📂Tips.CL | 🌟Valdebenito.CL | ⚠️IMotores.CL | 📍IMascotas.CL | 🌸IOfertas.CL |

Claribel Medina: “La separación fue espantosa. Estuvimos enojados casi 15 años, ninguno cedía”

Claribel Medina: “La separación fue espantosa. Estuvimos enojados casi 15 años, ninguno cedía”

Con Pablo Alarcón se separaron peleadísimos, hasta que una situación límite terminó con el rencor y con el resentimiento. Hoy eligen trabajar juntos y contar la historia de un matrimonio divorciado. Cómo fue la decisión hace 7 años de dejar el alcohol. Por qué dice que es el diablo. La recuperación y el ‘solo por hoy’ de cada día. El odio de las redes que revela que el alcohol sigue siendo un tema tabú

¿El amor verdadero es para siempre, para toda la vida? ¿Puede acaso el amor atravesar las peores tempestades, como pasa en las películas, cambiar de forma y seguir vivo? ¿Hay un hilo invisible entre dos personas que se amaron profundamente que nunca se rompe? Claribel Medina y Pablo Alarcón se enamoraron, se casaron, tuvieron dos hijas, se divorciaron y estuvieron muchos años peleados, muy distanciados. Ahora, décadas después, están juntos en un proyecto de trabajo a punto de estrenarse.

- 33 años de no trabajar juntos, de separarnos, wow. Primero estábamos enamoradísimos, el principio de la historia es amor, amor, amor y dos niñas que se llaman Antonella Maia y Agostina. Y después separación espantosa, tumultuosa. La gente no tuvo conocimiento de que esa separación fue tan fuerte hasta mucho tiempo después, porque como los dos somos bastante discretos en lo público ninguno habló demasiado, pero aquellos que nos conocían sabían esto, perro y gato.

- Contaste en su momento, además, que quedaste devastada.

- Yo quedé muy mal. Yo creo que los dos quedamos muy mal. ¿Pero sabes por qué? Yo nací en el Caribe y llegué en 1990 acá y dejé una historia en Puerto Rico que tenía que ver con el arte. Él también dejó una historia porque se había ido a trabajar allá pero yo dejaba mis raíces en su totalidad y toda una familia. Yo de verdad aposté a una historia para toda la vida. Entonces, cuando esa historia se rompió, me encontré en Argentina sola y pensando, ¿qué hago? ¿Podré recuperar mi felicidad? ¿Podré recuperar una historia personal? Esto es una familia para toda la vida, ¿cómo hacemos para reconciliar este distanciamiento que tenemos dos personas que nos hemos amado?

- Porque se habían peleado mucho y terminaron separados. Todo mal. Muchas veces se termina mal, pero esto se sostuvo en el tiempo. ¿Cuánto tiempo?

- Estuvimos muy enojados, básicamente casi 15 años, que es un montón.

- ¿Los dos estaban igual de enojados?

- Sí, ninguno cedía. Un horror, un espanto. Esto termina bien al final, pero tiene muchos momentos en que nos reconciliamos un poquito y nos volvimos a pelear.

- ¿Por qué peleaban?

- Había mucha diferencia en la manera de mirar el crecimiento y el futuro con relación a las niñas. Hubo diferencias también en la separación, por qué había ocurrido de manera tan abrupta. En mi manera de ver algo de mi trabajo no se terminaba de reconciliar con él, las horas que yo estaba afuera. Muchos años después le dije que influyó la importante diferencia de edad entre los dos.

- ¿Cuántos años es mayor que vos?

- 19 años. Indefectiblemente había algo de él de darme indicaciones y consejos de qué tenía yo que hacer con mi carrera. Y uno toma algunas cosas, pero llega un momento en que decís: no, es mi camino.

“LA CASA SE VOLVIÓ UN LUGAR OSCURO, NO HABÍA FELICIDAD”

- ¿Alguno quería ser amigo del otro? ¿O ninguno?

- Si yo hubiera tenido un poco más de paciencia, hoy lo miro 25 años después… Fui quizás inmadura en el momento de tomar la decisión y decir me cansé, pero había mucho dolor de mi parte, había mucho dolor de parte de él, y la casa se volvió un lugar oscuro y no había felicidad. La felicidad que nos había unido en su momento de un amor intenso, pleno, que nos trajo hasta acá y a tener dos hijas. Ese amor estaba roto.

- Tampoco tenían una relación cordial. ¿Hablaron de todo esto después?

- En estos 25 años sí, tuvimos muchas charlas, pequeñas a veces. Somos dos buenas personas. No somos tan tarados tampoco, somos dos seres inteligentes, así que siempre priorizamos a las chicas. Una vez, con las niñas muy pequeñas le dije: nosotros no podemos sostener esta pelea en el tiempo, no podemos mostrarle a nuestras hijas que cuando se ama no existe posibilidad de reconciliación en el perdón. ¿Qué quieres para el futuro de las chicas? Que cuando se enamoren piensen ‘si me separo de alguien es irreconciliable’? Pero esas cosas que decía yo o que decía él caían en un bolso vacío.

“LO IMPORTANTE ESTABA DELANTE DE NUESTROS OJOS. Y DE A POCO NOS FUIMOS PIDIENDO PERDÓN”

- Los dos decían cosas lindísimas, pero el otro no las escuchaba.

- Nada, hasta que hubo una situación con una de nuestras hijas que estaba complicada de salud. La pasamos muy mal cuando el médico nos dijo que estaba enferma y que estaba complicada la situación. Estábamos en la clínica mirándolas a las dos y nos quedamos bastante shockeados. Lo más importante estaba delante de nuestros ojos, lo realmente importante estaba delante de nuestros ojos. El ego que hasta ese momento habíamos manejado, querer tener la razón, el enojo que a veces se disfraza de resentimiento es una capa con la que los adultos tapamos el verdadero afecto y el amor y lo que es una familia. Había muchas capas, muchas, y ninguna era la verdadera. Dos personas, nuestras hijas nos miraban y decían, ‘¿qué les pasa a ustedes dos? No nos metan en el medio, por favor’. Ahí empezaron a aparecer la paciencia y la verdad, y de a poco nos fuimos pidiendo perdón. De a poco fuimos hablando algunas cosas, dejábamos pasar un tiempo y hablábamos alguna otra cosa más profundamente. De a poco cada uno empezó a soltar y dijo: liberemos.

- ¿El rencor se diluyó? ¿Y las heridas?

- Las heridas están en nuestro cuerpo, la herida queda. Es como cuando te cortás profundamente. Yo te estoy contando esto y me duele. En este momento no hay rencor, por suerte, no hay resentimiento, más bien hay una profundísima comprensión.

- ¿Se puede decir que son amigos?

- No sé si somos amigos porque es raro, somos familia. Pero hay un montón de cosas que yo no le voy a contar a Pablo que tienen que ver con mi vida privada y él no me va a contar a mí que tienen que ver con su vida privada, porque no soy su amiga.

- ¿Se les ocurrió a los dos la idea de hacer una obra de teatro juntos? No es que uno tuvo que convencer al otro.

- Se nos ocurrió a la vez que esto es muy raro. El año pasado, más o menos para septiembre, octubre dijimos: deberíamos trabajar, encontrar una obra. Los dos teníamos ganas. Leímos varias, ninguna nos gustó hasta leer esta obra que tiene que ver con muchas cosas en común para todos los que hemos pasado por una situación parecida, que habla también del acostumbramiento en una pareja. Esa manera horrible con que mirás a tu pareja cuando es como un hermano en algún momento y no se rompe la historia. ¿Qué hago con mi pasión? No me mira, no lo miro, ya no está el beso de la llegada. Ese montón de cosas que nos pasan a todos están metidas en la obra.

- Que los dos hayan querido trabajar en una obra sobre un matrimonio divorciado al que le pasan cosas, es jugado.

- Jugadísimo. Y lo estamos pagando ahora en los ensayos, porque es más fácil actuar con un actor que no conocés y con quien no pasa nada, tenés que producir el sentimiento. En nosotros el sentimiento está.

- Se les moviliza todo con la obra.

- ¡Y claro! Hay una escena específica donde ocurre una situación que todavía no nos hemos atrevido a abordar. La tenemos ahí, los dos sabemos que hay que abordarla.

“DE GOLPE LO MIRO A LOS OJOS Y DIGO: SÍ, ESTA PERSONA Y YO NOS SEGUIMOS AMANDO.”

- Sos mucho más expresiva y además tenés todo a flor de piel. ¿Pablo dice que le algo le cuesta?

- Si supieras que es al revés. En el escenario soy extrovertida, pero en mi vida personal cuento poco. Te juro que te estoy contando esto a vos y me sorprendo. Yo podría decirte tres cosas y que parezca que te estoy contando, pero hay confianza y amor y te respeto un montón. A mí me pasa que soy tímida y ante situaciones digo, ¿lo miro a los ojos o no lo miro a los ojos? Porque si lo miro a los ojos entro en toda esta historia ya pasada. De golpe lo miro a los ojos y digo: sí, esta persona y yo nos seguimos amando, aunque no sea ese amor de aquella vez y eso hay que bancárselo.

“DURANTE CINCO MESES FUIMOS TODOS LOS DÍAS A LA CLÍNICA”

-¿Qué dicen tus hijas, que ya son grandes de que estén ensayando y trabajando juntos?

- Están contentas, están sorprendidas las dos y están muy, pero muy felices. Previo a eso, estuvo la internación de Pablo, estuvo más de cuatro meses internado.

- El año pasado Pablo estuvo muy enfermo. Primero con neumonía bilateral, después con problemas coronarios. Y atravesó una operación a corazón abierto muy complicada, muy peligrosa. ¿Eso cambió todo entre ustedes?

- Durante cinco meses íbamos todos los días a la clínica. La hice venir a Agostina de Estados Unidos. Cuando mi padre se enfermó en Puerto Rico, si yo no hubiese ido, no me lo hubiera perdonado. Entonces sentía la obligación de decirle a mi hija que tenía que estar acá presente, por él y por ella. Entonces la familia se unió, lo más importante son esos valores.

- ¿Juega o no juega en esta decisión de trabajar juntos la presencia o ausencia de parejas actuales?

- Yo no sé si Pablo está en pareja porque Pablo es muy particular, sigue siendo galán en la vida. Yo creo que sí, pero yo no le pregunto mucho si está en pareja, prefiero no meterme. Si está en pareja hasta ahora no ha dicho nada de que a ella le moleste. Y yo me separé el año pasado después de ocho años, así que no habría conflicto ahí.

- Podría haber alguna incomodidad.

- Yo tengo un amigo que me decía: si mi pareja va todos los días a la clínica, yo me muero de celos, yo no lo comprendería. Yo le decía, pero ¿cómo no vas a comprender que es un tema de familia? Yo voy porque alguien tiene que hablar con el médico, alguien tiene que hablar con la enfermera.

- ¿Pero no había una mujer esperando visitarlo?

- Había varias, que me hablaban a mí porque me daban la información a mí y a nuestras hijas. Me va a matar Pablo.

-Había varias mujeres cercanas a Pablo. Es divertida la escena de él en cama con vos de un lado y con la actual del otro.

- No sabés lo que era la situación, sí, lo vivimos eso (n de la r: se ríe).

- ¿Bien?

- Sí, bien. A mí me daba pudor y me iba cuando yo veía que él se ponía nervioso. ¿A dónde fue fulana? Preguntaba. ¿Querés que te la llame? Entonces yo me iba. Es muy graciosa la situación.

- ¿Es una amistad verdadera ahora?

- Creo que es adultez también, con los años hay cosas que dejan de ser importantes.

- ¿Es como una especie de terapia de pareja a cielo abierto este ensayo?

- Me parece que sí, nos reímos aunque hay cosas que no tienen nada que ver con nuestra vida personal, pero usamos mucho de nuestras vivencias para contar esta historia.

“YO ME SIENTO MUY ORGULLOSA DE HABER ABIERTO MI CORAZÓN PARA CONTAR ALGO QUE AYUDÓ A TANTA GENTE”.

- Estás cuidando que a él no le moleste algo que vos decís, pero a vos no te molesta contar. Hace unos años contaste públicamente que estabas recuperándote del alcoholismo.

-Sí, porque cuando uno dice una cosa así, que tiene una importancia muy grande y que tiene que ver con las adicciones no se puede tomar con liviandad. La gente le tiene tanto miedo a las adicciones, a declaraciones de este tipo sobre todo en figuras públicas, que aparecen palabras hirientes por desconocimiento, aparecen ofensas, aparecen insultos, dejás de ser esa persona idealizada que entraste a la casa con “Los Roldán”, con “Por amor a vos”, con “Mujeres de nadie” para ser: “ah, qué horror las cosas que habrá hecho”. Entonces uno tiene que decir que es una enfermedad, que es una adicción, hay que explicarla con todas las letras y como corresponde. Y también hay que sentirse orgulloso cuando te animás. Yo me siento muy orgullosa de mí misma, de haber abierto mi corazón para contar algo que yo sé que ayudó a mucha gente. Mucha gente me escribió a este telefonito en Instagram o en Facebook de manera privada, me pedían adonde ir, que tenían que hacer. Dios me permitió y mi conocimiento y haber buscado ayuda en la Asociación en Alcohólicos Anónimos, haber hecho todo el trabajo que tenía que hacer, haber hecho terapia para encontrar la razón de ese dolor y ese vacío y poderlo transformar en ayuda. Entonces dejó de ser importante si alguien me insulta o si alguien me tira mala onda. La cantidad de cosas que dijo mucha gente y que ahora que nosotras estamos hablando este tema van a volver a decir. Porque hay gente que le tiene miedo a una verdad que tiene que ver con la adicción, porque hay alguien en su hogar que no lo quiere reconocer, o porque los decepcionaste, y porque las redes sociales son una porquería en ese sentido que se utiliza para insultar sin cara. Pero no me cansaré de decir que hay que buscar ayuda, que es una enfermedad dolorosa, que tiene que ver con un vacío muy grande, que cada cual tiene que entender lo que le pasa y por qué, e inmediatamente buscar ayuda. Que sirva que una persona cualquiera, como yo, se anime y diga: se puede salir de eso si quieres ponerte de pie, quieres ser feliz y buscar la felicidad en tu vida.

- Se habla ahora con más naturalidad de las adicciones, de los problemas mentales.

- Se habla con más naturalidad, es cierto, la sociedad abrió su cabeza un poco más. Hay una generación joven que lo ha manifestado de diferentes maneras y eso es muy bueno, pero todavía sigue habiendo mucho tabú.

“YO NO TOCO UNA GOTA DE ALCOHOL DESDE HACE SIETE AÑOS. PARA MÍ ES EL DIABLO”

- ¿Seguís en recuperación? ¿Es una recuperación para siempre?

- Eso es para siempre. Vos tenés que saber que yo no toco una gota de alcohol. Hace siete años yo no toco una gota de alcohol. Y no me interesa, pueden tomar alrededor mío y no me pasa nada. Pero yo tuve que movilizar mucho dentro de mí para que eso sucediera. Al principio no iba a ningún lugar donde hubiese, ningún restaurante. O les pedía a mis amigos: no, por favor. Hoy ya no, porque no me pasa nada, porque sé que para mí es el diablo. Ya no lo pienso.

- ¿Vas a grupos de autoayuda? ¿Tenés que seguir yendo?

- Sí, no voy siempre, ya voy bastante menos, voy a veces dos o tres veces por semana, pero también es una forma de agradecer lo que hicieron por mí. Cuando entra alguien nuevo es una necesidad brindarle al otro tu propia experiencia para que se sienta cómodo y no se sienta agredido, para que sepa que está bueno y que se va a ayudar, que nadie va a juzgar, que sabe ahí todo el mundo de qué está hablando y que hay amor. A veces estoy en gira y voy a algún pueblo en ese lugar.

- ¿Vas a grupos que no conocés?

- Con gente que no conozco. Y es muy hermoso cuidarse entre todos.

- Debe ser aliviador el momento en que uno decide no ocultarlo más y contarlo.

- Fue una liberación. Siguió siendo liberación y después se convirtió en lo bueno que fue haber soltado todo esto y que vaya por ahí esta información. Porque todo eso soy yo, soy una mujer pasional, como todo el mundo con defectos, pero también soy artista, soy creativa, soy cantante, soy actriz, soy mujer, soy madre. Soy un montón de cosas. Y soy humana.

“SI UNA PERSONA NO QUIERE SALIR NO HAY MANERA DE AYUDARLA. ES UNA DECISIÓN PERSONAL Y PROFUNDA”

- Fuiste a buscar ayuda e hiciste un camino de recuperación que sigue para siempre. Hay gente que no puede salir, que queda encerrada en su adicción, muchas veces en su casa.

- Es cuando no lo podés ver. Cualquier tipo de adicción, la comida, la cocaína, las pastillas, los somníferos, todas estas cosas te pueden llevar a un encierro y eso es lo primero que hay que prestar atención. Y lo segundo que hay que saber para cualquier persona que nos esté escuchando, la negación es una necesidad de no ver lo que duele. Si uno con amor a la otra persona despacito la va llevando, puede ayudar. Ahora, si una persona no quiere salir, no hay manera de ayudarla. Tiene que ser una decisión absolutamente personal y profunda.

- ¿Nadie puede influir en eso? Algún amigo, alguna de tus hijas dijo algo que…

- No, mis ojos, ver mis ojos. Buscar en mi mirada y no encontrar a la verdadera Clari. A la Clari genuina, a la Clari divertida, a la Clari mujer con confianza en sí misma. Yo busqué y no la vi. Y ahí dije: basta! No, no, no, no.

“YO NO FALTÉ A MI TRABAJO NUNCA. EL DOLOR SOLO LO VE UNO”

- Todo eso pasa en la intimidad de una persona pública como vos, que no dejó de trabajar en teatro, no dejó de tener programas de televisión exitosos.

- Yo no falté a mi trabajo nunca. Por eso no se sabe lo que es una enfermedad, porque una persona su dolor lo puede manejar de millones de maneras y no lo ves, solo lo ve uno. Entonces yo cuando vi mis ojitos en el espejo y vi algo nublado, como si hubiese una telita en el ojo dije: yo no me estoy viendo. Pero si yo he sido una mujer muy feliz y tengo razones para ser feliz. ¿Qué te asustó tanto, me pregunté? Y allí empecé a buscar.

- Nombraste algo que no es menor, esto de seguir con los grupos siete años después.

- Tenemos un grupo y nos escribimos todos los días. No nos vemos, no somos amigos, pero nos mandamos todos los días un mensaje que tiene que ver con el ‘solo por hoy’.

- El ‘solo por hoy’, siete años después.

- ¡Obvio! ¡Siempre! Es hermoso porque ¿sabés que es el ‘solo por hoy’? Es un trabajo de crecimiento día a día.

- Nuestra generación sufre porque muchos de nuestros hijos se van a vivir fuera del país. No tenemos más remedio que soltarlos y es un dolor enorme. Vos lo viviste desde el otro lado, dejando a tus viejos y hoy una de tus hijas se fue del país.

- Se fue a estudiar, fue a buscarse a sí misma. Ella es artista, no encontraba acá las posibilidades y alternativas de trabajo que a ella le hubiera gustado. Agostina es muy parecida a mí, siempre supe que Agostina se iba a ir, desde que era chiquitita.

-¿Te costó soltarla?

- Me cuesta soltarlas a las dos porque Antonella también se va a ir. El sueño de Antonella, que es científica, es irse a vivir a Bariloche, porque además es guía de montaña y montañista y trepa a 5000 metros de altura. Como yo me fui, sé de qué se trata buscarse. Pablo lo sufre más, ¿sabés?

- Más allá de que uno sepa que está bien, es desgarrador.

- No la tenés todos los días, y pensá que nosotros tenemos redes. Cuando yo me fui yo le mandaba casetes a mi mamá para que escuchara mi voz. A mi madre le costó mucho, le costó incluso perdonarme que me haya ido. Pero me pasó algo que fue muy bonito, mami le pudo dar antes de partir ese amor a Agostina en Miami. La abuela cubrió la vuelta.

- ¿A vos no te costó soltar a tu hija como le costó a tu mamá soltarte a vos?

- Me costó, cómo no. Lloré mucho, lloré mucho. Y lloró mucho cuando le pasa algo difícil, cuando vive una experiencia complicada, cuando sé que está sufriendo. Se te parte el alma porque no podés estar ahí para resolverlo. No podés darle un abrazo.

- Faltan muy pocos días para estrenar la obra de teatro “Es complicado”. Ver cómo están interactuando tantos años después puede ser muy divertido.

 - Es el 8 de mayo. Nos reímos mucho juntos. Me hace reír mucho, Pablo es muy cómico. El 8 de mayo es el estreno en el Teatro Regina, por ahora son cuatro jueves en la Capital y después gira por todo el país.

Fuente

Infobae.com

Infobae.com

Lo + visto

0 Comentarios

Escribe un comentario

7,810 visitas activas