“Pepe” Mujica, el expresidente uruguayo que hizo de la austeridad un legado
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“Pepe” Mujica, el expresidente uruguayo que hizo de la austeridad un legado

José “Pepe” Mujica, el exguerrillero que gobernó Uruguay con un discurso anticonsumista que lo transformó en referente de la izquierda latinoamericana, murió este martes a los 89 años. Así lo informó el actual mandatario de ese país, Yamandú Orsi: “Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido”, escribió en su cuenta de la red social X.
Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo.
— Yamandú Orsi (@OrsiYamandu) May 13, 2025
Exguerrillero, referente de la izquierda y símbolo de la política austera en América Latina, Mujica fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015. El “presidente más pobre del mundo”, apodo que ganó por su austeridad, reveló en enero que el cáncer de esófago que le fue diagnosticado en mayo de 2024 se extendió y que su cuerpo no soportaba más tratamientos. En sus últimas semanas, presentó metástasis en su cuerpo.
Más temprano este martes, la situación ya era “terminal”, aseguró la esposa y compañera de Pepe, Lucía Topolansky, citada por la radio local Sarandí, al explicar que estaban haciendo lo necesario para que Mujica viviera el último pasaje de su vida “lo mejor posible”.
El domingo pasado, el expresidente se ausentó de las elecciones regionales en las que la izquierda retuvo el poder en Montevideo. Llamó la atención, puesto que el líder de la izquierda latinoamericana jamás se había perdido una votación desde el regreso a la democracia, en 1985. Pero su esposa explicó que el traslado en vehículo era mucho para él y su doctora le recomendó que no fuera.

El mismo día, el mandatario Orsi, “delfín” de Mujica, había pedido que respetaran la intimidad del exguerrillero. Con todo ello, “sabíamos que podía ser en cualquier momento”, afirmó Agustín Canzani, consultor, sociólogo y académico en la Universidad de la República (Udelar) a La Tercera, minutos después de anunciarse el fallecimiento del exmandatario.
El legado de Mujica
Mujica comenzó su militancia en el Partido Nacional, pero con los años abrazó ideas de izquierda, influido por el marxismo y el anarquismo. En los 60 se unió a los Tupamaros, una guerrilla urbana que luchaba contra la desigualdad y era la más activa del país. Participó en acciones armadas, como robos para financiar al movimiento, y fue detenido varias veces, sufriendo torturas, en especial bajo la dictadura que se instauró en 1973.
Ya en libertad, Mujica se fue a vivir con su compañera Lucía, también ex presa política, y juntos empezaron una vida humilde cultivando flores, cuenta un obituario del diario Folha de Sao Paulo. Ayudó a fundar el Movimiento de Participación Popular (MPP) dentro del Frente Amplio y comenzó su carrera institucional: fue diputado, luego senador, y en 2010 llegó a la presidencia.
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— Yamandú Orsi (@OrsiYamandu) May 13, 2025
Para Canzani, quien conoció personalmente a Mujica a fines de los 90, el mayor legado que éste dejó a Uruguay fue “el aporte a un proyecto nacional de izquierda y progresista que se enriqueció mucho con sus puntos de vista y su forma de ser. Y que además permitió que ese proyecto político fuera conocido fuera de fronteras como quizás ninguno", en referencia al Frente Amplio.
Consultado sobre cuáles políticas del expresidente uruguayo marcaron un antes y un después en la historia del país, declaró a este medio que Mujica “fue un continuador y también un innovador”.
“Él mantuvo una política económica progresista dentro de cánones relativamente tradicionales, pero con mucha preocupación por la gente más desfavorecida, con mucha preocupación también por sectores a los cuales la izquierda no les había prestado atención, en otro momento, como por ejemplo la gente que vive en el medio rural. Y con mucha apertura a la nueva agenda de derechos que se consolidó durante su mandato”, señaló Canzani.

Para David Altman, académico uruguayo y profesor del Instituto de Ciencia Política de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el exmandatario “idolatraba la vida en sí misma, y el disfrutar la vida, y descansar, y estar con los amigos. Y eso es lo que nos ha llegado a todos los uruguayos”, comentó a La Tercera.
“El presidente más pobre del mundo”
Caracterizado por su austeridad, cuando era presidente se negó a vivir en la hermosa residencia oficial, la mansión Suárez y Reyes. Prefirió quedarse en su finca, en Rincón del Cerro, un barrio ubicado al oeste de Montevideo, donde disfrutó de cuidar la tierra, manejando un tractor hasta el final de su vida. Siempre que necesitaba ir a la capital, utilizaba su infalible Volkswagen Escarabajo, en el que Lula se dio un paseo durante su visita en 2023.
También donó dos tercios de su salario a un proyecto de vivienda pública. Durante su presidencia, su postura respecto a la seguridad presidencial a menudo se convertía en una humorada. Les hizo pasar un mal rato a sus guardias de seguridad ignorando los protocolos. Era común verlo salir a pasear sin acompañante para comer asado o tomar helado con su esposa Lucía, de 80 años, en restaurantes baratos.

Mujica tenía “una dimensión de consistencia, de vivir en su chacra, de tener a Manuela, la perra con tres patas, que era la mascota de la República en última instancia. A lo que voy es que el viejo tenía esa cosa de consistencia y se le escapaba a la guardia presidencial, se iba a tomar un café solo. Los enloquecía porque el viejo se les escapaba, no quería estar con custodia ni nada por el estilo”, recuerda Altman sobre el exmandatario.
“Pero era el Presidente de la República, y se les iba por Plaza Independencia, se iba a tomar un café en Ciudad Vieja, hacía lo que quería el viejo. Y bueno, tenía esa forma media juguetona de entender la vida y de disfrutarla y pasarle el mensaje a los jóvenes de ‘miren que nos vamos sin nada, disfruten y vivan la vida’, eso es algo que lo decía con una sabiduría emocionante”, rememora.
No solo eso, sino que cuando cuando él era presidente, “llegó la televisión nacional coreana a Montevideo y fueron a entrevistarlo a la casa. Y los tipos no podían creer el refrigerador que tenía en la casa, la cama, cómo estaba todo medio amontonado, era una casa muy pequeña. Los coreanos no podían creer eso, que cómo un Presidente de la República podía vivir ahí. Y él les mostraba, salía a andar con el tractor en su casita en las afueras de Montevideo, en una zona muy pobre donde tenía su casa y plantaba flores”.
“Extremadamente afable y cercano”
Altman, quien tuvo la oportunidad de entrevistarlo un par de veces, cuenta a este medio que Mujica “era una persona extremadamente afable, extremadamente campechano, extremadamente cercano, era extremadamente fácil hablar con él. Y sí, tenía su postura, tenía sus posiciones. A veces discutibles, podríamos decir. Pero era serio y consistente”.

Para Canzani, “la cercanía de Mujica con una parte muy importante de la población es un sello muy particular en un político, que pocas veces se da en la historia uruguaya y que deja una marca muy potente. Que genera una conexión afectiva entre la gente y su liderazgo que probablemente va a ser muy difícil de replicar en el futuro”, dice. Asimismo, el académico de la Udelar recuerda una anécdota vivida con el exmandatario.
“Hace unos años estuve con él en la chacra y nos comentó con otras personas que cuando llegó a visitarlo el Rey de España, venía en un Mercedes Benz muy, muy, muy grande. Y que apenas se bajó del auto, él le dijo, ‘Majestad, me gusta saber que los dos tenemos los mismos gustos’. Y el Rey de España, sorprendido, le preguntó por qué. Y él le dijo, ‘porque a los dos nos gustan los autos alemanes’, refiriéndose a su viejo Volkswagen. Bueno, creo que eso pinta mejor que nada a Pepe, su humor y su forma de ver la vida”, rememora Canzani.
A su juicio, al exmandatario le gustaría ser recordado “como una persona cercana a la gente. Más que como presidente, o más que como líder político, como eso. Como alguien a quien la gente sentía cercana. Ese me parece que es el elemento que seguramente haría más orgulloso a Pepe”.
Influencia en la política uruguaya de hoy
“¿Qué pasará el día en que los indios tengan la misma proporción de autos por familia que los alemanes?”, “¿qué pasó con el presidente uruguayo José ‘Pepe’ Mujica?”, preguntó el exmandatario en un discurso en Río+20, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, en junio de 2012. Ese habría sido el discurso que lo catapultó a ser una figura política de alcance global, según Folha de Sao Paulo.

Eran pocos los líderes internacionales en ese entonces que se atrevían a hablar sobre una agenda verde. Así que, sorprendió al llamar a la humanidad a no dejarse seducir por el consumismo, que contamina el medio ambiente y crea una necesidad extra en la gente de tener “el auto más nuevo, el celular más nuevo, la radio más nueva”.
Para Canzani, Pepe “era un gran publicista”. “Era capaz de encontrar las expresiones que hacían que cualquier entrevista con él generara titulares en los diarios, en las radios, en las redes. Y en ese sentido eso se combinaba también con una enorme sinceridad. Era un tipo capaz de decir las cosas que pensaba aun cuando esas cosas podían resultar polémicas incluso entre gente cercana a él”.
“Pepe seguía influyendo en la política uruguaya porque cada vez que hablaba era muy difícil que lo que él decía no tuviera consecuencias en términos de la conversación pública y en definitiva en términos del debate público. Él era consciente de eso y hacía de eso una parte muy importante de su forma de hacer política”, valora sobre el expresidente.

Hoy, los expertos coinciden en que el Frente Amplio no la tendrá fácil sin su figura.
“Una gran característica que tenía Mujica era su conexión con los sectores populares, y en particular con los del interior del país. Eso siempre le costó a la izquierda. La izquierda típicamente tiene una base social urbana y de clase media, muy centrada en las ciudades más grandes y modernas del Uruguay”, explica Fabricio Carneiro, doctor en Ciencia Política y académico en la Udelar.
“Mujica logró transformar un poco esa base social de la izquierda y acercarla hacia sectores de bajos ingresos del interior del país. Con la muerte de Mujica, el desafío que tiene el Frente Amplio es no perder esa base social: o sea, no convertirse en un partido de clase media urbana. El Frente Amplio hoy por hoy no tiene una figura de ese talante. Así que su desafío es cómo lograr seguir llegando a esos sectores ahora que Mujica no está más”, sostiene.
Su figura, “al menos en un plazo relativamente largo e importante, va a ser irreemplazable. Y seguramente será muy, muy, muy difícil de imitar”, vaticina Canzani.
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