Nueva pastilla imita el bypass gástrico y podría convertirse en la nueva droga para bajar de peso
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Nueva pastilla imita el bypass gástrico y podría convertirse en la nueva droga para bajar de peso

Una nueva pastilla que se toma una vez al día podría revolucionar el tratamiento de la obesidad. Se trata de SYNT-101, un tratamiento oral experimental que imita el mecanismo metabólico del bypass gástrico, la cirugía más eficaz para bajar de peso, pero sin necesidad de intervención quirúrgica.
En su primer estudio en humanos, presentado esta semana en el Congreso Europeo de Obesidad (ECO 2025) en Málaga, España, los resultados preliminares sorprendieron a la comunidad científica: sin efectos secundarios graves, con modulación de hormonas del apetito y una tolerancia gastrointestinal excelente.
“Estos datos validan el potencial de SYNT-101 para inducir cambios metabólicos que apoyan el control de la glucemia, la pérdida de peso y el equilibrio energético”, explicó Rahul Dhanda, director ejecutivo de Syntis Bio.
Una nuevo tratamiento imita la cirugía de pérdida de peso de bypass gástrico
La píldora, desarrollada por la compañía biofarmacéutica Syntis Bio, con sede en Boston, forma una capa temporal en el duodeno (la primera porción del intestino delgado) que redirige la absorción de nutrientes hacia tramos más bajos del intestino. Ese “desplazamiento” reproduce el principio fisiológico del bypass gástrico, que modifica la forma en que el cuerpo absorbe los alimentos y regula el apetito.
A diferencia de otros medicamentos para bajar de peso, como los agonistas del receptor GLP-1 (entre ellos Ozempic y Wegovy), SYNT-101 no requiere inyecciones, no causa pérdida de masa muscular y no presenta efectos secundarios gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea. Además, su mecanismo no actúa sobre el sistema nervioso central, sino que reproduce un efecto físico en el tracto digestivo, algo inédito entre los tratamientos actuales.
“Creemos que SYNT-101 ofrecerá una alternativa oral conveniente y más sostenible, o un complemento a terapias sistémicas como los fármacos GLP-1”, destacó el comunicado. Según los investigadores, millones de personas que viven con obesidad “necesitan opciones de tratamiento innovadoras que sean seguras y eficaces, y que eviten los altos costos y los graves efectos secundarios que suelen acompañar a las opciones actuales”.

El interés por esta tecnología no es menor. La obesidad afecta a más de mil millones de personas en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, y está relacionada con enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.
El primer ensayo clínico en humanos incluyó a nueve personas sanas (siete mujeres y dos hombres) entre los 24 y 53 años, con índice de masa corporal (IMC) entre 19 y 29. Cada participante recibió una dosis única de SYNT-101 en forma líquida, en distintas concentraciones. Dos participantes recibieron el 25 % de la dosis objetivo, tres el 50 % y cuatro la dosis objetivo completa.
Las evaluaciones clínicas —que incluyeron imágenes endoscópicas, análisis de sangre, pruebas de tolerancia a la glucosa y seguimiento de eventos adversos— confirmaron que el revestimiento intestinal se formó correctamente, funcionó durante 24 horas y fue eliminado de forma segura, sin alteraciones en los marcadores hepáticos ni en la función digestiva. Ninguno de los participantes reportó dolor, y la calificación promedio de molestias fue 0 en la Escala de Síntomas Gastrointestinales.
Pero lo más notable fue lo que ocurrió a nivel metabólico: se registró una absorción de glucosa significativamente más lenta, de hasta un 35% menos a los 30 minutos, y un 21% a los 60 minutos, lo que sugiere que el cuerpo procesó los nutrientes más abajo en el intestino, como se esperaba. Además, los análisis de sangre mostraron un aumento de la leptina (la hormona que reduce el apetito) y una baja de grelina (la hormona que lo estimula), coherente con los resultados obtenidos en modelos preclínicos.
Aunque este estudio no estaba diseñado específicamente para medir pérdida de peso, los datos son alentadores. En roedores, SYNT-101 produjo una reducción del 1% del peso corporal por semana durante seis semanas, sin pérdida de masa muscular magra. Esta última es una preocupación frecuente con los fármacos GLP-1, que suelen generar pérdida de músculo junto con la grasa.
“La era dorada” del tratamiento del sobrepeso
Durante el mismo congreso, el Dr. Louis Aronne, experto en obesidad de Weill Cornell Medicine (Nueva York), afirmó que estamos entrando en una “era dorada” para el tratamiento del sobrepeso, impulsada por medicamentos de nueva generación que podrían transformar la salud pública mundial.
“Creo que el uso de medicamentos como este evitará la necesidad de muchos otros medicamentos, procedimientos y cirugías. Apenas estamos empezando a ver de qué manera pueden ayudar”, expresó Aronne.
Además, sostuvo que en los próximos diez años podríamos ver decenas de versiones diferentes de tratamientos, incluidas píldoras, que serían “más baratas de fabricar y distribuir”. Instó a los gobiernos y sistemas de salud como el NHS del Reino Unido a implementarlos a gran escala, no solo por su impacto clínico, sino también por su potencial para reducir los costos sanitarios a largo plazo.
Syntis Bio planea presentar una solicitud de Nuevo Medicamento en Investigación (IND) ante la FDA en el segundo semestre de 2025. Esto le permitirá avanzar hacia un ensayo clínico de Fase 1 más amplio y estructurado.
“Estamos ansiosos por replicar estos datos y explorar más a fondo la capacidad de SYNT-101 para producir una pérdida de peso sostenible, segura y efectiva al reducir la grasa, preservar la masa muscular magra y estimular la producción natural de hormonas de saciedad para prevenir la recuperación del peso”, subrayó Dhanda.
Si los próximos ensayos confirman su eficacia, esta pastilla podría convertirse en la primera alternativa oral que reproduce los beneficios del bypass gástrico sin cirugía, sin agujas y con un perfil de seguridad muy superior al de los tratamientos actuales.
Frente a una condición tan compleja como la obesidad, que tiene causas genéticas, ambientales y sociales, este tipo de avances ofrece una nueva esperanza para quienes han probado todo sin éxito.
Por ahora, los resultados son preliminares. Pero si se confirman en los próximos estudios, podríamos estar frente a uno de los desarrollos más relevantes en décadas en el tratamiento del exceso de peso. Y quizás, como anticipan los expertos, el comienzo de una medicina más efectiva, más accesible y más humana.
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