mí no son habituales. Esto no era para nada habitual con el resto de los funcionarios de la subsecretaría.

La entrada Caso Monsalve: “Perdí la noción con el segundo pisco sour” se publicó primero en El Periodista.

Fuente

ElPeriodista.cl

ElPeriodista.cl

Lo + visto

0 Comentarios

Escribe un comentario

Cargando, por favor espera...

485 visitas activas