📦IMascotas.CL | 🌟IOfertas.CL | ❤️Tips.CL | ⚠️Valdebenito.CL | 🌍IMotores.CL |

El deporte de los reyes, de capa caída

El deporte de los reyes, de capa caída

A la hípica se le conoce como deporte de reyes, porque desde hace tres siglos que la crianza de caballos pura sangre para carreras es una pasión de la realeza inglesa.

En Chile no existe realeza ni aristocracia. Pero la hípica, por los recursos que requiere, está asociada a importantes grupos económicos apasionados por la actividad que no sólo crían o son dueños de caballos que lanzan a las pistas, sino también se han involucrado en la propiedad de los recintos que albergan las competencias.

Presidente del Club Hípico de Santiago.

En el Club Hípico, por ejemplo, los Heller Solari son los principales accionistas (20,79%), seguidos por su prima, Cecilia Karlezi Solari (11,93%), ambos integrantes del pacto controlador de Falabella.

Es mayor accionista del Hipódromo Chile.

El accionariado del Hipódromo Chile lo encabeza individualmente Javier Said Handal, con 21,62%, aunque el bloque que integra la propia Karlezi Solari junto a su tía Teresa Solari Falabella suman un 23,93%. Ellos son seguidos por otro primo del clan Falabella, Juan Cuneo Solari (11,06%), y por Gustavo Pavez del exgrupo Security (10%).

Y en el Valparaíso Sporting Club, es Gonzalo Bofill Velarde, controlador de Empresas Carozzi, el socio mayoritario con el 36,42% de las acciones.

Es socio mayoritario del Valparaíso Sporting Club.

El enemigo online

Pero las empresas que administran estos recintos no viven de las carreras que organizan, sino que el negocio está en las apuestas que se realizan sobre ellas.

Y es en este ámbito donde las cosas no han ido bien en los últimos cinco años. Porque, claro, la pandemia de Covid-19 obligó a cerrar por largo tiempo los hipódromos. Luego, pudieron operar con restricciones. Y con el tiempo, reabrieron en su totalidad, incorporando incluso eventos masivos en sus instalaciones. Pero, así y todo, el repunte ha sido lento. Por razones que van más allá del control de la industria: por un lado, un contexto macroeconómico marcado por una inflación aún no controlada, un crecimiento débil y un desempleo que se ha mantenido elevado, y por otro, porque las apuestas se han ido a otro lado.

“Hemos tenido sucesivos cambios sociales, legislativos, macroeconómicos y en la conducta de nuestros consumidores que hoy nos sumergen en una profunda crisis”, advirtió Carlos Heller, presidente de Club Hípico, en su carta de la memoria 2024.

El presidente del Hipódromo Chile, Fernando Coloma, apostilla en su misiva respectiva: “Aunque la situación económica del país juega un rol importante en los bajos niveles de juego del 2024, creemos que la masiva irrupción de casas de apuestas ilegales es corresponsable de esta situación”

Apuntan así directamente a la competencia que ha significado para la hípica la asonada de negocios de apuestas, principalmente a través de plataformas en línea, a las cuales incluso han acusado ante tribunales, en causas que aún la fiscalía investiga.

Sólo se puede apostar a los caballos en los mismos complejos hípicos, o en las oficinas de Teletrak o su página web.

La Ley N°4566 de Hipódromos señala taxativamente que sólo están permitidas las apuestas hípicas “que se verifiquen dentro de los recintos de los hipódromos o en sus oficinas y dependencias”. Por ello, que sólo se puede apostar a los caballos en los mismos complejos hípicos, o en las oficinas de Teletrak o su página web, que son las dependencias oficiales de este negocio. Teletrak es propiedad en partes iguales de Club Hípico e Hipódromo Chile, que lo gestionan desde la Región Metropolitana al sur, pues desde la Región de Valparaíso al norte lo hace el Valparaíso Sporting Club.

El problema es que, con la aparición de la oferta online, pareciera producirse un desvío del público que apuesta desde la hípica hacia estas plataformas que incluso pueden no ofrecer carreras, pero sí competencias deportivas o casinos.

“Vemos un cambio en las tendencias de consumo de un porcentaje indeterminado de nuestros clientes, los cuales han matizado la disponibilidad de su presupuesto mensual destinado al ocio, entre la hípica y el juego en plataformas online. Esto, sumado a la falta de regulación, nula carga impositiva, falta de reconocimiento gremial y facilidad de uso, hacen de las casas de apuestas un competidor del que sabemos muy poco, pero que capta la atención y recursos de nuestros clientes, sin retornar nada a nuestra actividad ni al erario fiscal”, reclamó Heller.

Sólo uno ganó plata

Las sociedades Hipódromo Chile, Club Hípico de Santiago, Valparaíso Sporting Club y Club Hípico de Concepción conforman el mercado hípico nacional, cuyo principal negocio es la administración de las apuestas, que representa cerca del 90% de sus ingresos. A ellos se suman negocios complementarios como el arriendo de pesebreras o realización de eventos.

Presidente del Club Hípico de Santiago.

Bajo ese contexto, cuando Heller habla de crisis apunta a toda la industria, especialmente a los más grandes. El año pasado, sólo se salvó apenas el Valparaíso Sporting Club, pues fue el único que mostró ganancias. Porque el Club Hípico y el Hipódromo sólo pudieron recortar las pérdidas del año anterior.

Y estos dos son los más grandes por lejos en participación de mercado. En 2024 el recinto de avenida Independencia en Santiago se llevó el 44,39% del negocio, el de Blanco Encalada el 33,69%, y el de Viña del Mar, el 14,99%. El restante 5,7% fue para el Club Hípico de Concepción.

Sin embargo, dado que las carreras que se exhiben en Teletrak y las apuestas asociadas están coordinadas para no interrumpirse, los ingresos de cada sociedad son interdependientes de los otros recintos.

Por ejemplo, el Sporting, cuyo presidente es Carlos Rossi, logró utilidades por $370,5 millones en 2024, menos de la mitad de los $758 millones del año anterior, tras una caída en ingresos de un 6% a $8.854,7 millones. Y al desglosarlo se observa que un 67,15% de los ingresos proviene del mismo Sporting, 17,17% del Hipódromo Chile, 10,65% del Club Hípico, 2,95% del de Concepción y un 2,08% de hipódromos extranjeros, mediante el sistema “simulcasting”, que es la presentación en directo de carreras hípicas en el exterior por las cuales también se apuesta.

La mayor compañía del rubro, Hipódromo Chile, registró una pérdida de $1.240 millones, levemente inferior a los $1.373 millones de saldo negativo del año anterior, con ingresos que disminuyeron un 6,8% a $13.075 millones. Dado su peso en la industria, en esta sociedad es donde más claro queda el efecto apuestas: la venta total de apuestas recibidas ascendió a 2.222.510 UF ($83.404 millones), con un juego promedio por reunión de 25.843 UF ($969 millones), lo que muestra un decrecimiento real del 8,62% respecto al año 2023. Como comparación, en 2016, su máximo de la década, llegó a 3,25 millones de UF.

Una jornada de El Ensayo en el Club Hípico de Santiago de Chile.

Pero como es obvio, no todas las apuestas entran como ingreso a las empresas. Del total de ellas, como mínimo legal el 10,5% debe ir a premiar a los participantes de las carreras: equipo, preparador y jinete. En torno al 70% va a pagar los aciertos de los apostadores y el 3% se va como impuesto único al juego. El monto restante son los gastos de administración y ventas.

En el caso del Club Hípico, perdió $526 millones, un saldo adverso 77% menor al del año anterior que llegó a $2.260 millones. Los ingresos bajaron un 1,9% a $13.039 millones. Ante la caída del 3,7% en su negocio de apuestas, lo que sirvió para compensar fueron los eventos, que subieron un 22%.

Fuente

LaTercera.com

LaTercera.com

Lo + visto

0 Comentarios

Escribe un comentario

9,782 visitas activas