China ha estado tan cerca de morir de éxito con sus paneles solares que ha tomado la única decisión lógica: fabricar menos
- 11 Horas, 3 Minutos
- Xataka.com
- Tecnología
China ha estado tan cerca de morir de éxito con sus paneles solares que ha tomado la única decisión lógica: fabricar menos

China es un coloso en el segmento de la industria fotovoltaica. No sólo están instalando parques enormes, sino que dominan la producción con mano de hierro. Tanto que han hecho que el mundo entero dependa de su tecnología y desplomaron el precio de los paneles, ahogando a fabricantes europeos y estadounidenses. El resultado de la expansión a lo loco fue una guerra de precios interna, pero tras años de pérdidas en el mercado interno, ya plantean una solución.
Fabricar menos paneles.
Tormenta. En 2020, China presentó un plan de cero emisiones netas para 2060. El objetivo es reducir su considerable huella de carbono y contaminación y, para ello, marcaron que en 2030 debía haber, al menos, 1.200 GW de capacidad solar y eólica instalada. Las energéticas empezaron a actuar, pero empresas de otros sectores vieron que había una oportunidad lucrativa y se metieron en el negocio.
¿El resultado? Saturación de mercado y una producción tan bestia de los módulos que estaban ahogando a las empresas extranjeras, pero también al mercado interno. Si se necesitaban 1.200 GW de renovables instalados en 2030, sólo la solar instalada en 2024 ya superaba los 880 GW.
A la búsqueda de soluciones. La producción dobló la demanda mundial y los precios se estrellaron, con empresas enormes del sector pidiendo ayuda al Estado para poder seguir en el negocio. En esa situación insostenible para su propia industria debido a que perdían dinero con cada venta, se creó una especie de OPEP para las fotovoltaicas chinas, la Asociación de la Industria Fotovoltaica de China, o CPIA, con 33 de los principales fabricantes firmando un compromiso de autocontrol.
La reunión se celebró en diciembre del año pasado y sus ejecutivos siguen buscando soluciones tras años de guerras de precios. Esta semana se celebró la SNEC PV & ES Expo 2025 en Shanghái, en la que fabricantes y empresas de todo el mundo se han dado cita para evaluar la situación global. Y, aunque hay que esperar a ver qué medidas toman, la Asociación Asiática de la Industria Fotovoltaica -uno de los organizadores del evento- tiene claro que no se puede seguir en esta situación.
O remamos a una o nos hundimos. Como leemos en South China Morning Post, “la industria solar no es un juego de suma cero”, comentó Zhu Gongshan, presidente de la Asociación, en el discurso de inauguración. “Estamos en esto juntos y el recorte extremo de costos y la competencia feroz no son distintos a beber veneno para calmar la sed”, afirmó. China instaló unos 278 GW de capacidad solar el año pasado, una cifra que representa casi el 60% de las nuevas instalaciones a nivel mundial.
Y fue fruto de una sobrecapacidad que contribuyó a una caída del 60% de los precios de los módulos solares entre 2020 y 2024. En la reunión de diciembre, una de las medidas acordadas por los principales fabricantes fue la de respetar un precio mínimo recomendado para preservar los márgenes, y tuvo un resultado moderadamente positivo a comienzos de este 2025, con un repunte de precios.
Pero no aflojan el acelerador. La CPIA estimó entre 215 y 255 GW nuevos para este año, un recorte frente a la cantidad del año pasado, pero las cuentas no salen y el ritmo de instalaciones que se está siguiendo sigue siendo muy alto: hasta el 30 de abril, se habían añadido 105 GW, un 75% más que lo instalado en el mismo periodo del año anterior.
Se estima que fue debido a que en enero se realizaron un gran número de instalaciones y que éstas caerán un 44% en la segunda mitad de 2025. Una de las medidas impulsadas por el Gobierno para reorganizar la industria entró en vigor el 1 de junio: vender producción a precio de mercado en lugar de a una tarifa garantizada en las nuevas plantas solares.
El antídoto. “En lugar de esperar una recuperación cíclica, debemos enfrentar una reestructuración disruptiva en el sector”, afirmó Zhu. ¿Y cuáles son las propuestas? Se manejan varias, como enfocarse en mejorar la colaboración entre el gobierno y las empresas para confrontar la oferta mediante regulaciones o fusiones.
Otra es que se apueste por la innovación tecnológica tanto para los paneles como para la cadena de producción, lo que permitirá un crecimiento sostenible y márgenes de beneficio más altos. Es decir, no fabricar a lo loco paneles que anclados a una tecnología que puede quedarse desfasada rápidamente, pero es barata, sino mejorar la calidad y hacer menos paneles, manteniendo un precio más alto y evitando la saturación.
Cambio de mentalidad. Otro problema es que hay demasiadas cosas a tener en cuenta. Esas 33 empresas chinas de la CPIA no son las únicas que fabrican paneles y hay quien puede no respetar los acuerdos de autocontrol. Pero, además, a esos problemas internos se suman los manidos aranceles impuestos por Estados Unidos.
En el caso de los paneles, la Administración de Trump impuso aranceles de más del 3.500% a la importación de paneles procedentes de China y el 60% a materiales como polisilicio, obleas y células solares chinas. La respuesta de China, según el presidente de una de las empresas locales, debería ser la internacionalización. “Debido a los aranceles, ya no basta con exportar: hay que localizar la producción en el extranjero", comentó Gao Jifan, presidente de Trina Solar.
Veremos qué ocurre, pero que intenten frenar esa saturación del mercado es significativo, y que hablen de deslocalizar la producción puede generar una nueva batalla por parte de países occidentales que ya hemos visto con el coche chino: la que intentar atraer la atención de los fabricantes.
Imagen | Huasun
-
La noticia
China ha estado tan cerca de morir de éxito con sus paneles solares que ha tomado la única decisión lógica: fabricar menos
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alejandro Alcolea
.
0 Comentarios