El tiempo de Karina

El tiempo de Karina

La hermana del Presidente concentra todas las decisiones sobre el armado y los candidatos en el país. Armó su propio “triángulo de hierro” con los Menem. En la Ciudad, el Pro y los libertarios, con estrategias contrapuestas La secretaria general de la Presidencia, Karina Milei

“El Jefe” pasó el viernes su cumpleaños número 52 en su despacho, en el primer piso de la Casa Rosada, con la compañía de un círculo pequeño y su perro Thor. Hubo apenas un brindis y deseos de buenos augurios, compartidos por algunos funcionarios que se acercaron a saludar. Karina Milei atraviesa, sin estridencias, el momento de mayor poder dentro del gobierno que lidera su hermano.

La secretaria general de la Presidencia concentra al 100% el armado territorial y la confección de las listas en todo el país. La contracara de esa enorme atribución es que se convierte en la principal responsable de la marcha de la campaña y los resultados, que se irán dando durante el larguísimo año electoral. Recién el 26 de octubre será el cierre de oro, con las legislativas nacionales.

El PRO advirtió tempranamente que Karina puede ser un flanco débil, sobre todo y en lo personal, para Javier Milei. Mauricio Macri y María Eugenia Vidal la responsabilizaron públicamente de haber rechazado una alianza entre ambos sellos y de confundir el enemigo político, en alusión al kirchnerismo. “¿Van a seguir subestimándola? Si lo hacen, seguirán pifiándole”, lanzó el Presidente vía X, al difundir un video que destaca la tarea de ella en la creación del partido.

La centralidad de Karina dejó a un costado la influencia de Santiago Caputo, cuyo valor sustancial ha sido el desarrollo de la estrategia electoral. El asesor se limita a dar su opinión antes de la toma de las decisiones, pero la lapicera está en manos de Karina. No se advierte allí una pulseada, él la perdería, sino más bien un repliegue táctico.

Ella consolidó en el último año su propio “triángulo de hierro”, conformado por otros dos vértices: “Lule” y Martín Menem. A diferencia del triángulo original –que incluye al Presidente y a Caputo- este tiene una característica más verticalista y homogénea: los Menem operan, en realidad, como uno solo, sin fisuras entre ellos, en ninguno de los frentes.

Karina Milei y Martín Menem

Son los ojos de Karina, y se mueven con excesivo recelo, lo que les vale múltiples críticas internas y externas: “desconfiados”, “mezquinos” y “sectarios”, son algunos de los calificativos que se repiten sobre su accionar. Por caso, un alto funcionario se quejó recientemente por un llamado de “Lule”, en el que le reclamaba no entrometerse en conversaciones con referentes municipales de una provincia del norte. “¡Eran cuatro pelagatos!”, minimizó el increpado.

Patricia Bullrich, la figura de más peso político dentro del Gabinete, tomó nota de esa configuración. Hace diez días reunió a su tropa de legisladores e intendentes en el Ministerio de Seguridad para hacer un análisis de cada distrito. Allí adelantó lo que se empieza a verificar en los hechos: no puede garantizar lugares en las listas. Y, lo más importante, no va a actuar de “puntera”.

La lógica, según quienes escucharon ese mensaje, es que Karina confía como primer filtro en los delegados que designó La Libertad Avanza en cada provincia, y que quienes se lleven mal con esos dirigentes en el territorio, tendrán pocas chances de integrar una nómina.

En la provincia de Buenos Aires, fue revalidada la función de Sebastián Pareja, quien ocupó el mismo puesto en la campaña presidencial de 2023 y que actualmente es presidente de LLA en esa jurisdicción. De origen peronista y con un paso por el macrismo dentro del esquema de Emilio Monzó, se ganó el visto bueno de Karina y, en simultáneo, el resquemor de “Las Fuerzas del Cielo”, la agrupación auspiciada por Caputo que tuvo un estrambótico lanzamiento en un acto de San Miguel, en noviembre pasado, y con los meses fue perdiendo visibilidad.

Sebastián Pareja

“Hay cuatro categorías para ir a pescar en política: los peronistas, los radicales, el PRO y el lumpen, los ‘buscas’ que nadie quiere sumar, en esta última están reclutando”, advierte un dirigente bonaerense desencantado con el rumbo del trabajo en el terreno de Pareja.

Como sea, en gran parte, la suerte de Milei en la provincia está atada a cómo se termine moldeando la oferta electoral. Si el peronismo/kirchnerismo va unido o no; y si el PRO presenta una lista propia, como en la ciudad de Buenos Aires. El Gobierno nunca tuvo en los planes un acuerdo de cúpula con el partido fundado por Macri, sino más bien fichar a sus principales espadas hasta vaciarlo por dentro. Si Diego Santilli, Cristian Ritondo y Guillermo Montenegro ya tienen decidido en su fuero íntimo pintarse de violeta, la discusión ha finalizado.

Javier Milei y Karina Milei con Cristian Ritondo y Diego Santilli

A pesar de la volatilidad y la tensión cambiaria en las últimas semanas, La Libertad Avanza mantiene gran expectativa electoral. De lograr sostener el dólar planchado y la inflación a la baja, ostenta una fórmula prácticamente imbatible frente a una oposición sin capacidad de disputarle nada a Milei. Lo que pase el día después y la sostenibilidad del programa económico, es otra historia.

El primer round de la ciudad de Buenos Aires tomó vital relevancia. Los Macri molestaron a los Milei por anticipado. Primero, con la contratación de Antoni Gutiérrez Rubi, ex estratega de Cristina Kirchner y Sergio Massa, a quien el Presidente acusa de “la peor campaña sucia” en su contra. Segundo, con el adelantamiento de la fecha de votación.

El catalán quizá termine siendo no tan mala noticia para los libertarios. Hace poco más de un mes, cuando presentó a la mesa chica del PRO la propuesta de acción, sostuvo que la marca medía 22 puntos sola, más que Vidal y Darío Nieto, ejemplos mencionados. Es decir, debían resaltar la idea de “equipo”. Le sirvió en bandeja el argumento a la ex gobernadora, que en ese mismo instante pronunció su “no” indeclinable. Si el candidato es la marca, que vaya cualquiera, fue el razonamiento. Macri no pudo convencer a Vidal y optó por Silvia Lospennato, quien fue creciendo en la cercanía del ex presidente en el último tiempo.

La apuesta exactamente contraria eligió La Libertad Avanza. Apeló a su figura más taquillera, Manuel Adorni, para librar la pelea. La candidatura se decidió formalmente el martes –aunque se anunció dos días después- pero lo cierto es que nunca hubo una opción superadora sobre la mesa, más allá de las especulaciones. Es cierto que midieron diversas posibilidades –desde ministros hasta outsiders- pero ninguno se acercaba a la efectividad del portavoz: buenos números e identificación directa con Milei.

Javier y Karina Milei junto a Manuel Adorni

A Karina le quedó una mala sensación en la selección de candidatos en 2023, con lo cual el requisito determinante en esta vuelta es la incondicionalidad. Las consecuencias de las fallas de aquel momento, coinciden, se ven hoy en el Congreso, con bloques indisciplinados y falta de voceros sólidos, que no aprenden ni con las reiteradas sesiones de coaching.

Lule Menem fue, puertas adentro, de los más insistentes en jugar a Adorni. Karina lo aceptó porque, antes que nada, es “práctica”. Según dijo entre sus íntimos, no quiere testimoniales, con lo cual en diciembre se anunciará cómo continúa la comunicación oficial, una instancia en que la Casa Rosada ajustará el elenco para la segunda mitad del mandato.

Karina, los Menem y Santiago Caputo comparten la aversión a los Macri. Por eso no sorprende que en los primeros siete distritos que van a elecciones no hicieron acuerdos con el PRO, y sí los hicieron en Chaco con el radicalismo. También es cierto que, más allá del signo político, con al menos diez gobernadores hay un “pacto de caballeros”: el Gobierno no los jode en los comicios locales, y ellos no los complican en las legislativas nacionales.

El kirchnerismo, como si fuera un sueño, se ilusiona con un duelo con los libertarios por la Ciudad, en el que imaginan a los “amarillos” relegados a un tercer puesto. Leandro Santoro intentará un discurso local y sin padrinazgos políticos. Si el PRO es el “equipo” y Adorni es Milei, Santoro entonces se autopercibe huérfano.

Ramiro Marra es el cabo suelto en el universo libertario. Puede generarle algún daño en votos a LLA, pero el efecto más directo es en los detractores internos de Karina, quienes mascullan por lo bajo que no debió expulsar a una cara tan instalada, ya que eso hubiera evitado “quemar” a Adorni para una contienda menor. Si no ganan, entonces le pasarán factura; si ocurre lo contrario, la guillotina será aún más temida.

Los K parecen detenidos en el tiempo, en 2019, discutiendo una sociedad de tercios, en este caso, Cristina Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof (en lugar de Alberto Fernández). El gobernador está siendo desautorizado para fijar la fecha de una elección –él quiere desdoblar de la nacional, mientras que la ex presidenta no- y la novela lleva meses a la espera del capítulo final que todos más o menos intuyen cual es.

En el medio, dibujan candidaturas en el aire para presionar. Miden a Massa en provincia, y a Cristina en Capital. Una encuesta no se le niega a nadie.

Fuente

Infobae.com

Infobae.com

Lo + visto

Comentarios

Escribe un comentario