Columna de María José Naudon: Más allá de la moderación

Columna de María José Naudon: Más allá de la moderación

Las elecciones de gobernadores de este domingo y los comicios de octubre pasado trazan un panorama político que debe ser analizado en conjunto. A primera vista, ambos eventos parecen confirmar que el electorado chileno, bajo la dinámica del voto obligatorio, se acerca a la moderación.

Por la izquierda, el Partido Comunista experimentó, nuevamente, una disminución en su representación. Ayer, Javier Vega quedó fuera de la gobernación de Coquimbo frente a un arrasador 63% de Cristóbal Julia. En octubre, había perdido varias alcaldías clave, incluyendo la de Santiago, donde la alcaldesa Irací Hassler fue derrotada por Mario Desbordes.

Por el lado de la derecha, el Partido Republicano registró un avance en octubre, aunque este no fue arrasador, ni cumplió con las altas expectativas iniciales. Pese a ello, logró consolidar su representación en los consejos regionales y concejales, mostrando un fortalecimiento en estos espacios. Ayer, sin embargo, Republicanos sufrió una derrota significativa al perder sus candidatos en O´Higgins y Los Lagos. Por otra parte, Chile Vamos se ha consolidado como la fuerza principal de la derecha chilena, mostrando capacidad de articulación y liderazgo. Esto le ha permitido consolidar su base de apoyo y proyectarse de cara a las próximas contiendas electorales. En este escenario, su capacidad para convocar diversos sectores y, al mismo tiempo, mantener la identidad y unidad interna, se presenta como un desafío clave para continuar desempeñando un rol protagónico en el panorama político nacional.

Incluso con estos elementos a la vista, la narrativa de la moderación resulta insuficiente para captar plenamente la complejidad del momento político. En el panorama aparecen nuevos liderazgos que obligan a profundizar las hipótesis. Por la izquierda, Rodrigo Mundaca obtuvo un triunfo categórico que, no cabe duda, trasciende las categorías tradicionales de izquierda y derecha. Su capacidad para conectar con contextos locales y abordar problemáticas específicas, el agua en este caso, refuerza un tipo de liderazgo que apela directamente a las necesidades y marca una dinámica política que escapa a los esquemas convencionales. A esto hay que sumar que los votos de Republicanos y Socialcristianos no se volcaron completamente hacia la candidata María José Hoffman. Esto, lejos de reforzar la hipótesis de la moderación, debe interpretarse como una señal de mayor complejidad en las dinámicas del electorado y como un recordatorio de la importancia de considerar las particularidades y contextos propios de las elecciones locales.

Francisco Orrego es otro ejemplo. Aunque pertenece a Renovación Nacional, se presenta como una figura alejada de lo que comúnmente se entiende por moderación. Su estilo y discurso, de tono más confrontacional, conecta con un electorado crítico de la clase política. Este perfil le otorga un considerable capital, pero a la vez constituye su mayor desafío y riesgo, pues la misma característica que lo fortalece limita su alcance, incluso en la derecha.

En definitiva, una elección presidencial exige tocar muchas teclas, integrar diversas perspectivas y conceptos. No basta con apelar a una sola tendencia. Las preferencias del electorado son complejas y cambiantes, y aunque existen señales y patrones, nada está garantizado.

Por María José Naudon, abogada

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LaTercera.com

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