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Del hábito de Rosalía a los retiros espirituales en TikTok: por qué hay un auge de la estética religiosa y el ‘catolicismo cool’ en internet

Del hábito de Rosalía a los retiros espirituales en TikTok: por qué hay un auge de la estética religiosa y el ‘catolicismo cool’ en internet

Mientras la música recupera la imaginería cristiana y movimientos como Hakuna llenan estadios, los ‘influencers’ católicos acumulan miles de seguidores en redes socialesDel hábito de Rosalía a los retiros espirituales en TikTok: por qué hay un auge del ‘catolicismo cool’ en internet. (Montaje Infobae España)

Como si fuese una divinidad —ya lo dijo Ariana Grande:God is a woman— Rosalíase plantó el lunes en pleno centro de Madridavisando con tan solo unos minutos de antelación vía directo en TikTok. Parecía que estaba rodeada de discípulos quecorrían tras ella como si acabaran de ver un milagro. La cantante presentóLux, su cuarto álbum de estudio tras meses dejando pistas de lo que se venía: prendas de color blanco inmaculado, rosarios o referencias a arias místicas. En la portada, luce un hábito de monja, mientras su torso está revestido con una camisa de fuerza. Entre lasnumerosas colaboracionesdel LP destacan dos orfeones, uno, el Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana y otro, la Escolanía de Montserrat. “Para hablar de Dios de según qué manera no hubiéramos accedido, perotras revisar sus letras, nos atrevimos”, adelantó el segundo aEl Periódico de Cataluña.

A estas alturas, absolutamente todo el mundo habrá visto la portada de la artista ganadora de dos premios Grammy. Sin embargo, pese a que sí hay que tener en cuenta que la religión no es unarara avisen su discografía —enMotomami(2022) hizo referencias a Dios en varias de sus canciones, por ejemplo, enCOMO UN G, y en la portada deEl Mal Querer(2018) aparece representada como una virgen— esta vez ha sido criticada porusarla “sin ironía”en tiempos donde hay una creciente ola conservadora y reaccionaria. “En un contexto de auge conservador, estas reapropiaciones pueden tenerefectos ambivalentes”, asegura Joseba García Martín, investigador de la Universidad del País Vasco. “Por un lado, reabren el espacio simbólico de lo católico a nuevas lecturas; por otro,corren el riesgo de reforzar su centralidad cultural, incluso sin pretenderlo”.

Rosalía anunció su primer álbum en tres años. (Instagram/Rosalía)

Más allá de cómo Rosalía interprete la liturgia, en los últimos años se ha visto un auge de la estética y el lenguaje religioso. El pasado mes de septiembre, el grupo de pop católicoHakunadio uno de susconciertos más multitudinarioshasta la fecha. 30.000 fieles se congregaron en Rivas-Vaciamadrid —entre los que se encontraban el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, y su mujer, Teresa Urquijo—. Y está Effetá, ungrupo de retiro católico—aunque pueden acudir hasta ateos— para jóvenes entre 18 y 30 años, que se hizo viral en 2023 porque entre sus exigencias destacan la obligación de mantener el secretismo sobre su estructura y sus actividades, la prohibición de llevar móvil y el requisito de acudir solo una vez en la vida. Y hace dos años, la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa acogió el primer encuentro deinfluencerscatólicos, también conocido como ‘misioneros digitales’.

Los expertos utilizan el términocatolicismo coolpara describir a los movimientos y propuestas de carácter religioso dirigidas a jóvenes, y se define como aquel “moderno, estéticamente atractivo, inmerso en la cultura pop y con una fuerte vocación evangelizadora”, como lo definió la teóloga estadounidense Katherine Dugan enMillennial Missionaries: How a Group of Young Catholics is Trying to Make Catholicism Cool(2019). Pese a que, en 2002, el 60% de la población de 18 a 29 años se identificaba como católica, yen 2024 solo lo hacía el 32%, según un estudio de Funcas, ¿se puede hablar de una proliferación del catolicismo, especialmente en la gente joven?

“Hayun renovado interés por la religióny por la búsqueda de sentidos trascendentes en un contexto marcado por la incertidumbre y precariedad”, confirma Joseba García Martín, también autor de la tesisDe qué hablamos cuando hablamos de Hakuna: claves para entender el catolicismo cool en Españajunto con la también docente Ignacia Perugorría. Con esto coincide el profesor de Estética y Sociología de la Cultura en la Universidad de Alcalá, Sergio Antoranz López, que asegura que si estamos viviendo un auge de la apología de la vida espiritual y de la religión ha sido como “contrapeso de otros fenómenos, que han puesto de relieve nuestra vulnerabilidad”, como la pandemia, la aparición de la inteligencia artificial o la precariedad laboral. Hilario Martínez Blanco, investigador en la Universidad Complutense de Madrid, apunta que “la religión no ha desaparecido, sino quese ha transformado y se ha adaptadoa lo que hay hoy en día”. Que son, en efecto, las redes sociales.

Si se habla de estética o de lenguaje religioso en lo musical, la vista viene desde muy atrás. Los expertos consultados mencionan a Madonna conLike a Prayer (1989),Shakira con la portada deOral Fixation Vol 2. (2006) caracterizada como Eva, o Lady Gaga conJudas(2011). En el plano nacional se recuerdan, más recientemente, Zahara caracterizada como una virgen enPuta(2021), Rigoberta Bandini en sus dos álbumes,La Emperatriz(2022) yJesucrista Superstar (2025), o probablemente, uno de los casos más sonados, el joven Íñigo Quintero, que en 2023 arrasó de tal forma que se convirtió en el primer español en conseguir unnúmero uno global en SpotifyconSi No Estás,esta sí dedicada a Dios, aunque él afirma que “no hace música cristiana”, como declaró aEl Paísen una entrevista el año pasado.

El profesor Jorge Corta, que imparte la misma asignatura que Antoranz López en la mencionada universidad, explica que mientras “Hakuna presenta una propuesta musical que prácticamente es propaganda religiosa, en casos como Zahara o Rosalía se trata más bien de unaestetización de una cierta simbología católicapuesta al servicio de un proyecto artístico”, aunque para él “toda producción cultural es ideológica”.

Pero no solo es la música: el anuncio deLuxel lunes 20 de octubre ha llegado cuatro días antes de que se estrene en cinesLos domingos, la película de Alauda Ruiz de Azúa en la que una joven de 17 años decide entrar en unconvento de clausura.En términos del llamadocatolicismo pop audiovisualuno de los referentes máximos en nuestro país es el de Los Javis, primero conLa llamada(2017), ysegundo conLa mesías(2023), donde se retrata elfanatismo religiosoa través del grupo musicalStella Maris, —liderado por la cantante Amaia—, una formación religiosa que recuerda aFlos Mariae, el grupo de pop cristianointegrado por siete hermanasde una familia ultrarreligiosa que se hizo viral en 2014. En su caso, llegaron hasta el Primavera Sound la edición pasada.

'Los domingos', de Alauda Ruiz de Azúa. (Bteam)

“Mucha gente joven está tan fuera de la religión que, paradójicamente, lejos de alejarles,les resulta interesante porque les suena nuevo”, explica eldoctor en Ciencias de las Religiones y profesor de Sociología,Rafael Ruiz Andrés. “Sonrecursos llamativosque generan conversaciones que trascienden a la mera música y que se explotan con facilidad”, añade Martínez Blanco, siendo este un imaginario muy común de Occidente. El objetivo, apunta García, es que lo católico pierda su imagen “vieja” o “rígida”, y adquiera un “aire de novedad”.

Los datos están ahí: cada vez hay menos creyentes, especialmente entre los jóvenes. Aun así, la religión ha encontrado un hueco en internet. “Han logrado que lo religiosoencaje con una estética contemporánea, lo que les convierte en grupos accesibles e incluso deseables”, puntualiza Martínez. Los ejemplos son claros y diversos: del mexicano Padre Heriberto (@heribertogarciaar), conocido en la aplicación china como “el cura guapo de TikTok” y que roza los dos millones de seguidores, a Sor Marta González (@sormarta.osb), monja carmelita de clausura del monasterio de Santa Cruz, en Sahagún, León, donde cuenta sus quehaceres diarios. También destaca el contenidoinstagrammeable: desde venta de las pulseras llamadas Glory Bible, que tienen un chip NFC que, al acercarlo al móvil, ofrece un versículo de la Biblia, a los retiros espirituales de Effetá. Sin embargo, como recuerda García, “la visibilidad de lo religioso en el entorno digital no necesariamente implica un aumento de la práctica, pero sí unamayor presencia simbólica”.

En el caso de Hakuna, el grupo de pop que nació a raíz del Opus Dei, llena arenas y tiene más de medio millón de oyentes mensuales solo en Spotify. La marca ha trascendido lo musical con su propia línea de ropastreetwear, cuentas de memes y una web en la que comercializa experiencias habituales dentro del ámbito católico, rebautizadas con nombres comoGod Stops(retiros),Soul College(escuela del alma) oMásteres Prematrimoniales(cursillos prematrimoniales en versión extendida). “Hakuna está donde están los jóvenes: en TikTok, en Spotify, en los festivales”, explica Ruiz Andrés. “Hasta hace unos años decir que eras católico para mucha gente seguía asociado a estereotipos”, pero los jóvenes de ahora “no tienen ese miedoa expresar que son religiosos”.

La ultraderecha, el nuevo ‘punk’

A raíz del nuevo álbum de Rosalía, se ha abierto el debate de si reivindicar la iconografía religiosaes lo más correctoen tiempos de Vox. “Dentro de la religión hay personas que no son de extrema derecha, y es bueno distinguir que son fenómenos distintos, pero quetienen puntos de convergencia”, reflexiona Ruiz Andrés. “Tenemos que pensar que la juventud es ruptura, es rebeldía. Esa idea la está explotando muy bien la extrema derecha. A los jóvenes les presentan elestablishmenty la élite como lo ligado al progresismo, al feminismo. Y eso, en cierto modo, está generando en muchos jóvenes unaidentificación de lo contracultural con la extrema derecha”.

Hakuna en concierto. (hakunagroupmusic)

Aunque su presencia sea cada vez más notoria, nadie se atreve a asegurar que esto se traduzca en uncrecimiento real de la religiosidad, como ha apuntado previamente García. Para Hilario Martínez Blanco, la clave está en que “lo religioso se convierte en salvavidas en el lenguaje, en el símbolo y, esencialmente, en la estética”. Rafael Ruiz Andrés por su parte, señala que la sociedad sea cada vez más secularizada “notiene por qué conducir necesariamente a una mayor secularización”. El impacto a largo plazo está todavía por ver.

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    Infobae.com

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