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4 claves para aprender a manejar nuestros hábitos y potenciar nuestro bienestar, según la neurocientífica Nicole Vignola

4 claves para aprender a manejar nuestros hábitos y potenciar nuestro bienestar, según la neurocientífica Nicole Vignola

La primera vez que Nicole Vignola sostuvo un cerebro fue cuando cursaba su primer año de la carrera de Neurociencia en la universidad.

Mientras tenía el órgano en sus manos y puso sus dedos sobre el lóbulo temporal, lo primero que se le vino a la mente es que estaba tocando los recuerdos de una persona y que, en la materia gris, estaban almacenados los detalles sobre su vida.

Ahí le surgieron una serie de preguntas, tales como si ese individuo había sido feliz, si había sufrido, si se había enamorado, si tuvo hijos, a qué se dedicó y por qué decidió donar su cuerpo a la ciencia, por nombrar solo un par.

Esas dudas potenciaron el interés que siempre había tenido por comprender el por qué del comportamiento humano. Y, a su vez, reafirmaron sus intenciones de compartir los conocimientos que estaba adquiriendo.

Vignola es neurocientífica licenciada por la Universidad de Bristol y tiene un máster en Psicología Organizacional de la Universidad del Oeste de Inglaterra. Se especializa en acercar la neurociencia a un público amplio, desde una perspectiva que se caracteriza por ser práctica y accesible.

4 claves para aprender a manejar nuestros hábitos y potenciar nuestro bienestar, según la neurocientífica Nicole Vignola. Foto: Henrique Veldhoen.

A través de redes como su cuenta de Instagram y su canal de YouTube, la también consultora para organizaciones comparte herramientas y métodos contrastados científicamente para mejorar la salud mental, optimizar las reacciones automáticas e impulsar el rendimiento en la vida diaria.

Su primer libro, titulado Neurohábitos (Diana, 2025), ha sido traducido en 21 idiomas y ofrece, precisamente, conocimientos para “reconfigurar el cerebro y alcanzar un bienestar mental óptimo”.

“Siempre me fascinó comprender los mecanismos que funcionan en el cerebro”, dice Vignola a La Tercera.

“Una vez que empecé a comprender la neurociencia del comportamiento humano, me obsesioné con enseñársela a la gente para aliviar su culpa y la sensación de que algo podría estar mal”.

“Cuando abrí mi canal de Instagram, recibí muchos comentarios y mensajes de personas que decían que, finalmente, entendían por qué se comportaban de esa manera y se sentían empoderadas para cambiar, porque les había proporcionado herramientas prácticas para ayudarles a adentrarse en lo desconocido, que a veces puede resultar aterrador”.

La autora de Neurohábitos comparte algunas claves que se deben tener en consideración para manejar nuestros hábitos y potenciar nuestro bienestar.

4 claves para aprender a manejar nuestros hábitos y potenciar nuestro bienestar, según la neurocientífica Nicole Vignola. Foto: cortesía.

1. Cuidar tanto nuestra salud mental como nuestra salud cerebral

Dentro de su libro, Vignola hace una analogía en la que recurre a los conceptos de hardware y software.

En el ámbito de la tecnología, el primero es el conjunto de partes físicas que componen un dispositivo o mecanismo, mientras que el segundo es el conjunto de programas y el sistema operativo que permiten la realización de ciertas tareas.

Si se llevan esos conceptos a las personas, bajo la perspectiva de la autora, el hardware equivaldría a la salud cerebral y el software a la salud mental.

“Piensa en ello como actualizar el software de tu teléfono o computador. No puedes instalar una actualización flamante en un dispositivo que falla, se sobrecalienta o se queda sin memoria”, dice Vignola.

Y enfatiza: “Ambos necesitan funcionar bien para apoyarse mutuamente”.

“El cerebro es el órgano físico (hardware) que sustenta todas nuestras funciones cognitivas, emociones y comportamientos. Al igual que una computadora, si el hardware está dañado o mal mantenido, afecta el rendimiento del software que se ejecuta en él”.

“Nuestro cerebro necesita estar en buenas condiciones para permitir cambios significativos en nuestros pensamientos, comportamientos, hábitos y creencias”.

Cuidar aspectos como el sueño, la nutrición, el ejercicio y el manejo del estrés son importantes para que tanto el hardware como el software puedan funcionar óptimamente.

“Cuando el cerebro está bien nutrido, descansado y funcionando eficientemente, está en la mejor posición para sustentar nuevos marcos mentales y formas de pensar más saludables”.

En otras palabras, “cuando el hardware está optimizado, es mucho más fácil actualizar el software: nuestra mentalidad, hábitos y comportamientos”.

La clave está en que van de la mano y que es necesario cuidar de ambos para que puedan funcionar de la mejor manera.

“Si no cuidamos nuestra salud cerebral, ningún trabajo de mentalidad ni pensamiento positivo será realmente duradero”.

“Pero cuando tanto el hardware como el software están alineados, creamos un sistema que promueve el bienestar a largo plazo, una mejor toma de decisiones y una mayor resiliencia mental. Se trata de cuidar tanto la base como las mejoras para prosperar de verdad”.

4 claves para aprender a manejar nuestros hábitos y potenciar nuestro bienestar, según la neurocientífica Nicole Vignola. Foto: referencial.

2. Aprender a identificar cuando un hábito se está volviendo perjudicial

Muchas veces, mantenemos hábitos dañinos porque forman parte de nuestra rutina o porque están tan interiorizados que no nos damos cuenta, a nivel consciente, de sus efectos negativos.

En esos casos, ¿cómo podemos identificar si un hábito se está volviendo perjudicial?

Vignola dice que “una de las señales más reveladoras es cómo te hace sentir un hábito”.

“Si experimentas constantemente culpa, arrepentimiento, frustración o incluso vergüenza después de un comportamiento en particular, es un fuerte indicador de que el hábito podría ser problemático”.

“También puedes observar si un hábito comienza a afectar tu bienestar, ya sea físico o mental. Por ejemplo, el hábito de trasnochar para navegar por las redes sociales puede provocar fatiga, mientras que comer por estrés puede afectar tu salud física”.

“Si notas cansancio persistente, ansiedad o bajo estado de ánimo, vale la pena examinar si tus hábitos influyen”.

De la misma manera, “si un hábito comienza a afectar tu productividad, tus relaciones o tus objetivos personales, es una señal de alerta”.

“Por ejemplo, la procrastinación puede parecer inofensiva al principio, pero si afecta constantemente tu rendimiento laboral o te genera estrés, es probable que se vuelva perjudicial. Lo mismo ocurre con el uso de redes sociales. Si afecta tu capacidad para trabajar y alcanzar tus objetivos, es una llamada de atención”.

4 claves para aprender a manejar nuestros hábitos y potenciar nuestro bienestar, según la neurocientífica Nicole Vignola. Foto: referencial.

3. Poner atención a nuestras relaciones con otras personas

Al ser consultada sobre cómo las relaciones interpersonales pueden afectar en nuestro hardware y software, Vignola dice que “las relaciones positivas, especialmente aquellas que nos hacen sentir apoyados y valorados, pueden estimular la liberación de neuroquímicos como la oxitocina y la dopamina”.

“Estos neuroquímicos promueven la neuroplasticidad, que a su vez ayuda al cerebro a formar nuevas conexiones y a mantener la salud cognitiva”.

“Las relaciones también pueden ser beneficiosas o perjudiciales para nuestro bienestar porque, por un lado, el apoyo social reduce los niveles de cortisol, protegiendo estructuras cerebrales como el hipocampo del daño relacionado con el estrés”.

Esto último es fundamental para el mantenimiento de la memoria, el aprendizaje y la regulación emocional, añade la neurocientífica.

Por otro lado, “cuando las relaciones son tóxicas o estresantes, o si uno se aísla socialmente, esto puede provocar estrés crónico, aumentando la producción de cortisol”.

“Con el tiempo, esto puede causar cambios estructurales en el cerebro, incluyendo una reducción del tamaño del hipocampo y un aumento de la actividad de la amígdala, lo que provoca mayor ansiedad y problemas de memoria”.

“Las relaciones saludables nos impulsan a crecer, apoyan nuestras aspiraciones y nos motivan en momentos difíciles, fomentando una mentalidad positiva y de progreso (...) En conclusión, es importante rodearse de personas que impacten positivamente en la vida, ya que pueden tener profundos efectos en el cerebro”.

4 claves para aprender a manejar nuestros hábitos y potenciar nuestro bienestar, según la neurocientífica Nicole Vignola. Foto: referencial.

4. Controlar el estrés (para no caer en un cuadro crónico)

El estrés es necesario para que podamos concretar diferentes tareas y objetivos en nuestras vidas. Sin embargo, cuando este se vuelve crónico —sostenido en el tiempo— puede desencadenar efectos negativos tanto en nuestra salud física como mental.

En una sociedad repleta de estímulos y que demanda velocidad, ¿cómo evitar caer en un cuadro de estrés crónico?

La neurocientífica enumera cuatro herramientas que aborda en Neurohábitos.

“Replantea tu mentalidad frente al estrés: ver el estrés como algo funcional en lugar de algo inherentemente dañino puede mejorar tu respuesta fisiológica. Estudios demuestran que quienes perciben el estrés como beneficioso tienen mejores respuestas cardiovasculares y menor reactividad emocional durante situaciones estresantes”.

“Crea espacio para la recuperación: el estrés crónico ocurre cuando las exigencias superan tu capacidad de afrontamiento. Las estrategias de recuperación incluyen priorizar el sueño, practicar pasatiempos, hacer ejercicio regularmente y practicar técnicas de relajación como la meditación o la respiración. Estas actividades ayudan al cerebro a pasar de un estado simpático (estrés) a un estado parasimpático (descanso)”.

“Elimina el exceso: elimina los factores estresantes excesivos siempre que sea posible estableciendo límites, diciendo ‘no’ con más frecuencia y centrándote en actividades que te repongan en lugar de agotar tu energía”.

“Practique la exposición voluntaria al estrés: actividades como la exposición al agua fría, la respiración y el ejercicio pueden desarrollar resiliencia al estrés al entrenar al cuerpo para manejarlo con mayor eficiencia. Este estrés voluntario ayuda a mejorar la resiliencia mental al promover respuestas adaptativas”.

Fuente

LaTercera.com

LaTercera.com

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