Gabriela Cwierz recuerda el frío que recorrió su cuerpo la noche del 30 de diciembre de 2004, mientras se encontraba en Mar del Tuyú con parte de su familia. En el barrio porteño de Balvanera, en ese mismo momento, se desataba una de las tragedias más angustiantes de la historia argentina, en la que murieron Sebastián y Macarena. "Hay que aprender a sobrellevar el dolor porque no se va nunca", dice
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