El Alzheimer comienza mucho antes que sus síntomas. Y hemos descubierto uno de sus primeros mecanismos
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El Alzheimer comienza mucho antes que sus síntomas. Y hemos descubierto uno de sus primeros mecanismos

Generalmente asociamos la enfermedad de Alzheimer con la pérdida de memoria ya que este es probablemente su síntoma más visible. Sin embargo es mucho aún lo que desconocemos sobre los procesos biológicos que desatan estos síntomas. Pieza a pieza, vamos solucionando este inmenso puzle.
Nuevo mecanismo. Un equipo en el que se participan investigadores del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CBM-CSIC-UAM) ha descubierto un mecanismo vinculado con el desarrollo temprano de la enfermedad de Alzheimer. El componente clave de este mecanismo está en una proteína denominada SFRP1.
Los astrocitos y la SFRP1. Según describe el equipo responsable del hallazgo, en el origen del mecanismo están unas células cerebrales denominadas astrocitos. Los astrocitos son células gliales (un tipo de célula nerviosa) que durante un tiempo creíamos ejercían de “ayudantes” de las neuronas pero cuya relevancia estamos viendo crecer.
En un modelo basado en ratones, el nuevo estudio ha mostrado que estas células podrían desempeñar un importante papel en la aparición del Alzheimer a través de una producción “excesiva” de la proteína SFRP1. Esta proteína es uno de los compuestos que intervienen en la regulación de la comunicación entre distintas células durante el desarrollo, pero en etapas posteriores de la vida su exceso puede implicar riesgos.
Un “atasco” en el cerebro. Tal y como continúa señalando el equipo, la acumulación de la proteína SFRP1 en el cerebro adulto se asocia a procesos inflamatorios crónicos asociados al envejecimiento, y también a la propia enfermedad de Alzhéimer. El problema surge cuando este exceso bloquea la actividad de la enzima ADAM10, la cual desempeña un papel clave a la hora de mantener el correcto funcionamiento de las conexiones neuronales.
“Este bloqueo genera un desequilibrio que deteriora la plasticidad sináptica, un mecanismo celular esencial para formar y consolidar recuerdos que permite a las neuronas regular su conectividad en respuesta a diferentes estímulos”, explican en una nota de prensa.
Potenciación sináptica a largo plazo. La acumulación de la proteína SFRP1 estaría así interfiriendo con un proceso denominado LTP o potenciación sináptica a largo plazo. Este es un proceso “fundamental” para el aprendizaje y la memoria, destaca el equipo. Un proceso vital en la plasticidad cerebral, es decir, que permite que las conexiones neuronales que más frecuentemente utilicemos se vean reforzadas, algo indispensable a la hora de consolidar nuevos recuerdos.
Los detalles del estudio han sido publicados en un artículo en la revista Cell Reports.
Un posible detonante. La lucha contra el Alzheimer es una lucha contra el reloj. La aparición de sus efectos más fácilmente perceptibles viene asociada a lesiones ya irreversibles en el cerebro por lo que a menudo la única vía de acción restante es la de retrasar el avance de la enfermedad.
Las técnicas enfocadas en detectar los signos internos de la enfermedad, principalmente la acumulación de placas amiloides en el cerebro puede permitirnos adelantarnos a la aparición de los síntomas externos de la enfermedad. Ahora, el nuevo estudio abre una vía para adentrarnos en etapas aún previas de la enfermedad.
“El aumento de SFRP1 en etapas tempranas parece actuar como un motor activo de la patología, no como un simple acompañante de otros procesos degenerativos”, explica en la nota de prensa Guadalupe Pereyra, coautora del estudio.
Más allá de los roedores. Como cualquier estudio en ratones, extrapolar sus conclusiones puede resultar complicado, por lo que harán falta estudios que validen lo aprendido y el grado en el que es aplicable al desarrollo de la enfermedad en humanos.
Convertir lo aprendido en nuevas vías terapéuticas tampoco será sencillo, pero este tipo de avances pueden ayudarnos de distintas formas. Primero, porque comprender la enfermedad y sus mecanismos es imprescindible de cara a encontrar una futura cura; y segundo, puesto que en la lucha contra sus síntomas, la detección temprana es una importantísima ventaja.
Imagen | CSIC
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Pablo Martínez-Juarez
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