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Un nuevo informe de UNICEF advierte que la violencia sexual contra niños, niñas y adolescentes en la República Democrática del Congo (RDC) es “generalizada” y “estructural”, y que los casos han aumentado de manera “alarmante” desde 2022. Entre enero y septiembre de este año se registraron más de 35.000 denuncias, aunque la cifra real sería mucho mayor debido al subregistro provocado por el miedo, el estigma, la inseguridad y la falta de acceso a servicios especializados.

El documento señala que existen casos documentados en comunidades de todas las provincias del país, con especial impacto en zonas afectadas por la violencia armada como Kivu del Norte, Kivu del Sur e Ituri. En estos territorios, el desplazamiento constante de la población y la precariedad del sistema de atención agravan la vulnerabilidad de niñas, niños y adolescentes.

El organismo describe situaciones extremas, incluyendo testimonios de trabajadores sociales que relatan a madres caminando durante horas para llevar a sus hijas a clínicas tras agresiones sexuales, y familias que evitan denunciar los abusos por temor a represalias y estigmatización.

UNICEF alerta además de un aumento preocupante de casos en áreas urbanas y otras regiones como Kinshasa y Kasai, donde factores como la pobreza, la inseguridad alimentaria y la deserción escolar elevan la exposición de las niñas a explotación sexual y matrimonios tempranos. Solo en 2024 se habrían registrado cerca de 45.000 casos de violencia sexual contra menores, casi el 40 por ciento del total de denuncias del país, triplicando las cifras de 2022.

Las adolescentes son el grupo más afectado, mientras que los niños y niñas con discapacidad enfrentan mayor riesgo debido a barreras físicas, sociales y comunicacionales que también limitan su acceso a atención y justicia. El fenómeno se inscribe, además, en una tendencia regional de incremento de estos delitos, que habría alcanzado un 30 por ciento en 2024, con perspectivas igualmente preocupantes para 2025.

Las consecuencias para las víctimas incluyen graves secuelas emocionales, lesiones físicas, embarazos no deseados y mayor riesgo de contraer VIH y otras infecciones de transmisión sexual. Aunque UNICEF ha logrado brindar apoyo clínico, psicosocial y espacios seguros a más de 24.200 menores en las zonas más afectadas durante 2024, la organización advierte que la inseguridad y los recortes de financiamiento han obligado a reducir intervenciones. En la primera mitad de 2025 solo se financió el 23 por ciento de las acciones contra la violencia de género, frente al 48 por ciento registrado en 2022.

UNICEF llamó al Gobierno congoleño, a las partes del conflicto y a la comunidad internacional a fortalecer la rendición de cuentas, apoyar investigaciones y procesos judiciales, proteger a sobrevivientes y testigos, mejorar los sistemas de denuncia y garantizar recursos suficientes para responder a una crisis que califica de urgente y estructural.

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