Álvaro García: “Esta candidatura se aleja de dos polos: el que cree a ciegas en el mercado y el que cree a ciegas en la conducción del Estado”
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Álvaro García: “Esta candidatura se aleja de dos polos: el que cree a ciegas en el mercado y el que cree a ciegas en la conducción del Estado”

Histórico militante PPD, ex Mapu, exministro de Economía de Eduardo Frei y exministro secretario general de la Presidencia de Ricardo Lagos, Álvaro Desiderio García Hurtado (71) es vocero económico de la candidata Carolina Tohá. Como tal, se despacha en esta entrevista -una serie con los encargados programáticos de los candidatos presidenciales-, una definición que busca posicionar el lugar de Tohá en la contienda electoral que se avecina: “En materia económica, esta candidatura se aleja de dos polos históricos: el que cree a ciegas en el mercado y el que cree a ciegas en la conducción del Estado”, dice.
El economista -que dice mantener su estricta rutina deportiva de los últimos 30 años, que incluye al menos tres sesiones de yoga a la semana y mucha bicicleta- esboza aquí los principales pilares del programa y aterriza las razones por las que la carta del Socialismo Democrático sería la mejor opción presidencial.

¿Por qué Carolina Tohá es mejor opción que competidores como Jeannette Jara o Gonzalo Winter?
-Carolina es la que tiene mejores condiciones para concitar a un gran acuerdo nacional, y retomar el crecimiento en Chile requiere de ese gran acuerdo. Chile tiene una enorme oportunidad de crecimiento, pero lo tiene que hacer a través de una estrategia de largo plazo que asegure la colaboración de múltiples actores. Se requiere una persona que no solo tenga la experiencia y capacidad de gobernar, que Carolina ha demostrado, sino la capacidad de construir ese acuerdo que facilite la colaboración. Ella ha priorizado eso en su programa más que el resto de los actores.
¿Cuál es hoy es el principal problema económico que tiene Chile?
-Chile tiene más de una década de muy lento crecimiento y ese es su problema. Pero frente a eso hay una tremenda oportunidad. Si uno mira el catastro del proyecto de inversión en Chile, el próximo gobierno va a tener la oportunidad de materializar US$ 70.000 millones en proyectos de inversión que están identificados, que son reales. Por lo tanto, el desafío es que esos proyectos de inversión se materialicen y eso significa generar confianza. Para eso es el diálogo, la construcción de acuerdos entre todos los actores y eliminar las barreras que hoy dificultan la inversión, como son los permisos y la mayor carga tributaria que las empresas tienen.
El expresidente Ricardo Lagos, uno de los mentores de Tohá, decía que el gran reto de Chile es crecer y que el resto es música. ¿Qué prioridad le da la candidatura de Carolina Tohá al crecimiento?
-Está en el primerísimo lugar de la agenda el volver a crecer. Carolina Tohá identificó tres prioridades al inscribir su candidatura, y la primera de ellas es crecer. Los otros desafíos que ella planteó también facultan al crecimiento, como es fortalecer la seguridad ciudadana, mejorar la calidad de nuestra educación, y todo ayuda al crecimiento. Pero el foco está puesto en crecer...
En un inicio este gobierno no priorizó crecer más…
-Este gobierno partió sin tener una prioridad puesta en el crecimiento. Poco a poco se fue dando cuenta de que eso era indispensable y se han producido avances.
¿Cuáles son los pilares de la propuesta económica de la candidata?
-Chile tiene una oportunidad extraordinaria producto del cambio climático. Lo que Chile produce es lo que está en demanda en el mundo. Minerales críticos para la transición energética, energías limpias, alimentos saludables con bajas emisiones de carbono, una industria forestal con un enorme potencial de crecimiento que permitiría industrializar la construcción de viviendas… Los proyectos, las oportunidades están ahí, y lo que toca es derribar los obstáculos que la inhiben. Hay tres obstáculos evidentes. Uno es la falta de confianza de los actores productivos. Y eso se supera por la vía de construir un amplio acuerdo nacional que trascienda al gobierno. Hemos visto que los cambios de signo de gobierno traen consigo cambios que afectan inversiones que son de largo plazo...
Lo segundo es enfrentar los obstáculos más micro y concretos que el crecimiento enfrenta: largos períodos de aprobación de permisos de los proyectos, una tasa tributaria mayor que la del promedio de la Ocde, una fuerza de trabajo que carece de las capacidades que la economía moderna requiere, además de mejorar la calidad de la educación. Promover la inversión y promover las capacidades humanas es la única manera de incrementar la productividad, que es el fundamento de todo crecimiento exitoso.

Todo muy socialdemócrata…
-En materia económica, esta candidatura se aleja de dos polos históricos: el que cree a ciegas en el mercado y el que cree a ciegas en la conducción del Estado. Nuestro esfuerzo está en que estas dos instituciones colaboren y por eso la importancia a la construcción de acuerdos amplios.
Una especie de Concertación 2.0…
-No diría que es una Concertación 2.0, porque las instituciones que queremos crear no estaban presentes en ninguno de los gobiernos de la Concertación. Sí estaba ese espíritu, el de construir acuerdos transversales, y eso es rescatable. Pero como los desafíos actuales son distintos a los de hace 30 años, se requieren también instituciones nuevas. El énfasis que ponemos en la innovación y la agregación de valor a nuestros recursos naturales es algo que no estuvo presente y lo creemos indispensable para que el crecimiento de esos sectores productivos se difunda a lo largo del territorio nacional.
¿Qué país o modelo económico y político miran de cerca para un eventual gobierno?
-Más que un país en particular, enfatizaría instituciones que están presentes en muchos países. Si se miran todos los países que se han desarrollado en los últimos 30 o 40 años, no se va a encontrar ninguno que no tenga una institución como un consejo de diálogo social, que hoy no tenemos en Chile. Está, con distintos nombres, en España, Holanda, Corea, Singapur, en prácticamente todos los países que han logrado desarrollarse.
Luego, en cuanto a la institucionalidad más micro de desarrollo sectorial, hemos hablado de centros colaborativos que integren a los sectores productivos de una cadena de valor, a sus proveedores, a los que elaboran el producto, o agregan valor a los centros de investigación que trabajan en esa área. Existen centros colaborativos en Australia, Nueva Zelandia, Canadá, que son países con estructuras productivas muy similares a las nuestras, pero que han logrado crecer mucho más rápido.
Se lo preguntaba porque a fines de los 90 se miró de cerca el modelo de la “Tercera Vía” del primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, quien no se avergonzaba de aplicar el capitalismo, pero con tintes sociales…
-Eso fue en su momento. Le asigno mucha más importancia hoy a promover la innovación abierta. Una innovación que compromete al conjunto de una cadena de valor. En Australia, por ejemplo, el 70% de los recursos públicos destinados a innovación se destinan a ese tipo de innovación. En Chile, cero. Y eso ha permitido que el sector minero australiano, por ejemplo, tenga una integración en su cadena de valor muchísimo más rica que la chilena. Ese es el tipo de experiencia que estamos buscando, como la australiana, la de Nueva Zelanda, la de Canadá. Todos países ricos en recursos naturales como Chile, pero que han logrado dar un salto al desarrollo por la vía de fortalecer esas cadenas de valor.
Esas medidas necesitan tiempo para lograr un impacto y Chile necesita crecer rápido. Bajo ese contexto, su programa incluye bajar el impuesto corporativo…
-Sí y bajarlo de manera compensada. Es cierto que Chile requiere crecer lo más rápido posible ahora, pero sobre todo requiere convenir una estrategia que nos permita alcanzar el desarrollo, y nuestro propósito es convenir esa estrategia, iniciarla.
En lo tributario no hemos definido aún un número. Estábamos muy conformes con la reforma tributaria que el gobierno propuso y retiró. Esta tenía todos los elementos que Chile requiere: bajaba la tasa corporativa de manera compensada, facilitaba y reducía la carga tributaria de las pymes, estimulándolas a que se formalizaran, y generaba un incentivo tributario a la inversión en innovación.
Con todo, el país tiene un problema de déficit fiscal crónico. Bajar los impuestos es complicado bajo ese escenario y todas las proyecciones apuntan a que el camino se viene pesado hacia adelante. ¿Tienen contemplado un recorte de gasto fiscal?
-El tema fiscal es complejo. El próximo gobierno en principio tiene una holgura negativa. Por lo tanto, se puede hablar de bajar los impuestos de manera significativa, como algunos candidatos lo han hecho, pero no se puede hacer en la realidad. Estando de acuerdo en que la tasa de primera categoría es alta, la queremos reducir, pero de manera compensada, porque no hay holgura fiscal. Vamos a poner mucha atención en hacer más eficiente el gasto fiscal. Lo que probablemente va a darnos ciertos grados de libertad, pero que van a estar rápidamente copados por cosas que sabemos, van a venir: envejecimiento de la población, déficits sociales… No creemos realista pensar que el gasto público va a reducirse. Sí que se puede hacer más eficiente su ejecución y su impacto.

¿Es decir, no tienen temor de endeudarse un poco más si es necesario?
-No estamos buscando endeudarnos más, al contrario. Ojalá podamos frenar el endeudamiento y si es posible, reducirlo. Por eso no estamos proponiendo ni reducir la carga tributaria ni aumentar el gasto fiscal de manera significativa. Reconocemos la inexistencia de la holgura fiscal. La cosa es cómo usamos mejor los recursos que Chile tiene. Es una ecuación muy compleja y el único grado de libertad que tenemos es el crecimiento económico. De ahí lo central que es volver a crecer a un ritmo bastante más acelerado que el que hemos tenido.
¿A qué tasa le gustaría que el país esté creciendo?
-Nos hemos planteado como meta un objetivo más de largo plazo que trascienda el gobierno, pero que se tiene que inaugurar durante este próximo gobierno, y es duplicar el ingreso por persona de la población al 2050. Y eso significa en promedio crecer un 3% y un 4% al año. Es casi el doble de lo que estamos creciendo.
¿Qué diferencia hay, en términos económicos, entre la candidatura de Carolina Tohá y la de Evelyn Matthei, la carta con mayores opciones en la oposición?
No he visto muchas propuestas económicas de Evelyn Matthei. Lo que vi con claridad fue su propuesta tributaria, la que me parece completamente inaplicable en Chile. A todos les encantaría pagar menos impuestos, pero la cosa es cómo se hace, cómo se financia la acción del Estado que también todos queremos tener.
¿Es una propuesta irresponsable?
-No he visto a nadie que demuestre cómo se puede hacer y sí he visto estudios que demuestran que no se puede hacer. Entre ellos, el que realizó la Comisión Marfán, que daba cuenta de que no hay espacio para que la reducción en impuestos estimule el crecimiento a un ritmo que compense la caída del ingreso fiscal. Eso no es viable. Hay muchos presidentes en el mundo que se han propuesto esta tarea, como Ronald Reagan y George Bush, en Estados Unidos, y a ninguno le resultó. Entonces, ¿por qué va a resultar en Chile cuando los estudios y la experiencia internacional demuestran que no es viable? Parece poco realista.
Toda nuestra estrategia es distinta a lo que los candidatos de derecha han señalado. ¿Qué han dicho ellos? Que hay que bajar impuestos, que hay que desregular, y prácticamente nada más. Eso es mantener la fe ciega en que el mercado lo resuelve todo. Cuando la experiencia chilena e internacional demuestran que eso no es viable.
Recuerdo cuando Evelyn Matthei señaló esta intención de rebajar radicalmente los impuestos: señaló como ejemplo a Irlanda. Ahí se bajaron radicalmente los impuestos a la empresa, pero le faltó decir que se subieron radicalmente los impuestos a las personas y que la carga tributaria no cambió. Y que es relativamente igual a la chilena. Si no se ve la otra parte de la película, le va a ir mal. Nosotros estamos diciendo que queremos bajar los impuestos, pero de manera compensada, tal cual lo hizo Irlanda, pero no en esas magnitudes.
Entonces, un eventual gobierno de Carolina Tohá será fiscalmente responsable y, además, promercado…
-En lo primero, absolutamente, fiscalmente responsable. Y no diría promercado, diría procolaboración entre el mercado y el Estado, entre empresas y trabajadores, entre empresas y sus proveedores...

¿Cuál es su postura con las empresas estatales que pasan por momentos difíciles, como Codelco y TVN? La propuesta de Johannes Kaiser es privatizarlas…
-No diría que Codelco está pasando por un mal momento. Es cierto que tiene una deuda muy alta y que se debe a que muchos gobiernos, de todos los colores políticos, retiraron utilidades a un ritmo insostenible para una empresa del tamaño y con los desafíos de Codelco. Afortunadamente, esos mismos gobiernos decidieron no privatizar Codelco como lo propone Kaiser, porque los recursos que Codelco le ha aportado al Estado son muchísimos más que lo que hubiera obtenido de esa venta y muchísimo más, proporcionalmente, que lo que aportan las empresas mineras privadas. Por lo tanto, hubiera sido un mal negocio para Chile. Lo que sí tenemos que asegurarnos es que Codelco tenga los recursos suficientes para llevar adelante su plan de inversiones, recuperar niveles de producción y mantener la senda que muy positivamente ha iniciado esta administración de Codelco, que es asociarse en desarrollo futuro con empresas privadas. Ahí hay una oportunidad de desarrollo para Codelco muy atractiva.
TVN, a su vez, es un desafío distinto. Los números de TVN dan cuenta de su inviabilidad en su actual forma y, por lo tanto, no veo posible que la actual forma de TVN continúe, porque no hay ingresos para hacerlo. Es una cuestión extendida en el mundo de la televisión, no es propia de TVN, pero esa es la realidad. Pero la pregunta es si Chile quiere tener un canal público o no, que no es lo mismo que tener a TVN, porque TVN cumple ciertas funciones públicas como los canales regionales, el canal cultural, el canal de noticias, pero tiene mucho más que eso. Y no gana plata en el mucho más que eso. Es necesario mantener un canal público, pero que cumpla exclusivamente funciones públicas, como es la información, la cultura, la presencia del canal de los chilenos en el mundo y a lo largo del territorio nacional. No creo que sea privatizable un canal que pierde esa cantidad de plata.
No resultaría extraño pensar que el ideario económico del ministro Mario Marcel, quien tiene una relación de pareja con Carolina Tohá, esté presente en la mente o en las propuestas de la candidata. ¿Ha compartido, fuera de hora de trabajo, algunas ideas con Marcel sobre estos temas?
He compartido con Mario Marcel por décadas. En el gobierno de Patricio Aylwin, de Eduardo Frei, de Ricardo Lagos. Por lo tanto, sí he conversado de muchísimos temas con Mario Marcel. Fui parte también del grupo que discutió la reforma tributaria, que él mismo la terminó denominando un pacto de desarrollo, con temas de modernización del Estado, inversiones, innovación. Fue un riquísimo trabajo de casi un año. Por lo tanto, sé lo que él piensa en todos estos temas.
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