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China vs. EE.UU: Chile busca ser neutral en tiempos de guerra comercial

China vs. EE.UU: Chile busca ser neutral en tiempos de guerra comercial

Casi un mes antes de la elección de Donald Trump para un segundo periodo en la Casa Blanca, viajó a Santiago una delegación del Comité de Inteligencia del Senado estadounidense a indagar sobre las inversiones chinas en Chile.

La visita de la delegación, efectuada en octubre de 2024, fue encabezada por Elnigar Itelbir, quien fuera la encargada de los temas de China dentro del Consejo de Seguridad Nacional -el principal comité asesor de la Casa Blanca- durante la primera administración de Trump, y asesora del senador republicano Marcos Rubio -actual secretario de Estado- en el Comité de Inteligencia del Senado, la cual, pese a ser una misión oficial, tuvo carácter de viaje privado.

Nacida en 1984 en la región de Xinjiang, Itelbir huyó de China -primero a Turquía y luego a Estados Unidos, arrancando de la represión del régimen comunista chino sobre la minoría étnica uigur. Por lo mismo, su llegada al círculo de hierro de Trump, en agosto de 2019, fue leída por Beijing como una provocación del mandatario estadounidense en el marco de la guerra comercial con China.

Aunque se desconoce el grueso de la agenda que desarrolló en Chile, la delegación liderada por Itelbir refleja la preocupación que existe en Estados Unidos por la creciente influencia china en América Latina. Para Estados Unidos, el ingreso de capitales chinos es visto como una amenaza a su seguridad nacional.

Del paso de esa delegación por Santiago se supo únicamente porque entre las reuniones que organizó la embajada de Estados Unidos en Santiago hubo una con el mundo académico. El 10 de octubre de 2024, a las 14.30 horas, los tres asesores del Comité de Inteligencia del Senado estadounidense recibieron a los directores del Núcleo Milenio Impactos de China en Latinoamérica y el Caribe (Iclac) Francisco Urdinez y María Montt, y al historiador y magíster en cooperación internacional e investigador del Iclac, Gabriel Artaza, los que dieron una exposición técnica sobre el repositorio de inversiones chinas en Chile y otros siete países de la región. El mapa más detallado de las inversiones del gigante asiático, con data sobre empresas, de cuándo y cómo invierten, en qué áreas y cómo se comportan en un país respecto de otros países.

La principal preocupación de la delegación estadounidense era conocer sobre inversiones chinas que controlaran sectores estratégicos de la economía chilena. Pero, por la vaguedad y tipo de preguntas que hicieron, pronto quedaría en evidencia el poco conocimiento que tenían de la realidad chilena y regional.

Pese a ello, la presión de Estados Unidos para frenar las inversiones chinas en Chile se ha incrementado en los últimos años. Hasta el año pasado, los capitales chinos sumaban 23.122 millones de dólares, distribuidos en unos 50 proyectos, la mayoría de ellos en las áreas de energía, minería e infraestructura. China es hoy el quinto inversor en Chile, después de Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y Brasil.

Presiones

En 2019, en medio de la guerra comercial y la competencia en el ámbito tecnológico entre Estados Unidos y China, la Casa Blanca desplegó acciones de alto nivel -incluida la visita a Santiago del entonces secretario de Estado Mike Pompeo- para sacar a China y a la empresa Huawei del proyecto de cable submarino de fibra óptica entre Chile y Asia. Un año después, Chile anuló la adjudicación de la confección de pasaportes a la empresa china Ansino, tras las advertencias de Estados Unidos sobre un eventual riesgo para la seguridad de los datos personales y la amenaza de quedar fuera del programa visa Waiver.

En febrero de 2024, los reclamos de Estados Unidos se volvieron a oír en Santiago a raíz de la compra de camiones escáner a la empresa china Nuctech para los puertos chilenos. Y en enero pasado, a propósito del convenio suscrito un año antes por la Universidad Católica del Norte y el Observatorio Nacional Astronómico Chino (NAOC, por sus siglas en inglés), entidad dependiente del gobierno chino a través de la Academia de Ciencias, para la construcción de un centro de observación astronómica chino en Cerro Ventarrones, en la Región de Antofagasta, destinado a monitorear objetos cercanos, incluidos satélites artificiales.

En enero pasado, poco antes de abandonar Chile, la embajadora estadounidense Bernadette Meehan manifestó a la Cancillería chilena la preocupación de Washington respecto de que el proyecto astronómico chino TOM (Transient Objects Monitoring) pudiera servir no sólo para la investigación del espacio, sino también tener usos militares.

Aunque el proyecto se venía negociando desde 2016, recién a mediados de abril la Cancillería chilena decidió intervenir y paralizó la ejecución del convenio, a la espera de contar con más antecedentes -los que ya fueron solicitados tanto a las autoridades chinas como a la Universidad Católica del Norte- para conocer los alcances jurídicos del convenio.

“El convenio no tiene un marco legal adecuado, no tiene viabilidad”, remarcan desde la Cancillería chilena para justificar la paralización de las obras. Reafirmando que la legislación chilena contempla sólo dos vías para que entidades privadas suscriban acuerdos de cooperación internacional en materia de astronomía, que contemplen franquicias diplomáticas, tributarias y aduaneras: un acuerdo de Estado a Estado, o mediante la suscripción de un convenio con la Universidad de Chile en el marco de la Ley 15.762 de 1963.

En medio de la tensión mundial por la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la Cancillería chilena ha tratado de evitar que la medida sea interpretada por Beijing como una concesión del gobierno en favor de Estados Unidos. Por lo mismo, han remarcado que en este caso se trataría sólo de un problema formal, por lo que “más que una suspensión” o “congelamiento” del proyecto, este sólo está en revisión.

La decisión de la Cancillería chilena, sin embargo, gatilló una dura respuesta de la embajada china en Santiago, la que rechazó la injerencia externa en la relación del gigante asiático con Chile. “Confiamos en que Chile persistirá en una posición independiente y autónoma para abogar por una cooperación científica internacional que sea abierta, equitativa, justa y no discriminatoria”, indicó la nota de la embajada.

10/03/2021

FOTOGRAFIAS A EMBAJADOR DE CHINA EN CHILE, NIU QINGBAO

Mario Tellez / La Tercera

Críticas que fueron respaldadas por los diputados comunistas Luis Cuello y Nathalie Castillo, quienes enviaron a la Cancillería el 22 de abril pasado un oficio pidiendo que se expliciten “los fundamentos técnicos y jurídicos” de esta medida, que pone un manto de duda sobre la capacidad de Chile de defender la neutralidad en medio de la escalada de la guerra comercial entre las dos grandes potencias que tienen al mundo en vilo y en riesgo de una recesión global.

“Tenemos que tratar de mantener un equilibrio que nos permita seguir asociados a los dos. Esto tiene que ver con principios de nuestra política exterior, pero también con un sentido de realidad. Chile no puede prescindir ni de China ni de los Estados Unidos”, señalan fuentes diplomáticas chilenas.

Un equilibrio que se hace cada vez más difícil en el contexto de las tensiones entre Washington y Beijing.

“Estados Unidos históricamente ha tendido, especialmente en períodos en que se sienten amenazados, como ocurre ahora con la competencia china, a utilizar más los incentivos negativos que los positivos. Esa ha sido una tónica durante el siglo XX y estimo que también lo será por los próximos 20 años. Eso significa que se nos va a dificultar cada vez más relacionarnos con actores chinos, porque eso va a traer planteos mucho más fuertes de Estados Unidos”, sostiene Francisco Urdinez, director del Iclac y autor del libro Desplazamiento de la economía china y el fin de la hegemonía de Estados Unidos en América Latina, que será publicado próximamente por la editorial Cambridge.

Compleja negociación con Washington

Hasta ahora, el tema de las inversiones chinas en Chile y su impacto en la relación con Estados Unidos se ha tocado tangencialmente en las tres sesiones que se han realizado del comité que encabeza el ministro de Hacienda, Mario Marcel, y que integran, además, el canciller Alberto van Klaveren y la subsecretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Claudia Sanhueza, para diseñar una estrategia para enfrentar el alza de 10% de aranceles que anunció Trump el 2 de abril pasado a las exportaciones chilenas.

El canciller Alberto van Klaveren y el ministro de Hacienda, Mario Marcel

El grupo aún está levantando información para entender a dónde apunta Trump cuando habla de razones extraarancelarias que justificarían un alza unilateral de aranceles, pese la existencia de un tratado de libre comercio.

Sin embargo, según algunos integrantes de ese comité, el gobierno ya dejó en claro su intención de que las conversaciones con la administración Trump sean de carácter exclusivamente bilateral y no involucren la relación de Chile con China. Lo que para muchos es una tarea casi imposible.

“En estos días Washington se ha convertido en una ciudad llena de rumores”, señalan fuentes diplomáticas chilenas involucradas en las conversaciones para frenar el alza de aranceles. Uno de los últimos trascendidos generó alarma en los equipos chilenos que están preparando el diálogo con el secretario de Comercio y con autoridades del Tesoro estadounidense.

“La preocupación central está ahora en el comercio mundial. Hay muchos rumores de que Estados Unidos está pidiendo a los países aliados que han ido a conversar con ellos que apliquen aranceles a China. Eso sería muy grave para Chile, porque el 40% de su comercio es con China”, señalan fuentes diplomáticas chilenas involucradas en las incipientes negociaciones con Estados Unidos.

Por lo mismo, algunos integrantes del comité que encabeza Marcel ya han planteado que Chile se anticipe a los movimientos de Estados Unidos. Una alternativa viable, sostienen, podría ser crear mecanismos de investment screening, es decir, mecanismos de control de inversiones extranjeras, algo que ha solicitado Estados Unidos a Chile desde hace varios años, al igual que la OCDE. La diferencia es que para Estados Unidos lo más importante es que esos screening se centren en “temas de seguridad nacional” más que en factores medioambientales o laborales.

El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha impulsado a otros países a suscribir estos mecanismos. Desde 2018 ya van más de 30 países que lo han hecho.

En 2019, el gobierno de Piñera II redactó un proyecto de ley en esa línea, pero no alcanzó a ser enviado al Congreso debido al estallido social. Ahora la idea ha reflotado como una forma de tener mecanismos objetivos, generales y no discriminatorios para evaluar y frenar inversiones extranjeras que pudieran afectar los intereses de Chile.

El tema no es el único que ha agitado las aguas en Chile previo al inicio de las conversaciones formales con Estados Unidos. La reciente invitación que hizo el Presidente de Brasil, Lula da Silva, al Mandatario chileno, Gabriel Boric, para que asista a la cumbre de los países del Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que se realizará en Río de Janeiro, y a la reunión del Celac en Beijing -ofreciendo incluso facilitar una cita con el líder chino Xi Jinping- también ha generado preocupación en momentos en que algunas voces piden mantener a Chile lejos del radar estadounidense.

La idea de acercarse a los Brics cuenta con apoyos entre asesores del Segundo Piso de La Moneda, como Carlos Figueroa. Pero desde el Minrel señalan que no se ha tomado una decisión respecto de la participación del Presidente Boric en esos encuentros internacionales, en los que de todas maneras Chile estará representado por una delegación de la Cancillería.

Fuente

LaTercera.com

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